El peor viaje de Eva González: «Fue un desastre todo»

La exposición, maravillosa, «brutal», y además fue «una buena excusa para pasar tiempo juntos». Pero. Desde que salieron de casa les pasó de todo lo que le puede pasar a uno en una escapadita: «Nos cancelaron el vuelo de vuelta, nos quedamos tirados en Milán, recibimos una mala noticia de salud de uno de nuestros amigos... No salía nada bien». La lista prosigue: «Pedíamos un Uber y no venía, pedíamos otro y llegaban los dos... Nos cobraron el hotel sin haber estado». El resultado: «Nos gastamos un dineral en dos días...». «La noche que nos cancelaron el vuelo estuvimos en un restaurante cenando, con las maletas y todo, no teníamos donde dormir, mientras cenábamos íbamos buscando el hotel», rememora.

El recuerdo es tan reciente que ni siquiera está ordenado en la memoria, por lo que al cabo de un buen rato de conversación comenta entre carcajadas que se había dejado lo peor de todo: «Me había partido un dedo del pie un poco antes, iba con muletas». Sí, visitó la elegantísima exposición de Dolce&Gabbana a la pata coja. Adiós glamour. «Es que era un desastre todo», sigue riendo.

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Recuerda especialmente la visita al magnífico e inmenso Duomo: «Yo hubiera deseado que fuera un piso de treinta metros». Pero no. «Cogimos el pack completo, con todas las terrazas. Un calor, a últimos de julio. Un lote de andar que me iba a morir con las muletas. Por esas terrazas del Duomo, kilómetros andando, qué desastre. Y venga escaleras p'arriba, venga escaleras p'arriba. Para cuando llegamos a ver el Duomo por dentro, que ahí ya se estaba fresquito, uno de mis amigos se mareó y tuvimos que salir». Y repite: «Es que fue todo un desastre. Nos preguntábamos: ¿Por qué no nos sale nada bien?». Afortunadamente, y salvo los problemas de salud de ese amigo, el resto son «anécdotas que al final las revives y te ríes».

Retomada la actividad tras la pausa estival, Eva González está estos días grabando y preparando la nueva temporada de 'La Voz' que empieza el viernes en Antena3. «Con los coaches, Malú, Luis Fonsi, Pablo López, Antonio Orozco llevamos muchos años juntos y lo pasamos bien trabajando», a pesar de que el ritmo que imponen las eliminatorias y las galas a veces es intenso. «Vamos apretaditos», admite, pero aún así «vivimos momentos muy especiales, tanto con los coaches como con las familias».

Esa relación, asegura, acaba siendo muy intensa, tanto con unos como con otros, aunque «a veces casi soy enemiga de los preparadores, porque he convivido con las familias, y me sabe mal que les den un no». «Al final empatizas, y vives lo que les pase a los concursantes muy de cerca. Ves los sueños de las personas, lo que significa para cada uno, y es bonito».

A veces, la relación se prolonga más allá de la final de cada temporada: «No sigo en contacto con todos, porque son muchos los que pasan por las audiciones, pero sí que con los que van avanzando en el concurso tienes más contacto, nos seguimos e incluso hablamos por redes sociales, veo cómo van progresando en su carrera musical...».

Tras más de dos décadas en los platós televisivos, dice que en 'La Voz' sigue aprendiendo cosas nuevas cada día, pero de lo que más orgullosa se siente es «de ayudar a los concursantes de alguna manera a cumplir lo que en ese momento entienden que es la meta de su vida». Le gusta ser «un pasito en esa carrera».