El amigo de David Sánchez fue quien entregó los balances anuales firmados a mano a la Diputación

Lo ha aclarado Manuel Candalija, director del Área de Cultura de la diputación, al que la juez había pedido explicaciones porque cuando aportó esos balances anuales que le había requerido, estaban fechados y firmados a mano, por lo que no había manera de esclarecer si habían sido realizados en tiempo y forma o a posteriori. La juez quería saber si se habían presentado por vía telemática para cotejar la fecha y una vez se le dijo que no, pedía detalles sobre el modo en que la diputación se había hecho con esos documentos, un total de 8, fechados en cursos consecutivos desde 2017 y hasta este mes.

«Los ocho documentos a los que la providencia se refiere fueron depositados dentro de una carpeta física en mi mesa de trabajo en la mañana de 3 de febrero de 2025, sin que yo estuviera presente en ese momento. A preguntas de ese mismo día de esta Dirección, confirmó el depósito don Luís Carrero, que ocupa en comisión de servicios el puesto de Jefe de Sección de Coordinación de Centros y Programas de Actividades Transfronterizas, por ausencia del Jefe de la Oficina de Artes Escénicas, don David Sánchez Pérez-Castejón», dice el escrito de Candalija al que tuvo acceso ABC.

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Reitera que «los ocho documentos a los que la providencia se refiere no fueron enviados a esta área por medios telemáticos en los que quedara constancia de su fecha de emisión y/o recepción» sino que «constan a esta Dirección del Área desde el 3 de febrero de 2025», cuando fueron escaneados y archivados en una carpeta digital administrativa de trabajo«.

Así las cosas, esos documentos no han pasado por el registro de la diputación, de modo que tampoco tienen sello de entrada o salida, más allá de ese escaneo al que hace referencia, como tampoco forman parte «de ningún expediente administrativo que hubiera de culminar con resolución administrativa», tal y como explica el director de Cultura.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, Beatriz Biedma, tiene esos documentos en el punto de mira porque no sólo sospecha del modo en que se concedió la plaza a David Sánchez Pérez-Castejón tras un concurso en 2017, sino que pone en duda su desempeño mismo, sobre todo porque el puesto cambió de denominación en el año 2020 sin que volviese a salir a concurso la plaza, según la diputación, porque mantenía las mismas funciones.

De ahí que quisiera ver en qué se materializaban esas funciones y cotejar si efectivamente eran sostenidas en el tiempo. Por eso pidió los balances anuales de actividad que hubiese presentado a sus superiores David Sánchez dando cuenta de la labor realizada durante cada curso lectivo. Los documentos, de máximo 3 folios de extensión, ofrecen una panorámica de las actividades que se han llevado a cabo en cada uno de los periodos, como informó ABC.

Lo que investiga es si la plaza en primer lugar se creó específicamente para él, hermano del ahora presidente del Gobierno y si desde entonces, se ha ido adaptando a sus necesidades sin otra justificación administrativa que sus propias preferencias, incluyendo la contratación de personas de su confianza.

En este sentido, ha puesto bajo la lupa a Carrero, pues se trataba de una persona que antes de recalar en esa plaza en comisión de servicios trabajaba en Presidencia del Gobierno y ya tenía amistad con David Sánchez, como se desprende de los correos electrónicos intervenidos. Le llamaba «hermanito». Más de un mes antes de que se convocasen las bases del que a día de hoy, es el puesto que ocupa, ya daban por hecho en sus conversaciones que iban a trabajar juntos en la Diputación. Fue el único aspirante además, que se presentó.