Perico Delgado: perder un Tour de Francia por tranquilo
Tierra trágame
Se cumplen 35 años de cuando el ciclista segoviano llegó tarde al prólogo, lastrándole con un cargo de casi tres minutos respecto a sus rivales

Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana traté con una mexicana que llegaba con demora siempre. «Media horita de cortesía, ándale», decía. «Hasta Peña Nieto llega tarde», justificaba. Me hacía sentir Immanuel Kant, que siempre paseaba a la misma hora con tal exactitud que ... se decía que los vecinos ajustaban sus relojes a su paso. También pensaba recurrentemente en Perico Delgado, el hombre que por impuntual perdió un Tour de Francia. ¡Ándale! Al 'Mundo Deportivo', recordándolo, les explicó: «Soy muy relajado…».
¿Han visto alguna vez a un cura correr? Solo los pobres de espíritu y pobres a secas lo hacen. Delgado es magro en estrés con esta materia del tiempo. Reconoce que le cuesta «mucho trabajo llegar puntual, casi que prefiero llegar tarde que pronto». ¡Ándale! Aquí hay un Tour tirado al garete que le equipara como gigante del desapego al grupo británico KLF, cuando quemaron un millón de libras para demostrar algo que aún no saben bien qué es. Y por eso es grandioso.
El relato de los hechos da cierta risa. 1 de julio de 1989. En la primera etapa, de menos de 8 km., en Luxemburgo, un prólogo en donde no se producen apenas desfases entre los corredores, Perico perdió dos minutos y cuarenta segundos porque se presentó tarde. Por pachorras. Y, para más inri, era el ciclista que vestía el maillot amarillo por ser el vigente campeón. Y aún peor, llegaba a la cita en su punto más álgido para revalidar título, en el mayor pico de forma de su trayectoria. Un Tourmalet de rabia le dio, claro, aquella noche.
En los instantes previos, el director del equipo le puso al mecánico encima para que Perico no se despistara, y miembros del 'staff' incluso le gritaron con desesperación para que fuera a la salida, a lo que este respondió: «¡Sois unos cagaprisas, siempre igual!». Antes, se había entretenido en la zona de calentamiento con otro ciclista preguntándole por el recorrido. Porque, de hecho, firmó a la hora reglamentaria pero se apartó para estar tranquilo. Y, cuando por fin estaba en la rampa de salida, vio que algo raro había pasado, esa megafonía cantando su nombre, ese mirar el reloj y ver que, efectivamente, había perdido algo pero no sabía cuánto, porque el reloj tenía forma de B de Banesto y era complejo de desentrañar…
En ABC, titulamos: «'El Adelantado' de Segovia perdió casi tres minutos por llegar con retraso a la salida». El enviado especial, Chico Pérez, comenzaba su crónica: «Pedro Delgado salió dos minutos y cuarenta segundos más tarde del momento que le correspondía según la organización. El despiste del segoviano, que reconoció que había perdido la noción del tiempo, puede costarle caro. No es fácil encontrar una explicación para lo que le ha sucedido». Un 'Kanteo' en toda regla.
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