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Visitar el Panteón de Roma ya no será gratis: la entrada para los turistas, a cinco euros

Con esta medida se espera recaudar unos 10 millones de euros al año; el 70 por ciento de los ingresos es para el Ministerio de Cultura y el 30 por ciento restante para la diócesis de Roma

Quedan excluidos del pago los ciudadanos romanos, los fieles que asistan a alguna ceremonia religiosa, los menores de 18 años y los grupos escolares

Entrar en el Panteón de Roma ya no será gratis

Numerosos visitantes aguardan la cola para entrar en el Panteón ÁNgel Gómez Fuentes
Ángel Gómez Fuentes

Ángel Gómez Fuentes

Corresponsal en Roma

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Es el monumento más visitado de Italia, ante el que se forman colas interminables cada día. Dejará de ser gratis. Ahora visitar el Panteón de Agripa costará cinco euros; quedan excluidos del pago los ciudadanos romanos, los fieles que asistan a alguna ceremonia religiosa, los menores de 18 años (los menores de 25, en cambio, pagarán dos euros) y los grupos escolares. Después de años de planificación, debate e incluso polémica, se firmó el acuerdo entre el Ministerio de Cultura y la Basílica de Santa Maria ad Martyres, conocida popularmente como el Panteón.

«En solo tres meses hemos logrado definir un objetivo basado en el sentido común: hacer pagar un módico billete por el sitio cultural más visitado en Italia», manifestó el ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano, quien precisó que «la recaudación anual con las entradas puede llegar a los diez millones de euros». El 70 por ciento de los ingresos irán destinados al Ministerio de Cultura, y el 30 por ciento restante a la diócesis de Roma. Los gastos de mantenimiento ordinario y extraordinario correrán a cargo del ministerio. La diócesis de Roma destinará los fondos obtenidos a actividades caritativas y culturales, así como al mantenimiento, conservación y restauración de las iglesias de propiedad estatal en su territorio.

El Ministerio de Cultura señala en una nota que «para el uso de la Basílica fuera de las horas reservadas para funciones religiosas y actividades pastorales, el Ministerio regulará el flujo ordenado de visitantes, con especial atención en relación con el respeto debido al edificio sacro monumental, al comportamiento que debe observarse durante la visita. y todas las precauciones necesarias para el decoro de la Basílica». Se añade que el cobro se llevará a la práctica en breve, tan pronto como se completen «los trámites técnicos necesarios para que los visitantes puedan adquirir las entradas».

Polémica

El debate sobre el cobro de la entrada en el Panteón se inició en el 2016. El entonces ministro de Cultura y Turismo, Dario Franceschini, del Partido Democrático, planteó como hipótesis una entrada de 2 euros. Desde entonces se ha mantenido el debate y cierta polémica. Incluso los expertos se dividieron. El escritor Corrado Augias considera que es justo pagar porque ayuda a salvar los tesoros artísticos. En cambio, el profesor de Historia del Arte Tomaso Montanari afirma que el acceso debe continuar gratuito porque en el Panteón está la identidad italiana y representa la continuidad entre clásico y moderno, además de ser escuela de memoria y de ciudadanía.

Ahora, la asociación Mi Riconosci, un movimiento nacido en el 2015, y empeñado en el frente de la gestión del patrimonio cultural, critica el pago por entrar en el Panteón: «El continuo aumento de las entradas a los museos ha causado a lo largo de los años un distanciamiento de los ciudadanos de los lugares que visitan habitualmente. Un problema particularmente sentido sobre todo para las iglesias, a las que se han impuesto entradas en muchas ciudades, desde Venecia hasta Palermo».

En cambio, el ministro Sangiuliano ha defendido desde el inicio de su mandato con el Gobierno Meloni el pago en los museos, incluso la subida del coste de las entradas: «Nos debemos adoptar a los niveles europeos, cuya media en el precio de las entradas es superior a Italia. En Francia, para visitar el Musée de l'Armée, los Inválidos y la Tumba de Napoleón se pagan 14 euros; en Inglaterra, la entrada a la Abadía de Westminster, donde están enterrados los miembros de la realeza británica, cuesta 25 euros, mientras que en Roskilde, para visitar la catedral con las tumbas de los reyes daneses, cuesta 60 coronas, unos 8 euros», explicó Sangiuliano.

El monumento preferido

El Panteón es, junto al Coliseo, el monumento más visitado de Roma -más de nueve millones en el pasado año- y, desde luego, el más amado por los romanos.

Este templo dedicado a todos los dioses fue construido en el 27-25 a. C. por orden del general y arquitecto Marco Vipsanio Agripa, fiel colaborador y yerno del emperador Augusto. El Panteón que hoy conocemos fue creado en época imperial (118-125 d.C.), cuando bajo Adriano se reconstruyó el templo precedente, destruido por un incendio. En el año 608 d.C. el Papa Bonifacio IV convirtió el edificio en un templo cristiano, después de depositar en su interior los restos de numerosos mártires.

Situado en el centro histórico de Roma, no hay visitante de la Ciudad Eterna que no entre para admirar una de las obras maestras de la arquitectura, el edificio mejor conservado de la antigua Roma, gracias a las revolucionarias técnicas de construcción. Su cúpula es la parte más llamativa del edificio, por su belleza única. Con sus 43,44 metros de diámetro interno, es la más grande jamás construida en hormigón sin armar. Es la demostración perdurable de la genialidad de los arquitectos romanos.

Impresionado, Stendhal describió así su visita al Panteón en su libro 'Paseos por Roma': «El más bello resto de la antigüedad romana es sin duda el Panteón. Este templo se ha deteriorado tan poco que se nos aparece como debieron verlo en su época los antiguos romanos», escribió. Sus gigantescas puertas de bronce de la entrada son las más antiguas de Roma. Su cerradura de 2000 años de antigüedad está todavía en uso. Cabe destacar que Gian Lorenzo Bernini, gran intérprete del Barroco romano, se llevó bronces para hacer el baldaquino de la Basílica de San Pedro.

El Panteón acoge las tumbas de figuras importantes como los Reyes de Italia Vittorio Emanuele II y su hijo Umberto I), destacando entre todas la de Rafael. En la tumba del pintor renacentista figura un epitafio en latín que le dedicó el cardenal y poeta Pietro Bembo: «Aquí yace Rafael. Cuando vivía, la Naturaleza temió ser vencida por él, y al morir él, temió morir ella».

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