Mallorca 0-1 Real Madrid
El Madrid cumple antes de la final del Etihad
Un solitario gol de Tchouaméni en Son Moix le da los tres puntos a los blancos, que llegarán al clásico con un mínima ventaja de ocho
Ancelotti dio descanso a Carvajal, Kroos, Camavinga, Vinicius y Rodrygo. Todos ellos serán titulares el miércoles en Champions
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El Madrid llegará al clásico con, mínimo, ocho puntos de ventaja, y al Etihad con Kroos, Rodrygo, Carvajal, Vinicius y Camavinga descansados. Los dos primeros no jugaron ni un solo minuto, francés y brasileño apenas media hora, y el lateral cinco minutos. Rotaciones con final feliz. Victoria y tres puntos. Lo de menos era el cómo.
Porque uno se imagina una tarde de mediados de abril en Palma, de climatología veraniega, como la de este sábado, y lo último que hubiera deseado es estar en Son Moix de 18.30 a 19.15 horas. Primera parte de un Mallorca-Real Madrid que no le hubiera competido ni a la peli de tarde de Antena 3. Tortura.
No suelen ser muy vistosos los encuentros en tierras baleares, pero si a ello le sumas que el Madrid venía de jugarse media temporada ante el City, la otra media la tiene que litigar en cuatro días, y que el Mallorca perdió la final de Copa hace justo una semana, con el lógico componente depresivo, el partido de antemano ya no tenía pinta de visita a parque acuático. Así fue el primer acto.
Es una de la esencias, y virtudes, del Mallorca de Javier Aguirre. Sobre todo cuando delante está el Madrid. Cuanto más feo sea el partido, más opciones de dar la sorpresa. Duelos al límite del reglamento, (nueves faltas cometidas antes del descanso, por solo dos del Madrid), intensidad defensiva, ayudas al compañero, robar y correr lo más rápido posible hacia Lunin y juego aéreo ofensivo. Por aquí vino su único remate. En el minuto 30, un saque de esquina botado por Dani Rodríguez lo remató Raíllo desde el segundo palo. Balón picado que despejó Lunin, bien posicionado bajo palos.
El capitán bermellón también vio la única amarilla de la primera mitad. Patada a Bellingham y doble agarrón en el minuto 15. A diferencia de la mayoría de sus compañeros, Sánchez Martínez no se cortó por ser la primera acción punible con cartulina de un rival hacia un futbolista del Madrid. Una gota en el océano. No cundirá el ejemplo.
Un disparo de Jude, junto a los golpeos con el exterior de Modric, fueron lo único que evitó que las cabezadas del aficionado madridista no acabarán en siesta tardía. Era el minuto 32, justo dos minutos después de la ocasión de Raíllo. El inglés recibió un balón de Tchouaméni al borde del área local, se giró y golpeó con el interior. Balón al larguero. Si hubiera sido gol, el VAR habría tenido trabajo. En el inicio de la jugada, Tchouaméni controló el balón y este se elevó hacia arriba con un posible impacto involuntario sobre su brazo derecho.
Era tan mohína la primera mitad, que el colegiado murciano no tuvo que añadir ni un triste minuto antes del refrigerio. Ancelotti se retiraba con la mirada al suelo y cara de inquietud. No le debía gustar demasiado lo que estaba viendo, pero no tardaría en sonreír en la segunda mitad.
Por fin, fútbol
En el 48, tras un primer aviso de Bellingham -disparo repelido por Rajkovic-, llegó el gol del triunfo. Disparo de Tchouaméni desde 25 metros que acaba en la escuadra izquierda del serbio. Para llegar hasta ahí necesitó de la potencia del francés y de la ayuda de Morlanes. El mediocentro salió a taponar el disparo con los brazos anudados a su espalda y se giró justo en el momento del golpeo. El balón rebotó en su pierna izquierda y cogió una comba envenenada hacia la red bermellona.
Fue el tapón de la bañera que necesitaba el partido para ver por fin fútbol. En el 55, Brahim probó de nuevo los puños de Rajkovic en un disparo centrado. En el 60, Nacho interceptó dentro del área un remate de Abdón que hubiera exigido a Lunin, como le exigió un obús de Darder en el 74 que lanzó desde el paseo marítimo. Antes, Brahim y Valverde habían perdonado el 0-2.
En el 65, Modric le regaló el gol al marroquí, que en el borde del área pequeña, y con Rajkovic en el suelo, decidió controlar en lugar de dar un pase a la red. Como la tostada suele caer del lado de la mantequilla, el control se le fue largo y desde el suelo el guardameta bermellón escupió el balón con sus piernas. Gol sacado bajo la raya, como hizo Nastasic a disparo de Valverde, cuando ya había superado al portero serbio.
Faltó intensidad y sobró confianza en ambas acciones tan claras, y aunque no se tuvo que acordar de ninguna de estas dos jugadas, al Madrid será imposible asaltar el Etihad con concesiones así. En una eliminatoria de Champions tan igualada, la clasificación está en el porcentaje de acierto. No hay otro secreto. Como no lo es que la Liga la tiene ganada. Solo falta la fecha del alirón.
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