¿Va a seguir subiendo el precio del aceite de oliva? Estos son los factores que fijarán su valor
Para la campaña 2022/2023, el Gobierno estima apenas 790.000 toneladas por 1,48 millones de 2021/2022
La leche, por las nubes: ¿qué hay detrás de la subida imparable de precio?
El aceite de oliva suele aparecer mencionado en muchos análisis y conversaciones sobre la ola inflacionista en la que nos encontramos. El denominado 'oro líquido', del que España es el primer productor mundial con un 44% de la producción global y unas exportaciones superiores al millón de toneladas (1,07 millones de toneladas en la campaña 2021/2022 ha protagonizado su particular escalada. Las importaciones, a 30 de septiembre, se situaban por encima de la media de años anteriores (182.900 toneladas). Si miramos los datos sobre los precios del Instituto Nacional de Estadística (INE), este estima que el valor del aceite de oliva había subido un 14,1% en septiembre de este año respecto al mismo mes del ejercicio anterior. En los nueve primeros meses de 2022 el encarecimiento ha sido del 12,3%. La pregunta que se hacen muchos consumidores es si, esta escalada, va a continuar en las próximas semanas. Habrá que mirar al cielo...
«Desde el 1 de septiembre han caído 30 litros de agua, cuando lo normal es que hasta diciembre sean 300 litros pero es que, además, la situación se agrava porque el año pasado llovió también muy poco», han apuntado desde uno de los gigantes del sector: el grupo cooperativo DCOOP (1.021,16 millones de euros de facturación en 2021) cuya sede está en Antequera (Málaga). La actual coyuntura la atribuyen a dos factores: la escasez de precipitaciones y las perspectivas de los mercados de producción.
Ninguna de las dos son halagüeñas. Los productores también mencionan otros problemas comunes, que comparten con otros productores primarios, como el sobrecoste de la electricidad y los fertilizantes, entre otros insumos. Solo en estos dos conceptos, con datos de julio del 'Índice de precios pagados por los agricultores' que elabora el Ministerio de Agricultura, se estimaba que los fertilizantes se habían encarecido un 92,28% y la luz un 99,45%. Un factor que desde compañías importantes como DCOOP creen que viene a restar rentabilidad ya que, muchos de insumos, están ligados a los precios de las materias primas. Sin embargo, el mayor problema viene del clima.
En la lnterprofesional del Aceite de Oliva Español advierten que hay que ver «cómo digieren los mercados, tanto el nacional como el internacional, le incremento de precios como consecuencia del incremento de costes de producción y la contracción de la oferta a nivel mundial». En su análisis de la pasada campaña, el órgano que representa a todo el sector, opta por la prudencia aunque hablan de varias «certezas»: la cosecha de esta campaña 2022-2023 va a ser «corta», que incluso puede situarse en el peor de los escenarios por debajo de las 800.000 toneladas.
A lo anterior, añaden, que otros grandes países productores apuntan a producciones discretas. Como segunda certeza apuntan que «el mercado se ha mostrado muy sólido en la campaña anterior, la que cerró el pasado 30 de septiembre, en la volvimos a batir de nuevo nuestro record de comercialización de aceites de oliva en un año con 1.672.000 toneladas». Además de concluir con unos precios medios de 3,85 euros tras una revalorización de casi un 28% y de crecer las ventas, en el mercado interior, un 10,2% hasta rozar las 600.000 toneladas. «Registros que no alcanzábamos desde hace dos décadas», han apuntado desde este órgano.
¿«Trasvase» de hostelería al hogar?
En Deoleo, otro gigante del sector con un Ebida de 48 millones de euros en 2021, constatan que «la previsión generla de cosecha por parte de los principales productores no es buena, lo que tendrá un efecto más que probable en forma de incremento de precios». Sin embargo, matizan que su acceso a diferentes mercados internacionales les permitirá compensar las malas perspectivas de algunos países productores. «El posible incremento de precios podría derivar en un trasvase del consumo de hostelería al hogar», apuntan desde esta multinacional española que creen que, en este contexto, esto conduciría a un mayor volumen de consumo del denominado 'oro líquido'.
Desde DCOOP han apuntado hacia el cielo, del que dependerá la nueva campaña más que nunca: «Si sigue sin llover, el problema es que el olivo ya ha dado fruto: Este cultivo tiene su crecimiento vegetativo el año anterior y, ahora está luchando por sobrevivir. Si no tiene crecimiento, no habrá cosecha».
En esta línea, las previsiones reflejan estos nubarrones (figurados) sobre la campaña 2022/2023, que acaba de comenzar y que se prolongará hasta el 30 de septiembre del año que viene. El aforo inicial para la campaña recién iniciada del Ministerio de Agricultura, publicado a mediados de octubre, situaba la producción para la próxima campaña en 780.000 toneladas. Lo que contrasta con los datos de campañas anteriores: 1,49 millones de toneladas (2021/2022), 1,39 millones (2020/2021) y 1,12 millones (2019/2020). Además, preveían mermas en otros productores mundiales como Italia y Portugal. calculaban, que los precios ya se situaban un 27% por encima de la temporada anterior (2020/2021).
Desde Cooperativas Agroalimentarias, ya en septiembre, ponían cifras a la situación: Se estimaba en 900.000 toneladas la cosecha para 2022/2023 y la condicionaban a la evolución de este otoño - roñoso, de momento, en término de agua y con temperaturas hasta ahora templadas - y mencionaban una producción europea de apenas 1,47 millones, un 35% menos (unas 800.000 toneladas menos).
«Una situación no deseada para el agricultor»
En DCOOP han recordado que, la actual coyuntura, es «una situación no deseada para el agricultor que le interesa unos ingresos y una producción más o menos estables». A lo que se suma la evolución del consumo ante la subida de precios y del que esperan que valoren que el oro líquido es «la gras más saludable que puede consumir el ser humano». De todas formas, DCOOP espera cerrar este año con un facturación más elevada que rondará los 1.200 millones de euros. Una cifra que podría no alcanzarse en 2023.
Por su parte, en Deoleo asumen el complejo contexto económico que padece España y el resto de grandes economías y apuntan que «el incremento en el coste de la vida es un factor de impacto transversal al que se unen el incremento en los costes de producción y de materiales auxiliares». A juicio de los responsables de esta compañía, con marcas tan reconocibles como Carbonell u Hojiblanca, el impacto de la «variable precio» será un elemento a estudiar en los próximos meses y se muestran convencidos de que su estrategia orientada a la calidad, la innovación y sus marcas les permitirá navegar estas aguas revueltas.
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