El Liceo celebra 175 años con grandes voces e invitados como Anne Carson y Antonio López

La temporada conmemorará el 175º aniversario de la obertura del teatro y, como celebración especial, contará con un concierto de la soprano Anna Netrebko. La diva interpretará los segundos actos de 'Macbeth', 'Turandot' y 'La bohème' junto a Joseph Calleja y Àngel Òdena (3 de abril). El hilo conductor de la temporada es el concepto de 'Paraíso', con el que el teatro también parece querer conjurarse y dejar atrás unos años complicados. «El Liceo no se está lamiendo las heridas, sino que sigue la línea del plan estratégico que empezó a configurarse hace tres años», ha asegurado el presidente de la Fundación del Gran Teatro del Liceo, Salvador Alemany, tras admitir que las dos últimas temporadas «no han sido fáciles».

En efecto, el director artístico del teatro, Víctor García de Gomar, señala que «para Dante, el camino hacia el Paraíso empieza por el infierno». El director general, Valentí Oviedo, considera que el calvario de cancelaciones a causa del coronavirus quedará pronto atrás, y por eso las previsiones económicas se han hecho partiendo de la hipótesis de que podrán abrir con el 70% del aforo a partir de septiembre, y que en enero podrán volver a llenar la sala al cien por cien.

La ópera del siglo XX tendrá una presencia destacada. La programación la abrirá 'Ariadna en Naxos' de Richard Strauss, y poco después podrá verse el 'Requiem de guerra' de Benjamin Britten, un oratorio que se ofrecerá escenificado. Serán ocho funciones que, a la práctica, doblarán el número de veces que ha podido escucharse en Barcelona desde que se estrenó en 1962. 'Wozzeck' de Alban Berg, protagonizado por Goerne y con escena de William Kentridge, y 'Pelléas et Mélisande' de Debussy, en la puesta en escena de Àlex Ollé, completan el cartel en este ámbito.

Por lo que respecta al canon de los siglos XVIII y XIX, destaca la trilogía de óperas de Mozart con libreto de Lorenzo Da Ponte, que podrá verse cuatro veces completa, bajo la dirección de Marc Minkowsky. 'Norma' de Bellini, 'Rigoletto' de Verdi, 'La flauta mágica' de Mozart y 'La dama de picas' de Tchaikovsky acabarán de dar forma a la temporada.

Se incrementa también la presencia de la música antigua, con el inicio de una integral de los madrigales de Monteverdi «vistos como una proto-ópera», según García de Gomar. Jordi Savall completará finalmente su integral de sinfonías de Beethoven en Barcelona, interpretando la Octava y la Novena; William Christie presentará 'Partenope' de Telemann; y René Jacobs, 'Orpheus' de Telemann. En el ámbito de la danza, destaca la 'Gisèle' de la compañía de Akram Khan, así como la puesta en escena del ballet 'La nit de Sant Joan' de Gerhard y una versión coreografiada del 'Winterreise' de Schubert. Esta misma partitura se podrá escuchar en la antigua Cárcel Modelo de Barcelona, con la voz de Benjamin Appl y en diálogo con obras de Antonio López. En la temporada se incluyen otras actividades, como el recital poético que ofrecerá Anne Carson y la charla que mantendrá con el ensayista Ramón Andrés, otro de los invitados destacados en la programación.

Con la apuesta por el talento local, el Liceo atiende lo que ha venido siendo una reivindicación persistente ya desde los tiempos de la dirección artística de Joan Matabosch: que el teatro que prestó un impulso decidido a las trayectorias de cantantes como Victoria de los Ángeles y Montserrat Caballé al inicio de sus respectivas carreras vuelva a ser plataforma para talentos del país con vocación internacional. «Es una apuesta que tenía que hacerse aquí ahora», ha asegurado García de Gomar, «y no supone ningún riesgo, porque tener una Pamina como Nuria Rial no es ningún experimento, ni lo es tener a Sara Blanch, que está haciendo 'Lucia di Lammermoor' en Palermo».

Para esta temporada, el Liceo cuenta con un presupuesto de 49'5 millones de euros y espera no solamente recuperar los 3.000 abonados que se dieron de baja durante la pandemia, sino incluso superar los que tenían en la temporada 2018-19. Por el camino, confían en rejuvenecer al público. Oviedo ha constatado que «los compradores de entradas han bajado su media de edad de los 47 a los 42 años», cosa que no atribuye solamente a las reticencias de las personas más mayores a ir al teatro, sino también y especialmente al éxito de las campañas de captación de nuevo público.