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Críticas de discos de la semana: Mora, Dry Cleaning y Special Interest

Nuestros especialistas musicales hacen un repaso de las novedades discográficas más interesantes de las últimas semanas

Por Fernando Rojo

Mora - 'Paraíso'

En 'Eight Days a Week', el documental de Ron Howard, se narra de manera magistral cómo los Beatles fueron consumiéndose durante los primeros años de su carrera en su doble tarea de simultanear una gira permanente de conciertos y actos promocionales con la composición de sus temas, a razón de una canción cada dos semanas, que iban surgiendo de la inspiración de Lennon y McCartney en los lugares más insospechados, como las habitaciones de los hoteles, los taxis o los camerinos. Es de sobra conocido cómo acabó aquella historia: decidieron no volver a salir al escenario juntos nunca más y se centraron en crear sus mejores discos.

Música urbana

Mora - 'Paraíso'

Imagen - Mora - 'Paraíso'
  • Discográfica Rimas Entertainment

Todos los artistas, desde los gigantescos como los cuatro de Liverpool hasta los más modestos, tuvieron que elegir en algún momento de sus carreras a qué labor deberían dedicar mayor tiempo: a la de encima de las tablas o a la del estudio. Hasta que toda la industria discográfica se desmoronó a principios de este siglo, y desde entonces la inmensa mayoría de las bandas giran de manera permanente, porque su negocio está en los directos, y solo paran muy de cuando en cuando para centrarse en la composición de nuevos temas con los que seguir llenando el combustible de sus conciertos.

Toda esta introducción sirve para explicar la rara avis que supone que en 2022 un cantante de éxito como el puertorriqueño Mora publique dos discos en el intervalo de apenas siete meses. Prácticamente solo los artistas del sector del reguetón y la denominada música urbana se pueden permitir el lujo de cortar su gira en julio, no actuar durante los cuatro meses siguientes y retirarse a las playas de Ibiza con amigos para que de ahí surja un disco como 'Paraíso'. Y es que el negocio de Mora está fundamentalmente en las descargas. La inmensa mayoría de los artistas no consiguen monetizar la escucha por Spotify y el resto de plataformas, pero él sí. Millones de descargas en apenas unos días le permiten jugar en la misma liga que la gran reina de la música comercial del momento, Taylor Swift.

La aparición del disco ha venido precedida de una original campaña de promoción en redes basada en la incertidumbre. Por no haber, no había ni fecha exacta de publicación, únicamente un porcentaje decreciente que iba mostrando a sus seguidores, lo cual ha llevado a mantener el suspense durante muchas semanas. Todo ello rematado en las últimas horas por el apoyo nada menos que de Bad Bunny e Ibai Llanos, dos sacerdotes imbatibles en esto de convertir en oro todo lo que promueven. De esta manera, cuando los fans abren el regalo se encuentran en un estado de excitación muy conveniente para comenzar a saborear un producto muy inteligentemente elaborado para el disfrute de sus incondicionales.

Mora no se anda con rodeos: ofrece a su público lo que se espera de la que es ya sin duda, y con solo tres discos en el mercado, una de las grandes estrellas de la música latina. Y el escaso margen de maniobra desde abril, cuando triunfó con 'Microdosis', lo ha aprovechado para articular un trabajo muy completo, que toca todos los palos posibles: el reguetón más clásico, el trap y el house. En este nuevo disco quizás no se adivinen hits tan rotundos como 'La inocente' o 'Memorias', que han estado martilleando todo el verano las pistas de baile. Pero en cambio sí que hay un concepto, un hilo conductor que recorre todo el disco, que no es otro que el disfrute, el hedonismo, un viaje a un lugar paradisiaco. Esa ausencia casi total de sufrimiento, que brota de forma natural por la despreocupación de no tener que estar pendiente de plazos ni de compromisos, solo se quiebra en algunos momentos, como cuando a Mora le viene la nostalgia de su Puerto Rico natal en 'Calentón', quizás el tema más sobresaliente del disco, que integra con sutileza dos canciones en una: la primera parte más electrónica y la segunda, más reguetonera. El puertorriqueño brilla en solitario -como en 'Domingo de bote' o 'En la orilla'- pero también en compañía de otros, especialmente con Quevedo en 'Apa', otra de las canciones que a buen seguro van a tener recorrido en los clubes de toda Iberoamérica, donde Mora ya es una estrella.

Mora acierta cuando se sale del carril, y se habrían agradecido canciones algo más arriesgadas, como es el caso de 'Eivissa', un medio tiempo muy bien acabado y distinto al resto del disco, o el remate instrumental de 'Malafama', que tal vez marquen los caminos por los que continuar en siguientes trabajos. También en el más clásico 'Cómo has estau', donde se nota la mano de Alizz, otro de los colaboradores de lujo del cantante de Bayamón. Buenos padrinos y excelentes compañeros de viaje no le han faltado hasta la fecha. Ahora lo que falta es que Mora termine de encontrar su hueco, y algunas pistas se avanzan en este 'Paraíso', que aunque se queda a medias en muchos momentos, es más un paso adelante que un estancamiento.

Por Javier Villuendas

Dry Cleaning - 'Stumpwork'

La banda tributo a Sonic Youth vuelve a sacar álbum rauda para aprovechar su momento tras el encumbrado 'New Long Leg' del año pasado, incluso por este periódico que le adjudicó un cuarto puesto en la lista de los discos del año en un ejercicio de exageración notable.

Post Punk

Dry Cleaning - 'Stumpwork'

Imagen - Dry Cleaning - 'Stumpwork'
  • Discográfica 4AD

Este 'Stumpwork' suena estupendo desde su primer tema, 'Anna calls from the artic', que es genial incluso, y el segundo o el tercero, particularmente este último, titulado 'Gary Asbhy', es uno de los picos de talento de esta cordillera del fusilamiento pues todo el conjunto, en general con tino aún con partes tediosas, suena a algo parecido a algo bien conocido como la banda de Thurston Moore, Lee Ranaldo y Kim Gordon, con ese fraseo entre susurrante y apático entre, a veces, incisivos riffs de guitarra.

Si Rodrigo Sorogoyen 'homenajea' de más a Gaspar Noé, se dice. Y aquí igual. Y algunos dirán: «Nadie ni nada es original». Por supuesto, se niega la mayor. Pero es que, además, aquí hablamos de coger un grupo heredero de la Velvet y heredar la herencia sin atraverse a cambiar ni las cortinas rajadas del abuelo ya sea para quemarlas. Y los grupos de versiones se valoran como mucho con dos estrellas.

Spoken Word abúlico sobre estructuras de post-punk, math rock y noise, con su punto melódico, tiene en 'Hot Penny Day' otro de sus hits, con esos arreglos entre árabes y jazzisticos febriles, un blues rock marciano no muy original tampoco, muy Rolling, pero más alejado de la Velvet-Youth aunque el fantasma de Kim Gordon sobrevuele siempre un bufete de abogados por si hay que dar un toque.

Por David Morán

Special Interest - 'Endure'

A toda velocidad, con el pie pegado al acelerador y el ímpetu explosivo de las ganas acumuladas, Special Interest llegan a su tercer trabajo despendolados, furiosos y contestatarios. Tanto monta, en realidad, porque el efecto es casi siempre el mismo: granadas de mano, humeantes bombas de racimo y canciones que explotan dejando un cráter de proporciones colosales, ideal para alicatarlo y darle forma de kilométrica pista de baile. Ya saben: que la revolución, o el fin del mundo, o lo que sea que llegue antes, nos pille bailando y brincando.

Punk

Special Interest - 'Endure'

Imagen - Special Interest - 'Endure'
  • Discográfica Rough Trade

Puro punk versión siglo XXI con el que la banda de Nueva Orleans, un cuarteto que empezó a armar jaleo hace cuatro años, se estrena en Rough Trade hermanando de la mejor manera posible la juerga y la trinchera. El azote inclemente a las consecuencias del capitalismo salvaje y los pies inquietos de quien creció demasiado ocupado quemando noches y domesticando 'beats' como para reparar en la tradición musical de la ciudad. Hedonismo industrial y brutalismo melódico para mantear el dance-punk y reivindicar el epicureísmo como sofisticada forma de protesta.

Liderados por la voz volcánica y erizada de Alli Logout, Special Interest son en 'Endure' una marmita de poción mágica en la que borbotean Atari Teenage Riot, Downtown Boys, los B-52's, The Rapture, Sparks y Death Grips. También, porqué no, lo más cerca que va a estar Sleater Kinney de lanzarle una opa hostil a LCD Soundsystem.

Combativo y gritón, 'Endure' viene con sorpresa: la colaboración de la rapera Mikki Blanco bajo la bola de espejos oxidada de 'Midnight Legend', single que le agarra a uno por los tobillos y lo arroja bajo este apabullante rodillo de ritmos marciales y guitarras braseadas. Un cóctel imponente y arrollador para espantar males a cañonazos.

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