'startups': Movilidad sostenible
Kleta, el 'renting' para bicicletas coge velocidad
La firma, con presencia en Barcelona, Valencia y Sevilla, dobla sus usuarios en dos meses y planea su expansión a otras ciudades españolas y europeas
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Se las distingue rápido. Diseño clásico y una llamativa rueda amarilla que es marca de la casa. Kleta, el servicio de alquiler de bicicletas de larga duración –funciona en realidad como una suerte de 'renting' para las dos ruedas– sigue ganando usuarios a la misma velocidad que muchas ciudades españolas están entendiendo que la movilidad sostenible pasa en buena forma por potenciar el uso de la bicicleta, con más brío si cabe por el auge que experimentan las bicis eléctricas.
Nacida en 2020, y con inversores tan notables como el portero del Barça Ter Stegen o Marc Gasol, Kleta está experimentando un fenómeno común a otras 'startups', un efecto 'bola de nieve' que la ha llevado a alcanzar ya en las tres ciudades en las que opera (Barcelona, Valencia y Sevilla) 2.500 usuarios, la mitad de los cuales registrados en los dos últimos meses. «El nivel de satisfacción de los usuarios es muy alto, y eso hace que recomienden el servicio a otros potenciales usuarios. Junto con el hecho de que cada vez se vean más 'kletas' en la calle se genera un efecto multiplicador», explica a ABC Falk Siegel, CEO y fundador de la firma junto a Diego Casabe.
El pasado mes de marzo Kleta cerró una ronda de financiación de dos millones con Fondo Bolsa Social, grupo inversor especializado en 'startups' con impacto social y medioambiental, y en octubre recibieron un crédito participativo de 500.000 euros de Avançsa (entidad pública de la Generalitat).
Con este empujón, y una estructura de gastos que acerca la firma casi al punto de equilibrio, en Kleta tienen claro que el futuro y sostenibilidad de la compañía pasan por ganar volumen. Y eso pasa tanto por ganar usuarios en las ciudades en las que ya operan –«el potencial es enorme», apunta Siegel– como conquistar nuevos mercados, en España y en Europa. Tienen París en el punto de mira, «una ciudad que está haciendo una apuesta muy clara por la bici, como lo hace Barcelona», apunta el CEO de la firma, con base en la capital catalana. Junto a otras ciudades españolas, Madrid acabará incorporándose también, pero aún sin plazos concretos, apuntan en Kleta, donde se aboga por un crecimiento sostenido, financieramente sin riesgos excesivos y que permita seguir dando al usuario un buen servicio. Kleta tiene ya en nómina a 35 trabajadores y en junio inauguraba su nueva sede y taller en Barcelona.
El secreto del éxito –«el 80% de los suscriptores sigue con Kleta al cuarto mes», destaca Siegel– es una oferta que incluye mantenimiento a domicilio y, sobre todo, un seguro contra los robos, que son el principal elemento disuasorio para muchos potenciales usuarios de la bicicleta eléctrica con dificultades para guardar el vehículo en su casa.
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Con una horquilla de precios de 19 a 40 euros mensuales según sea la bici mecánica o eléctrica (suscripción anual), Kleta vende y fomenta conceptos como el de la sostenibilidad o el impacto ambiental, cierto, pero también, de manera muy pragmática, el del ahorro para el usuario, que deja la moto, el coche o el bono de transporte para comenzar a pedalear. Kleta tiene también acuerdos corporativos con firmas como Badi, Glovo o Cloudworks, que a su vez ofrecen la suscripción de bicicleta a sus trabajadores.
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