Álvaro Suite: «Bunbury puede prenderle fuego al Universo en un momento de crisis, y volver a crearlo minutos después»
estrellas en mi menor
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En 2006, Bunbury decidió hacer otra de sus pequeñas grandes revoluciones artísticas y renovó su banda de acompañamiento al completo, diciéndole adiós a los miembros de El Huracán Ambulante y rodeándose de un nuevo plantel de músicos para afrontar una nueva etapa. Y los ... elegidos, sus nuevos escuderos, fueron Los Santos Inocentes. «A mitad de ensayos se le cayó un guitarrista. Hacía poco que nos habíamos conocido en un concierto mío en el Puerto de Santa María. Hicimos muy buenas migas, me llamó y me invitó a unirme a esa banda sustituyendo a ese otro guitarrista», recuerda Álvaro Suite, que convirtió ese estar en el sitio adecuado en el momento adecuado en un trabajo tan estable como fascinante.
«La definición de 'escudero' no es de mis preferidas, aunque entiendo perfectamente el sentido y me la tomo de buenas. En narrativa, un escudero es un segundón que acompaña a un guerrero o héroe, y que la mayoría de las veces recibe trato de eso: de segundón», comenta el guitarrista, nacido en Huelva en 1975 y fundador de grupos como Pinball, Suite o Los Labios. «En mi caso yo considero que trabajo en primera línea; evidentemente haciendo mi trabajo, pero con la misma entrega que cualquiera encima de un escenario. Entiéndeme esa «primera línea»: me refiero a la línea que pueda suponer un escenario y un show. Luego, de cara a público, industria, números o crítica, estoy donde me corresponde».
En el primer concierto que dio con Bunbury, en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, Suite alucinó con el nivel del tinglado en el que se acababa de meter. «Teniendo en cuenta que yo provenía de un circuito de salas pequeñas con aforos reducidos, donde me encargaba de cargar y descargar, montar y desmontar, conducir, cobrar y tocar, verme en una producción en la que contabas con personal profesional para cada detalle y un público masivo entregadísimo, fue un flipe. ¡Además se publicó en DVD!», exclama con orgullo.
Y desde ese día, en el que evidentemente hubo nervios y tensiones por la relevancia del evento, pudo ir comprobando que la leyenda negra del Bunbury borde y prepotente era eso, una leyenda. «Ser una figura tan mediática y que despierta tanta opinión debe ser complicado en según qué momentos de tu vida privada y profesional, pero precisamente Enrique no es de los que tiene problemas con el ego; creo que es incluso una virtud lo bien que maneja eso, siendo quien es», dice Suite, que entiende con amabilidad el interés que despiertan sus respuestas a las preguntas acerca del trato personal con una estrella de semejante calibre. «Él es Leo, como yo. Tiene su carácter y su manera de entender el trabajo y la profesión. Conozco pocos casos de artistas grandes que hayan manejado siempre su carrera al cien por cien. Son muchas decisiones, artísticas por supuesto, pero también empresariales. Y podemos afirmar que todas han sido acertadas. Eso tiene un precio: una vida dedicada al riesgo. Y eso conlleva lidiar con momentos de mucha tensión; desde una cancelación hasta una negociación, siempre puedes petar. Dicho esto, creo que Enrique tiene una manera muy poderosa de hacerse entender en estas situaciones complicadas. Y si bien puede prenderle fuego al Universo en un momento de crisis, también es capaz de volver a crearlo minutos después. Incluso mejorarlo. Nunca le he visto faltar el respeto o hacer sentir mal a nadie. Es un señor y un profesional educado y curtido a la vieja usanza».
Arriesgándonos a lindar con un terreno algo frívolo, pedimos a Suite que se preste al juego de comparar a Bunbury con otras leyendas del rock. Pero de nuevo, el guitarrista comprende que si hay un artista español que pueda prestarse a la búsqueda de similitudes de carácter mitológico, ese es el ex líder de Héroes del Silencio. «Si no lo conociera y lo viera por primera vez encima de un escenario, pensaría en Jim Morrison, Bon Scott, Nick Cave, incluso Eddie Vedder o Axl Rose. En un animal enigmático y atractivo. No puedes no estar siguiéndolo a cada paso. Compartes con él cada instante del show y cada segundo de la canción. Con él y con el resto del público».
Huelga decir que para Suite han sido quince años memorables, que por desgracia, quizá llegaron a su fin cuando Bunbury anunció su retirada de los escenarios por sus problemas vocales. «¿Que cómo lo viví? Con pena y preocupación. Es mi amigo y estaba jodido. Y para rematar me quedaba sin trabajo fulminantemente por causas mayores. A nadie le gusta cancelar y despedirte de tu gente en un contexto de preocupación y pena. Es una decisión durísima. Todo el que no está directamente involucrado (público, medios, opinión pública) puede pensar y opinar lo que quiera, pero ninguno tiene ni puta idea de lo que es pasar por eso. Enrique ha tenido que lidiar con un marrón de los que no se desea ni a tu peor enemigo. Afortunadamente eso ha quedado atrás. Ahora toca remontar el vuelo».

Efectivamente, Bunbury vuelve. Una vez identificado el origen de su enfermedad (el glicol, usado en el humo artificial que se dispara en los conciertos), anunció cinco actuaciones únicas en el mundo (México D.F., Guadalajara, Los Ángeles, Nueva York y Madrid) que serán toda una celebración. Pero queda por saber si será en compañía de sus Santos Inocentes, o de otra banda fruto de un nuevo impulso renovador del ídolo aragonés. «Si tocaremos o no con él en esos conciertos, es una información que no me corresponde dar a mí. Se ofrecerá desde los canales pertinentes en el momento que él lo vea oportuno», dice Suite con extrema formalidad.
Mientras tanto, los Santos Inocentes han grabado su primer disco sin Bunbury, titulado 'La orilla de los inocentes'. «Bueno, digamos que hemos publicado un disco; sin Enrique, sin Serrat ó sin Madonna», matiza Suite. «Esta banda tiene entidad propia desde el momento en el que nos ponemos un nombre. Nos sentimos muy unidos personal, artística y profesionalmente; nos necesitamos para hacer música. Juntos podemos hacer lo que nos dé la gana. Cada uno aporta algo esencial para mantener la esencia y la creatividad a niveles muy serios. Y esto es así desde hace muchos años. Que decidiéramos hacer un disco cuando nos vimos con unos meses por delante sin compromisos es una decisión natural que supimos aprovechar. Fue cuestión de elegir las canciones, buscar estudio, y programar un calendario. En el estudio estamos en nuestra salsa».
Por otro lado, Suite además está preparando el lanzamiento de su tercer álbum en solitario para seguir su propio camino después de disfrutar del privilegio de haber sido aleccionado por un coloso. «Con él he aprendido todo lo que necesitaba para afrontar mi carrera en solitario. Es un puto gigante que lleva décadas a su ritmo y su rollo, publicando discos, girando y escribiendo lo que y cuando le apetece. Asume riesgos que para otro serían suicidas o innecesarios, y le salen bien. Es un referente para miles de personas. Es un compañero de profesión respetado e idolatrado. Es un tipo atractivo, saludable, culto y divertido. ¿Cómo no va a repercutir en mi carrera pasar tantos años a la vera de este pavo?», exclama el guitarrista. «Si tuviera que sintetizar en una sola cosa todo lo que llevo aprendido de y con él, sería la capacidad de decidir y organizar una grabación. En el estudio es un pasote. Verlo crear una canción dirigiendo a unos músicos, decidir sobre la marcha, con todo tan claro y a la vez tan inmediato; la manera de procesar información tan delicada como es un arreglo que se pueda llevar la canción a otra parte, y tomar la decisión acertada,… son muchas cosas las que pasan en un estudio hasta conformar el álbum que luego publicas. Y ver trabajar a Enrique es una lección muy valiosa para mí».
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Los dos discos que Suite publicado hasta ahora, 'La Xana' (2020) y 'Fantasio' (2023), los ha creado teniendo muy presentes estas lecciones aprendidas. «Y confío en que así sea por muchos años más», dice antes de despedirse. «Este 2023 llevo publicados tres sencillos que son adelantos de lo que será mi tercer álbum, que pretendo publicar en noviembre bajo mi nuevo sello, MusicHunters. En septiembre publicaré el último adelanto, y para noviembre tengo planeado hacer un par de conciertos en los que desvelaré el nuevo álbum completo, con más de la mitad en primicia, además de una selección de mis canciones favoritas de los dos álbumes anteriores».
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