Nadie quiere comprar Velintonia: la primera subasta judicial se cierra sin pujas
La casa de Vicente Aleixandre no encuentra comprador. Según el edicto del juez, volverá a salir a la venta en otra subasta
Las administraciones prometieron movilizarse para salvar la vivienda, pero ninguna se ha puesto en contacto con los propietarios

Nadie quiere comprar Velintonia. Después de veinte días de subasta pública, no se ha registrado ninguna puja por la casa de Vicente Aleixandre, tal y como ha podido comprobar ABC en el Portal de Subastas, donde ya se ha bloqueado la posibilidad de hacer ofertas: «La subasta ha concluido su periodo de pujas (se encuentra pendiente de finalización por la Autoridad Gestora)».
El precio de salida de la vivienda era de 4.561.750 euros, aunque se admitían pujas a partir del setenta por ciento de esta cifra (esto es, 3,19 millones de euros). Ahora, al quedar desierta la subasta, debería convocarse otra «en la misma forma y condiciones», tal y como figura en el edicto que la ordenó. De hecho, esta fue la cláusula que estuvo dilatando durante año y medio la apertura de la subasta, pues una de las partes había recurrido la medida.
La noticia de la salida a subasta agitó de nuevo el debate sobre un lugar sobre el que se ha discutido mucho pero apenas se ha hecho nada, más allá de la protección de Bien de Interés Patrimonial (BIP) que le otorgó la Comunidad de Madrid hace tres años. Al conocerse que salía a la venta, la comunidad propuso al Ministerio de Cultura comprar Velintonia, con la promesa de que se ocuparía de gestionar el centro y dotarlo de actividad en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid. Cultura respondió que estudiaría la propuesta, pero desde entonces nada más se ha sabido. El ministro Ernest Urtasun ha evitado referirse al tema, aunque la vicepresidenta Yolanda Díaz, líder de Sumar, sí dijo que «sería un orgullo para nuestro país» que el Estado se hiciera con ese patrimonio.
Todos los propietarios de la vivienda han confirmado a ABC que no han recibido noticia alguna de la administración. «Se han hecho algunas declaraciones, pero las Administraciones no han hecho nada más al respecto. Es una pena que no sean más coherentes y lleven a la práctica sus supuestas buenas intenciones sobre este tema», lamenta Amaya Aleixandre, sobrina segunda del escritor y poseedora del sesenta por ciento de la vivienda.
El chalé, construido hacia 1926, tiene una superficie de 630 metros cuadrados distribuidos en tres plantas y se ubica en el distrito de Chamberí. Fue uno de los centros neurálgicos de la poesía española del siglo XX y hogar del Nobel durante toda su vida.
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