Esbozos y rasguños
Esta minutada desmedida
«Valverde parece el hombre del mantenimiento de un colegio: silencioso, trabajador, omnipresente. Lo mismo te pinta las porterías de futbito que te arregla la instalación eléctrica del laboratorio de ciencias»
El Madrid cumple antes de la final del Etihad
Fede Valverde
Siete pulmones. Federico Valverde ha jugado todos los partidos en lo que llevamos de temporada. En vísperas de la vuelta contra el City, tras un desgaste tremendo en el Bernabéu, también fue de la partida en Son Moix. Disputó la totalidad del encuentro, ayudó ... en labores defensivas, tuvo alguna ocasión de gol y hasta llegó a sacar varias veces de puerta por alguna extraña razón. Supongo que luego acabó conduciendo el autobús de vuelta hasta al aeropuerto de Palma y se encargó al aterrizar el avión de ir sacando una a una todas las maletas de la expedición blanca. El tipo parece el hombre del mantenimiento de un colegio: silencioso, trabajador, omnipresente. Lo mismo te pinta las porterías de futbito que te arregla la instalación eléctrica del laboratorio de ciencias. Dijimos aquí la semana pasada que Fede «Tres Pulmones» Valverde sería un buen apodo para el uruguayo por su capacidad de sacrificio y su despliegue físico. Ahora empiezo a pensar que se le podrían llegar a quedar cortos esos tres bronquios vista la minutada que lleva encima. Más apropiado sería, como me dijo Alfredo Relaño, el apodo con el que se conocía a Luis del Sol: «Siete pulmones». Como si fueran las vidas de un gato, debe llevar Valverde gastados ya cuatro o cinco de esos pulmones durante este curso. Lo extraño es que Ancelotti aprovechó el partido para dar descanso a muchos de sus pretorianos (Vinícius, Rodrygo, Camavinga o Kroos). Pero al uruguayo, que lo necesita más que nadie, no. A la arena del circo a pelearse con los tigres bermellones de Aguirre. O crees en las rotaciones, o no crees en ellas. Pero no parece que tenga demasiado sentido que Vinícius haya jugado apenas un partido completo en el último mes mientras que a Valverde solo le falte llegar y ponerse a jugar con el Castilla contra el Recreativo de Huelva este domingo. Ancelotti conoce mejor que nadie a sus jugadores, los ve entrenar a diario y están tan monitorizados que los niveles de fatiga de uno y otro deben estar perfectamente controlados. Pero es llamativo. Esperemos que el Pajarito, el canario en la mina de este Real Madrid, no tenga que caer redondo para dar la voz de alarma.
Brahim. Pocas broncas en un campo de fútbol te tienen que poner más en tu sitio y en posición de firmes que una regañina en directo de Luka Modric. A Brahim ayer le cayó un buen rapapolvo (y con razón) del capitán croata por desaprovechar una clarísima ocasión siendo algo chupón. Los jugadores regateadores y talentosos como el malagueño a veces confían demasiado en sus propias habilidades y abusan siempre de un toque o dos de más. Se adornan por un exceso de coquetería. Creen que pueden salir de todos los callejones. A Brahim se le nota algo ansioso desde su tumultuoso paso a la selección de Marruecos, causalidad o casualidad, queriendo demostrar demasiadas cosas al mismo tiempo. Contra el City, su exequipo, su capacidad para conducir el balón podría llegar a ser clave en el Etihad si logra canalizar toda esa ambición desmedida suya por querer agradar.