'Step it up', Europa
No corren buenos tiempos para dormir tranquilos en las bodegas, las fábricas de embutidos, galletas, dulces o automóviles
Turno de oficio
La región, ¿en estado?

Poco se ha hablado estos días del dato de producción industrial que se publicó al mismo tiempo que el 'trompazo' arancelario de Trump. Conviene no perderlo de vista: quizá no sea una simple coincidencia. Castilla y León -la comunidad que más creció el año pasado ... en el ámbito industrial- sufre ya los efectos de la caída en la fabricación de vehículos, con un desplome del 35,2%, muy por encima del descenso medio en España (-11,0 %). Lo mismo ocurre con los productos farmacéuticos (-30,5 % en la comunidad frente al -6,7 % nacional). En cambio, hay señales disonantes: la producción de derivados de caucho crece un 1,7% en Castilla y León mientras que cae un 7,1 % en el conjunto del país.
El año arranca con flojera, y los males que aquejan a la industria automotriz nos golpean más que a otras comunidades menos dependientes de este sector, aunque más volcadas en el consumo de paellas y crema bronceadora.
Y de pronto, el americano patea el tablero. En Europa, ya vivimos dos guerras simultáneas: una con drones y misiles (Ucrania) y otra con aranceles. Europa tiene un problema serio, y España, aún más. Nuestro crecimiento se sostiene -sí- pero sobre pilares endebles: gasto público e inmigración, no sobre una economía más robusta o productiva. A veces, parece que La Moncloa se ha mudado al país de Alicia, donde las reglas del mundo real se diluyen entre fantasía y lógica onírica.
No corren buenos tiempos para dormir tranquilos en las bodegas, las fábricas de embutidos, galletas, dulces o automóviles. Ha llegado una especie invasora que asfixia la inversión: la incertidumbre.
Pero no todo son malas noticias. Que los dos grandes partidos hayan decidido hablar es positivo. También lo es que Mañueco haya convocado de inmediato el Diálogo Social de Castilla y León para evaluar daños y tomar decisiones. El dato de producción industrial debe encender las luces rojas. Porque la fortaleza de Trump nace en parte de nuestras propias debilidades.
San Ignacio decía que el camino hacia la verdad es el discernimiento. Esa debe ser nuestra vía: alejarse del estereotipo y de las simplificaciones y desconfiar del placebo de las medias verdades. Trump es un granuja, sí, pero taimado. Y lo más inquietante: él es el croupier del casino. Y está barajando las cartas, dando juego. Así que, europeos, majetes: Step it up.
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