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La economía española creció al 1,1% en el segundo trimestre pese al golpe de la inflación

La recuperación de la demanda nacional, empujada por la reactivación del turismo, tira hacia arriba de la estadística

Daniel Caballero

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La economía española recuperó el tono positivo en el segundo trimestre del ejercicio hasta crecer un 1,1% en términos intertrimestrales, según avanza el Instituto Nacional de Estadística (INE). El motivo: la recuperación del consumo de los hogares, empujado por la reactivación del turismo. La variación interanual del PIB se sitúa en el 6,3%, variación similar a la del trimestre precedente, aunque este dato es ficticio ya que se encuentra impactado por el hecho de que en 2021 la economía aún estaba lastrada por restricciones por la pandemia.

Aun así, esta cifra continúa estando muy por debajo de las estadísticas registradas en el segundo semestre de 2021, cuando se creció al 2,6 y 2,2% en el tercer y cuarto trimestre. Tasas que en estos momentos se antojan muy lejanas a la vista del panorama económico que sufre España y en Europa en general.

«Este repunte del PIB obedece en parte a un efecto de normalización de la actividad, especialmente visible en el sector turístico, tras la notable desaceleración del primer trimestre, en especial del mes de marzo por el impacto del inicio de la guerra en Ucrania», ha señalado CEOE. Sin embargo, no cabe relajarse ante lo que viene: «Es importante ser prudente y considerar también la situación de desaceleración de la economía internacional y los factores de riesgo, sobre todo la inflación, los cuellos de botella y el aumento de los tipos de interés, que están afectando a la baja a la actividad y a la inversión empresarial. Por lo tanto, estos niveles de crecimiento serán difíciles de mantener en próximos trimestres, lo que redundará en una menor creación de empleo».

Mientras que el gasto en consumo final en el primer trimestre fue de caída, en el periodo inmediatamente siguiente se ha dado a vuelta a la situación. El gasto en consumo final creció entre abril y junio al 2,1%; entrando al detalle por subsectores, fue el desembolso de los hogares el que empujó la economía con un alza del 3,2%, mientras que el de la Administración cayó un 0,5%. La demanda nacional pasó de caer un 0,6% en el primer trimestre a crecer un 2,2% en el segundo.

Asimismo, la demanda externa también tiró del dato hacia arriba. Tanto las exportaciones como las importaciones aceleraron en el segundo trimestre al 1,6% y a 4,6% respectivamente. En términos interanuales, la demanda externa presenta una aportación de 2,6 puntos, tres décimas más que en el trimestre anterior.

Estas cifras se dan pese a que la guerra en Ucrania ha continuado lastrando las economías y, lo que es más importante, pese al impacto de la inflación descontrolada. La recuperación de turismo ha empujado al alza el dato de PIB del segundo trimestre y los expertos vaticinan que se mantendrá un buen ritmo de consumo durante los meses de verano, para encarar un horizonte menos halagüeño en la última parte de año.

Este crecimiento de 1,1% supone también batir las previsiones de consenso que había hasta a fecha, que se situaban en el 0,4%. Se superan las mismas con creces para dar un empujón a la economía que el Gobierno ya vaticinó hace algunos días. Sin embargo, en el Ejecutivo también son conscientes de que tras el verano llegará una época más complicada, pensando también en que la inflación aún continúe por encima del 10% como hasta ahora.

La nota negativa vino desde una parte de la inversión. "Destaca la caída de la inversión en equipo, un –2,3% en términos intertrimestrales, que estaría reflejando el aumento de la incertidumbre y de los costes empresariales", tal como recoge la CEOE.

Así las cosas, este dato viene precedido de un primer trimestre de frenazo casi en seco de la economía, que creció finalmente un 0,2% entre los meses de enero y marzo, una décima menos de lo estimado por el INE en su dato de avance, debido al frenazo experimentado por el consumo de los hogares y también por el de las Administraciones Públicas, a consecuencia del repliegue de los estímulos inoculados a la economía durante la pandemia.

La cifra de ese primer trimestre ya venía impactada por a escalada de la inflación y el estallido de la guerra en Ucrania. Todo ello provocó revisiones a la baja de las estimaciones para el conjunto de ejercicio que han continuado durante el segundo trimestre ante las señales de desaceleración económica que se avecinan y con los tambores de recesión ya presentes, como se certificó ayer con el dato de Estados Unidos.

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