Así desveló ABC las irregularidades del CNIO que han provocado la caída de sus directores

José A. Pérez y Inés Ruiz-Jiménez

Madrid

30/01/2025
Actualizado a las 14:21h.

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La historia de la caída de María Blasco, es la historia de una crónica anunciada desde que ABC, el pasado 11 de diciembre, publicarse en exclusiva la primera crónica con la que se destapó el escándalo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Ese día, este periódico reveló cómo el centro para la investigación contra el cáncer estaba destinando dinero del propio organismo para un programa, CNIO Arte, que consistía en la adquisición de obras de arte que nada tenían que ver con el asunto fundacional del organismo. Posteriormente, esas obras de arte eran itineradas con gastos de muchos miles de euros en viajar por todo el mundo para exposiciones de las mismas.

Esa información abría una serie de exclusivas publicadas por este periódico en el que, durante casi dos meses, ABC ha ido desvelando todo lo que estaba sucediendo en el centro contra el cáncer.

Las revelaciones de este medio de comunicación se han basado fundamentalmente en dos hechos: en primer lugar, la publicación de las auditorías que se realizaban sobre la gestión de Blasco. En estos informes se desvelaban fundamentalmente dos cosas. Primero, el hecho de que María Blasco estaba cobrando un sobresueldo de al menos 30.000 euros al año durante varios ejercicios. La cantidad total de dinero que habría percibido irregularmente la ahora ex directora científica es de más de 200.000 euros. A día de hoy, la propia Blasco no ha devuelto ni un solo céntimo de esa cantidad.

La otra irregularidad contable fue el intento de convertir el contrato de María Blasco en indefinido cuando su cargo solo podía ser por cinco años renovables o no.

La segunda piedra angular de las irregularidades publicadas sobre la gestión de Blasco ha sido las denuncias por acoso laboral. La científica ha intentado justificar en todas sus comparecencias entre los medios que en dichas denuncias no existían y que solo se tenía conocimiento de una y fue archivada.

Sin embargo este periódico publicó con fechas y datos concretos al menos doce denuncias de trabajadores y científicos del centro, que la acusaban de una actitud déspota, autoritaria y en algunos casos rozando la xenofobia y el racismo.

Obras de arte, sobresueldos, denuncias por acoso... Blasco ha sido víctima de su propia actitud y de una gestión que puede rozar el delito.

Así se reconstruye, a través de las portadas de este diario, esta historia.

El 11 de diciembre de 2024, ABC desvelaba que el propio comité de empresa del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), dependiente del Ministerio de Ciencia, denunciaba el gasto de casi un millón de euros para la compra de obras de arte y actividades «artísticas» que nada tienen que ver con la actividad de el organismo. Así se desprende de la documentación interna a la que tuvo acceso este diario difundida en el portal de transparencia del propio ministerio.

Según reconoce la propia dirección del Patronato del CNIO en su respuesta al requerimiento del portal de transparencia, el centro destinado a la investigación del cáncer se gastó 877.787 euros en la compra de obras de arte y en la contratación de al menos dos personas pertenecientes a la Oficina de Imagen Institucional, área responsable de la actividad del CNIO Arte, una «sucursal» del CNIO que puso en marcha la actual dirección del organismo.

Días después este diario desvelaba también que el CNIO no sólo compró las obras de arte y contrató a este personal, pese que sufre una política de recortes en el ámbito investigador muy importante, sino que además puso en marcha una importante itinerancia internacional de las obras con múltiples viajes a los que acudieron sus máximos responsables y que supusieron un importante gasto para el centro, calculado oficialmente en más de 20.000 euros.

Según se reconoce en el propio portal de transparencia del organismo público, dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que dirige Diana Morant, «se han expuesto las obras en el Instituto Cervantes de Nueva York, la embajada de España en Estados Unidos, en Washington DC y en el Instituto Cervantes de Chicago». Además, el año pasado se realizaron también viajes al Ártico y Oslo (6.503 euros), Chicago (4.523), Mozambique (5.524) y Washington (4.177).

El 14 de diciembre ABC informó de que la directora de investigación, María Blasco, cobró de forma irregular, durante al menos tres años, un «sobresueldo» de 30.000 euros anuales, información que aparece en la Auditoría de Cuentas Anuales que la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) realizó al organismo público en 2019 a las que tuvo acceso este diario. Blasco habría recibido complementos que no le correspondían en los años 2016, 2017 y 2018 por un importe total de 90.197 euros, siempre según el organismo auditor.

La auditoría previamente mencionada también señalaba que en el año 2019 la dirección del centro intentó hacer el contrato de la actual directora, María Blasco, como indefinido cuando solamente podría tener una duración de cinco años renovable.

El auditor señalaba en dicho informe «se ha observado que la vigencia del contrato de la directora de cinco años a partir de su firma, ha finalizado el 15 de febrero de 2018. Con fecha 26 de febrero el patronato ha aprobado su renovación con carácter indefinido. Analizada el acta del patronato se observa que este acuerdo va contra lo dispuesto en la modificación y refundición de los estatutos de la Fundación a 1 de febrero de 2013, que establece en su artículo 17 que el patronato ha propuesto que la presidencia nombrará a un director del Fundación del Sector Público Estatal CNIO con quien se formalizará el contrato adecuado en su cometido fundacional. En ningún caso la duración de este contrato podrá exceder de cinco años prorrogables por acuerdo de las partes y conforme a las disposiciones aplicables en su materia»

Una semana después de que ABC informara sobre el gasto millonario que dedicaba el CNIO para su programa de arte, el patronato del centro decidió reunirse de forma extraordinaria para deliberar sobre este asunto. El órgano rector decidió entonces suspender toda la actividad del 'CNIO Arte'. Acto seguido los patronos decidieron convocar una reunión extraordinaria fechada para este miércoles 29 de enero en el que se tomaría una decisión sobre el futuro de la directora de investigación, María Blasco.

A principios de este 2025, científicos del CNIO aseguraron a ABC que existóa una «responsabilidad directa sobre las acciones de María Blasco, —directora del centro— tanto por parte de la presidenta del patronato del organismo, Eva Ortega, como de su superior, el secretario de Estado Juan Cruz Cigudosa».

Según esos científicos, que hicieron esta denuncia a ABC, evitanso dar sus nombres por miedo a represalias internas dentro del organismo, «tanto Ortega como Cruz Cigudosa permitieron todos los desmanes de María Blasco, estando perfectamente informados de la naturaleza de las presuntas irregularidades y de lo que estaba pasando dentro del centro».

El CNIO es un centro de colaboración público privada que depende directamente del ministerio de Ciencia, y por ende de su titular, Diana Morant, quien se negó a ser informada de las irregularidades que se podían estar cometiendo en el organismo y protegió a su directora, María Blasco, pese a que, en varias ocasiones, algunos de los responsables del centro y el propio secretario de Estado de Innovación, Juan Cruz Cigudosa, le intentaron hacer llegar las anomalías que se podían estar sucediendo.

Científicos del centro relataban a ABC que en una ocasión trataron de elevar sus quejas hacia la ministra Morant sin éxito y que incluso la titular llegó a responder a Ortega y Cigudosa sobre este asunto con un contundente «con María [Blasco] todo está bien».

Más de la mitad de los investigadores de alto rango del CNIO ultimaron a principios de enero un informe que presentaron ante el Ministerio de Ciencia e Innovación y ante el patronato del propio Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, en el que pedían el cese de la directora del organismo, María Blasco, por el cúmulo de anomalías e irregularidades que se han venido denunciando en la gestión del centro en los últimos meses.

Según pudo saber ABC de fuentes del propio centro, casi treinta de estos científicos de alto rango secundan un informe en el que se detallan todas las presuntas anomalías.

Poco después, ABC se hizo eco de al menos diez denuncias dirigidas a María Blasco de distinto personal del CNIO por supuestos casos de acoso laboral desde el año 2013 hasta el actual de 2025. Según la documentación a la que tuvo acceso este diario, los denunciantes son, desde un director de programa, a jefes de grupo, investigadores, empleados, responsables de área o jefes de unidad.

El común denominador de las denuncias son supuestas situaciones de acoso laboral en distintos extremos y en diferentes versiones, que fueron formuladas ante el departamento de Recursos Humanos del CNIO, o ante la gerencia del mismo, y en alguno de los casos, incluso llegó a los tribunales de Justicia.

Por último, este diario, a cinco días de que se celebrara el patronato extraordinario en el que se decidía sobre el futuro de María Blasco, publicó que la directora del CNIO no llegó a devolver nunca los más de 200.000 euros de sobresueldo que, según una auditoría de la Intervención General de la Administración del Estado, cobró ilegalmente desde 2014 a 2019, según pudo constatar ABC de fuentes del propio Centro Oncológico Nacional.

Siempre según las mencionadas fuentes, ese dinero nunca se reintegró a las arcas del CNIO pese a que se comunicó la necesidad de hacerlo por parte de la gerencia del centro al propio Ministerio de Ciencia e Innovación que dirige Diana Morant.

La parte administrativa del centro informó, de que Blasco habría percibido durante varios ejercicios cobros irregulares atribuidos a supuestos «bonus» que no la correspondían y que el auditor calculaba en un valor de más de 30.000 euros por ejercicio.

Fue el propio ministerio el que, cuando recibió el informe de la gerencia del centro advirtiendo de la necesidad de devolver estas cantidades, alegó que tenía que estudiar si realmente la directora del CNIO estaba obligada o no a devolverlas. Ese «estudio» nunca se realizó.

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