ÁNIMA NEGRA
Magia y misterio en Baztán
Dolores Redondo acaba de publicar 'Las que no duermen NASH', una novela que vuelve a sumergir al lector en una pesadilla de la que no es posible salir
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La novela negra es un género ajeno a la tradición literaria española hasta hace pocas décadas. Así como en Francia, en Suecia y en Italia surgieron autores que se consolidaron en este género en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en nuestro país ... hubo que esperar hasta 1977, la fecha en la que Manuel Vázquez Montalbán publica ‘La soledad del mánager’, una lúcida crónica de la Transición y de los cambios que se estaban produciendo en España.
A ese título, se sumarían en los años posteriores ‘Los mares del sur’ (1979), ‘Asesinato en el Comité Central’ (1981) y ‘Los pájaros de Bangkok’ (1983). En esas cuatro novelas, seminales del género negro en España, aparece la figura de Pepe Carvalho, el peculiar detective que ha inspirado películas y series de televisión.
Vázquez Montalbán falleció hace ya más de 20 años en Bangkok de un inesperado infarto. Dejó un vacío que otros autores han cubierto mientras florecía la afición por este tipo de novelas. Con otro estilo y otra sensibilidad creativa, Dolores Redondo es una de las escritoras que ha recogido el testigo con una producción literaria estimable. Su ‘Trilogía del Baztán’ fue un éxito de ventas y sirvió para catapultar a su autora a la condición de reina del género.
Es cierto que Dolores Redondo se aparta de algunos cánones de la novela negra al centrar su narrativa en el ambiente opresivo de las brujas y los espíritus de los bosques de Navarra. Hay elementos esotéricos y místicos en sus tramas. Pero en todos sus libros consigue crear un clima de misterio y de intriga en torno a terribles crímenes que encierran viejos secretos familiares. Una forma de escribir que conecta con autores como Jim Thompson o Ross MacDonald, dos virtuosos que se inspiran en los vínculos de sangre para ahondar en la miseria humana.
Una forma de escribir que conecta con autores como Jim Thompson o Ross MacDonald, dos virtuosos que se inspiran en los vínculos de sangre
Dolores Redondo acaba de publicar ‘Las que no duermen NASH’, una novela en la que ya no es protagonista la inspectora Amaia Salazar, que, desde la comisaría de Elizondo, hurga en el pasado para descubrir los crímenes rituales que se cometen en la zona. En su última entrega, el personaje central se llama Nash Elizondo, una psicóloga forense, que está trabajando en la excavación de una sima donde podrían hallarse los restos de brujas. Lo que sucede cuando desciende a las profundidades es que se topa con el cadáver de Andrea Dancur, una joven desaparecida varios años atrás.
El hallazgo del cuerpo de Andrea tiene una consecuencia inmediata: exculpar a la mujer que ha sido incriminada por su asesinato. La acción se desarrolla en marzo de 2020 en el momento en el que estalla la pandemia y la población es confinada. Nash se ve obligada a investigar el caso y pronto encuentra vínculos entre una serie de asesinatos en serie, antiguas leyendas de los Valles Tranquilos y oscuros secretos familiares.
Siguiendo la estela marcada por Sherlock Holmes, Nash utiliza métodos científicos para diseccionar la escena del crimen y seguir los rastros, pero pronto llega a la conclusión de que tendrá que desentrañar las motivaciones que han llevado a quitar la vida a esa chica en la que confluían las pasiones de su entorno.
Los libros de Dolores Redondo, nacida en San Sebastián en 1969, han sido traducidos a 38 idiomas y cuentan con ocho millones de lectores, según los datos de Planeta, su editorial. No hay duda de que estamos ante una escritora que sabe cómo fabricar un ‘best seller’, pero también ante una autora con oficio y maestría para crear atmosferas que envuelven al lector.
Me confieso devoto lector de Redondo porque, a pesar de ser consciente de la artificiosidad de sus historias, logra sumergirme en el clima lluvioso, las calles, los edificios y el río de Elizondo, la población del Baztán en la que ha ambientado muchas de sus novelas. Nadie como ella maneja atávicas leyendas vascas para construir inquietantes narraciones en las que se funden los mitos con la realidad.
Dolores Redondo es una creadora de fértil imaginación que entretiene e intriga con un dominio artesano de la escritura, lo cual dice mucho a su favor. Tiene además el mérito de haber creado un mundo propio. Por todo ello, recomiendo su lectura a quien no haya tenido la oportunidad de disfrutar de sus libros, tan adecuados para pasar una tarde de invierno junto a una chimenea como para hojear en un viaje en tren. Redondo es un valor seguro.
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