Una hora con 'Las Meninas' bajo nuestros pies
Visitamos el techo del Prado. En abril concluirán las obras de emergencia de la cubierta de la sala 12 del edificio Villanueva, que acoge esta y otras obras maestras de Velázquez. De los 10.342 metros cuadrados de cubiertas del museo ya se ha reformado o está en ejecución el 47,6%
La 'espalda de 'Las Meninas', por primera vez al descubierto
Las cubiertas de la sala 12 del edificio Villanueva mudan su piel de plomo, tras su acelerada degradación. Debajo cuelgan 'Las Meninas'
Eugenio d'Ors estuvo tres horas en el Prado. Nosotros, una, pero con 'Las Meninas' bajo nuestros pies. Tampoco es mal plan. Junto a la puerta de Jerónimos, donde a las once de la mañana hay ya una larga cola de visitantes ... esperando a entrar, una gran lona oculta los aparatosos andamios que hay en la zona. El Prado pone a punto el edificio Villanueva, sede principal del museo, que tiene una superficie construida de 38.374 metros cuadrados. Goza de una triple protección: es Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento; forma parte del Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Madrid, y se halla en el recinto declarado Patrimonio Mundial por la Unesco: el Paisaje de la Luz. Más protección, imposible. Más presión al trabajar en él, tampoco.
El museo se halla inmerso en las fases 7 y 8 de un plan de mantenimiento y conservación de las cubiertas del edificio Villanueva de 2012, actualizado y ampliado en 2023 con la redacción de un plan director de conservación y mantenimiento de dichas cubiertas, que se enmarca en el Plan de Actuación 2022-2025 del Prado. Esas dos fases corresponden, respectivamente, a las cubiertas y fachadas de la primera y segunda ampliación noreste (llamadas Grecas Norte, bajo las cuales se hallan las salas 7, 7A, 8, 8A, 9, 9A, 10 y 10A) –el presupuesto, 1.060.780,38 euros– y a las cubiertas del ábside y sus aleros de la sala 12, un espacio basilical presidido por 'Las Meninas' y donde cuelgan otras obras maestras de Velázquez, como los retratos de Felipe IV, Margarita de Austria, Isabel de Borbón, el Infante Don Carlos o el Conde-Duque de Olivares a caballo. El presupuesto: 1.339.107 euros.
Ya se habían ejecutado anteriormente la cubierta plana del cuerpo de Goya, los aleros y cornisas de los cuerpos de Goya y Murillo, las cubiertas de la Galería Jónica norte y sur y sus aleros, la cubierta plana del cuerpo de Velázquez y las cubiertas inclinadas del cuerpo de Goya. Incluida la sala 10A, donde cuelgan nueve obras de Zurbarán. En septiembre del año pasado publicábamos en estas páginas que, debido a la presencia de una DANA en la capital, un vigilante del museo detectó una mancha de humedad en dicho espacio. Inmediatamente, se activó el protocolo: se cerró la sala, se retiraron algunos cuadros por precaución y los técnicos del museo buscaron el origen de la humedad. Los sumideros estaban saturados. El 25 de mayo había comenzado la renovación de las cubiertas de esta sala, cuyas obras duraron ocho meses.
Quedan aún pendientes las cubiertas inclinadas del cuerpo de Murillo, las de la galería central y sus aleros, las cubiertas en batería de la zona sur y sus aleros, y las cubiertas planas de las zonas central-norte y central-sur. Del total de 10.342,13 metros cuadrados de cubiertas en el edificio de Villanueva, ya se han rehabilitado o están en fase de ejecución 4.922,78 metros cuadrados, lo que supone un 47,60%.
El personal del museo lleva a cabo labores de supervisión y mantenimiento ordinarios. Una empresa ajena a la obra se ocupa de las redes de evacuación de agua: revisa y limpia los canalones, los sumideros, las bajantes... Con fecha del 24 de marzo de 2023, se redactó un informe-propuesta de obras de emergencia en la cubierta de la sala 12 del Prado, al que tuvo acceso ABC. Lo firmaban tres miembros de la plantilla del museo: Carlos Jiménez Cuenca, coordinador general de Infraestructuras y Equipamientos; Marta Arriero, jefa del área de Obras y Mantenimiento, y Adela Sirviente, jefa de Sección de Obras. En él se relataba que en una inspección ocular ordinaria de las cubiertas observaron «signos alarmantes» en el estado de las cubiertas de la sala 12. Se consideró necesario acometer urgentemente una inspección extraordinaria. Tras hacer unas catas en dos planchas de plomo y analizar los elementos constructivos, se comprobó «el muy deficiente estado de los componentes de la cubierta» y el «grave riesgo» para el edificio, las obras maestras que hay bajo esa cubierta y la seguridad de las personas.
Se descubrió que se había producido un «deslizamiento peligroso» de algunas planchas de plomo a causa del excesivo tamaño y peso de las mismas (1,60 metros cuadrados y 48 kilos cada pieza de plomo), el insuficiente sistema de anclaje y la elevada pendiente de la cubierta en esta zona. Se formaron engatillados (pliegues solapados), con «un riesgo evidente de colapso de la cobertura», quedando «comprometida seriamente la estanqueidad de la cubierta». Además, se apreciaron microfisuras en el plomo, se constató «el deterioro, fracaso y rotura alarmante de los elementos se sujeción», la rotura de la barrera impermeable «tipo Gel Coat», los tableros de contrachapado estaban deshechos, se oxidaron los elementos metálicos y la madera estaba podrida. Los problemas llegaron a provocar el deterioro en la piedra de granito del cornisamento original de Villanueva con el riesgo de caída de algunos fragmentos.
Urgía, pues, sustituir toda la cubierta de la sala 12. Pero, debido a su singularidad, era necesario dejarlo en manos de profesionales especialmente cualificados. Hay pocas empresas que tengan una alta especialización en cubiertas históricas, particularmente las de plomo. El Prado no perdió un minuto y el 3 de abril de 2023, Marina Chinchilla, directora adjunta de Administración del museo, acordó la declaración de emergencia y la aprobación de la tramitación del expediente de contratación relativo a las obras de emergencia de la cubierta de la sala 12 de Villanueva. El protocolo exigía que la empresa que acometiera las obras debía asegurar que no se produjeran filtraciones de agua, protegiendo cada tajo al final de cada jornada con una triple revisión de las lonas y parando los trabajos en caso de precipitaciones de cualquier intensidad. El plazo: 9 meses. Las obras comenzaron en abril de 2023. Solo una empresa hizo una oferta a la licitación: Cotas 0,00 Arquitectos, Proyectos y Obras S.L. Si arreglar el techo de una casa resulta estresante, rehabilitar el de la sala de 'Las Meninas' debe infartar.
Tras colocarnos los cascos de protección, visitamos el techo del Prado, acompañados por Marina Chinchilla, Carlos Jiménez Cuenca y Marta Arriero. Se suman Francisco José Ruiz, director de Obra, y Álvaro Mesa, director de ejecución de Obra. Es otro 'Prado oculto', además de los almacenes, tampoco accesible al público. Desde arriba hay unas vistas espectaculares del barrio de los Jerónimos. Abajo, los ánimos están caldeados. A pocos metros se halla en el Ministerio de Agricultura, ante el cual se manifiestan los agricultores con sus tractores.
La última vez que se había intervenido en las cubiertas de Villanueva fue entre 1995 y 2000, un proyecto redactado por los arquitectos Dionisio Hernández Gil y Rafael Olalquiaga. Ya han pasado más de dos décadas (el tiempo hace mella en las cubiertas, las deteriora) y hay tecnología más avanzada en este campo. «Hay dos grandes pilares: mejorar la durabilidad y su eficiencia energética –advierte Carlos Jiménez–. Vamos a utilizar una cubierta ventilada, que a su vez incorpora una impermeabilización y un aislamiento de alta eficacia en muy reducido espesor«. Ese aislamiento, explica, es de tipo multicapa, ultrafino (12 milímetros), multirreflector, con cámara de aire en ambas caras, que minimiza el sobrecalentamiento. Además, se mejora el sistema de circulación para que el tránsito del personal de mantenimiento sea más seguro y se revisa y mejora el sistema de recogida y evacuación de aguas pluviales.
Las cubiertas de la sala 12 empezaron en abril de 2023 y está previsto que acaben el 1 de abril de este año. Se ha retrasado tres meses por las inclemencias meteorológicas y por mantener las máximas garantías de estanqueidad. Recordamos lo que ocurrió con las cubiertas de la ampliación de Jean Nouvel en el Reina Sofía, que costó 92 millones de euros. Tras su inauguración, hubo que volver a revisar todas las cubiertas, pues no eran impermeables. Cayó agua sobre una sala con obras maestras de Juan Gris. «No es el caso», advierte Carlos Jiménez. «Aquí, las cubiertas han durado perfectamente 23 años. La solución era adecuada, pero ahora tenemos más soluciones técnicas y las aplicamos».
¿Qué ocurrió en las cubiertas de la sala 12 para que estuvieran tan deterioradas? «Hubo una aceleración de esas lesiones propias del tiempo y es lo que nos motivó a tramitar un procedimiento de emergencia. Tiene una disposición geométrica y constructiva muy diferente al resto de las cubiertas: es mucho más inclinada y la dimensión de las planchas era muy grande y pesada». Se ha reducido para evitar que se desplacen. Se mantiene el plomo. Francisco José Ruiz, arquitecto director de la obra, comenta que es un material «muy estable, muy maleable y con el paso del tiempo puede llegar a sufrir microfisuras. Pero el plomo es el material histórico que tenemos y es con lo que tenemos que trabajar. La cubrición en plomo es tremendamente tradicional en Francia, en Inglaterra, aquí en España; o sea, forma parte de la solución tradicional». En la nueva cubierta de plomo se ha reducido el tamaño y peso de las planchas (una superficie de 1,35 metros cuadrados frente a los 1,60 anteriores y se ha pasado de 48 a 40,5 kilos) y se ha incrementado el número de anclajes.
Dos operarios, protegidos con líneas de vida, se mueven con habilidad pasmosa por la inclinada cubierta de la sala 12. Parece una prueba de 'El desafío'. Un 70% aproximadamente de la cubierta ya está remozada. Se aprecia perfectamente la zona antigua y la nueva. El lucernario de la parte superior estaba bien y lo único que se ha hecho es un trabajo de mantenimiento. ¿El Prado en cien por cien impermeable? «Trabajamos para que lo sea. Pero, si no fuese así, podremos actuar lo más rápido, contundente y mejor posible. Porque el riesgo cero no existe», comenta Marina Chinchilla. A unos metros, en la Greca Norte, están regando las cubiertas para ver que no hay filtraciones. Es una prueba de estanqueidad. La semana anterior se hizo con la cubierta de la sala 12.
Todos los trabajos se realizan a museo abierto. «Es un reto. No se planteó nunca cerrar el museo durante las obras. Una de las premisas para redactar los criterios y las bases de la intervención era mantener el museo abierto», comenta Marina Chinchilla. Y explica que el dinero de la rehabilitación de las cubiertas sale del presupuesto de inversiones del museo («es una línea absolutamente prioritaria»), excepto los trabajos de las Grecas Norte, que están siendo financiadas con fondos europeos.
Fernando Arnáiz, jefe de Obra, subraya los condicionantes del trabajo en sí y el lugar en el que están actuando: «Es una responsabilidad. Son 'Las Meninas' las que están debajo. Quizás esto hizo que solo nos presentáramos nosotros. A lo mejor estamos locos. Como empresa llevamos 15 años, pero dedicados al mundo de la conservación, la restauración pétrea y las cubiertas, 25 o 30 años». ¿Hasta cuándo valdrán las nuevas cubiertas? «Ninguna construcción dura eternamente. Todas las construcciones dependen de la conservación, el mantenimiento y la renovación periódica que se vaya haciendo. Las anteriores han durado en buenas condiciones unos 20 años. Estimamos que estas durarán lo mismo e incluso más».
Además del edificio Villanueva y el Salón de Reinos, habrá actuaciones en el Casón del Buen Retiro. No es necesario en el edificio de Rafael Moneo. En breve habrá una intervención importante en las fachadas del Casón. «Ha transcurrido mucho tiempo desde que se hizo la obra y hemos observado muchos deterioros en las fachadas». Asimismo, en su cubierta se harán labores de mantenimiento preventivo y correctivo. Durante este año se hará la redacción del proyecto y se prevé que las obras comiencen en 2025.