La lidia del siglo XVIII, según Picasso
La Fundación Suñol celebra el cuarenta aniversario de su muerte del artista exhibiendo veintiséis aguatintas que retratan la fiesta brava

Le gustaban los toros y todo lo que les rodea. Pablo Picasso fue un gran aficionado a la lidia y fue muchas tardes a disfrutar de las corridas en la Plaza de Toros de Arlés.
Para celebrar el cuarenta aniversario de su muerte, la Fundació Suñol exhibe las veintiséis aguatintas que retratan la fiesta brava del siglo XVIII según el genial pintor malagueño. Estos dibujos ilustran los textos del torero y escritor José Delgado, alias Pepe Illo. La exposición revela el trazo fino de Picasso que consigue convertir algo tan sangriento en un baile de tinta sinuoso y elegante.
Las láminas originales están en el Museo Picasso de Barcelona y se imprimieron para el libro “Tauromaquia” que fue editado por Gustavo Gili en 1956, dentro de su colección Ediciones de Cometa. Pero este proyecto se inició treinta años antes. En 1926 empezaron las conversaciones para llevar a cabo este libro pero se quedó en el tintero; tres décadas después el hijo del empresario editor, Gustavo Gili i Esteve, retomó el contacto con Picasso y logró concretar la impresión de 263 ejemplares.
El recorrido por estas veintiséis imágenes ilustra a modo de relato la lidia, desde la imagen de los toros en el prado hasta la cogida del torero en la plaza de toros. Todos ellos fueron pintados en una sola jornada y acompañan a las mil maravillas el tratado de tauromaquia de Illo (que se puede leer en la sala contigua). La simbiosis de la literatura y la pintura ensalzan este arte que en los últimos tiempos está en plena crisis por la fuerza de los antitaurinos que han conseguido prohibir los toros en Cataluña.
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