Los populares denuncian que la oposición «miente» sobre Altri

«No tenemos que decidir entre industria y sector primario, pesca o producción agroganadera», aseguró Pazos, que insistió en que, con la Declaración de Impacto Ambiental, queda garantizado que «es perfectamente compatible crear empleo industrial con mantener el empleo y la calidad de la producción agroalimentaria». Algo, aseveró, con lo que «hay que ser respetuosos», proporcionando a los gallegos «información veraz». Condenó así la «irresponsabilidad« de socialistas y nacionalistas, que »hace escasos meses exigían la implantación de esta industria en determinadas comarcas gallegas en las que tienen amplia representación«.

Ahora, «mágicamente», dijo, «después de un mal resultado electoral«, pasan a »convertirse en el principal elemento de bloqueo para su implantación« –hablando de »franquismo industrial« y »bomba ambiental«, dos términos que volvió a emplear ayer la líder del Bloque, Ana Pontón–. »Es un ejercicio de demagogia sin precedentes y una irresponsabilidad respecto al futuro de Galicia y la industria gallega«, lamentó.

La oposición, aseguró el portavoz del grupo popular, miente. Recordó un par de cuestiones «que se escucharon en el Parlamento», como que se iba a convertir el Ulla «en un paraíso tropical» o que la planta iba a «cambiar el sabor del queso». «Es mentira, los están engañando», aseveró. Igual que calificó de «mentira» los argumentos del PSdeG, que ayer aseguraron que el proyecto «falla en las tres patas básicas que debería cumplir»: sostenibilidad, viabilidad económica e impacto social positivo. Acusaciones hechas por el portavoz de la Executiva Nacional socialista, Julio Torrado, en una rueda de prensa en la que animó a la ciudadanía a participar en la manifestación«en protesta contra la gran mentira» de Altri. El «mismo grupo socialista», insistió Pazos, que hace años pidió en la Cámara que la planta se instalase en A Mariña, prometiendo que, de ser así, «iban a garantizar la financiación europea».

Junto con el portavoz popular, estuvo el eurodiputado del PP Adrián Vázquez. La Unión Europea, recordó, apuesta por la «autonomía» en este momento de inestabilidad geopolítica, esto es, por aumentar la «competitividad económica» de los países miembros. «Hace 15 años, la economía europea suponía el 25% de la economía mundial. Hoy, el 15%», una «tendencia preocupante» que «va a afectar a nuestro estado de bienestar», y que solo se puede «revertir» de la mano de la industria. Proyectos como este son, por lo tanto, «claves para todo el continente».

Ante esto, continuó, el BNG parece que solo se ha dedicado a «ponerse en contra de todo», y es una «auténtica máquina de crear bulos en Europa». La pastera lusa, explicó, tiene instalaciones en Portugal que operan dentro del marco europeo respetando las leyes europeas con total normalidad. Pero lo «curioso», indicó, ya no es que «Europa esté llena de fábricas como Altri«, sino »que exige más fábricas de este tipo«. Y la mayoría de las que están ahora operando con una actividad industrial »muy parecida« a la de la pastera lusa –citó casos como los de Metsa Fibre (Finlandia) o Lenzing AG (Austria)– »han recibido fondos europeos«. Ahora, la »pelota«, insistió, está en el tejado de Sánchez.

Por otro lado, la asociación de mineros de Touro-O Pino remitió un comunicado a los medios con motivo de la manifestación, que también ha sido convocada para mostrar el rechazo contra la reactivación de la actividad extractora de estos municipios. El colectivo, «conformado por miles de vecinos de la comarca», es contrario a «cualquier intento de manipular la verdad para generar división» sobre la reapertura de la mina, que está actualmente pendiente de recibir el visto bueno de la Administración. Critican «la apuesta por la desinformación y la confrontación», y reiteran que «las prácticas extractivas del pasado no tienen nada que ver» con las actuales y con el proyecto de Cobre San Rafael –en clara alusión a la «minería del siglo XIX» que denuncia el Bloque–. Este proyecto, destacan, no puede relacionarse con Altri porque «no tienen nada que ver». Por lo tanto, insisten en que «nadie ajeno» a su día a día puede «imponer una visión que no se ajusta a su realidad».