Bellingham exprime los regalos del Manchester City

Haaland. Le hizo gol al Madrid después de muchos intentos en un buen tiro cruzado. Casi no entra en el juego, es un islote ausente. Su equipo no le ofreció oportunidades para brillar. Firme en el lanzamiento del penalti. En este Manchester tan quebradizo, parece peor de lo que es.

Vinicius. Es imparable en el cara a cara. Ningún defensa del City le aguantó la aceleración cuando regatea. Intermitente en el segundo tiempo, bárbaro en el primero. Se enredó en aquella ocasión, demasiados toques, con Mendy.

Bellingham. Sin ser una noche redonda, jugó con mucho sentido, dando salida al equipo y llegando al área de Ederson. Muy buena segunda parte, que coronó con el gol de la victoria para los blancos en una carrera potente, minuto 92.

Gvardiol. Gran despliegue físico, arriba y abajo, en un equipo que se fue quedando sin energía. Gvardiol mantuvo el nivel. Taponó una contra de Mbappé igualando su carrera, se involucró en el ataque.

Ederson. Tarea extra para el brasileño, aguantó un bombardeo de los jugadores del Madrid y resolvió con acierto. A Mbappé, Bellingham y Vinicius les sacó goles cantados. Ágil bajo palos y solvente para salir a la espalda de sus defensas. Estropeó su partido en el origen del gol de Brahim.

De Bruyne. No es el jugador apabullante de antes, de gran despliegue y zancada. Muestra oficio, eso sí, y conserva una gran virtud. Lanza perfectos los saques de esquina, dulces y templados al primer palo, muy difíciles de defender.

Ceballos. Emborronó una noche muy aseada con el absurdo penalti que cometió sobre Foden. Cuando mejor estaba el Madrid y más ocasiones creaba, Ceballos metió la pierna en un penalti evitable.

Savinho. Empezó por la derecha y prosiguió por la izquierda, donde encontró más huecos para participar. Muy rápido con el balón en la bota, se desvaneció en la segunda mitad.

Valverde. Su utilidad es un tesoro para el Madrid. También respondió como lateral derecho, sin dejarse avasallar ante Grealish primero y Savinho después.

Asencio. Jugó con personalidad y tuvo presencia en el partido. Salió airoso frente a Haaland, que le dobla en volumen corporal. Se anticipó y defendió con criterio. Como siempre, le sobraron gestitos de marrullero.

Brahim. Salió en la segunda parte y colaboró decisivamente en la victoria blanca. Su remate, en el rechace de Ederson, no era fácil y el malagueño la clavó en el ángulo. No celebró el tanto por su pasado en el City.