¡Hasta siempre, Paco!

Tuve la suerte de conocerlo en persona, gracias a mi trabajo. Siempre fue, para mí, una persona cercana y cordial, con un chiste a punto, siempre con cierta ironía. He podido escribir bastante sobre él y su obra, y cuando quise entrevistarlo jamás tuvo un no. Es más, aunque había ciertas cosas de las que le costaba hablar, respondía siempre con franqueza cuando le preguntaba sobre ciertos temas, y con ese deje irónico que tanto le caracterizaba. Incluso cuando le pedí cosas más bien complejas para él, accedió. Como cuando le dedicamos una exposición en el Saló del Còmic de Barcelona; le pedí algunos originales de sus primeras aventuras largas de Mortadelo y Filemón, que sabía que tenía en su casa muy bien guardados, los buscó y los cedió. Siempre estuvo dispuesto a hacer cosas para promocionar las obras que escribí sobre él. Era un trabajador incansable.

Creo sinceramente que la historieta española le debe mucho a Francisco Ibáñez. Él siempre defendía el medio y hablaba de la importancia de los guiones. Su popularidad puso siempre en primera plana este gran medio de comunicación que él dignificó. No hay prácticamente nadie en este país que no sepa quién es Francisco Ibáñez (aunque en alguna ocasión lo confundieran con el cantante Paco Ibáñez, pero eso él lo sabía llevar con mucha dignidad). Su obra ha acompañado y acompaña a varias generaciones de españoles. Yo entre ellos. Lo llevaremos siempre con nosotros. Paco, muchas gracias por todo, y ¡hasta siempre!