Siria cree haber encontrado el cuerpo del 'Padre de Palmira', el arqueólogo decapitado por el Estado Islámico
Las autoridades han realizado a una prueba de sangre a su hijo para confirmar el vínculo con Jaled Al Assad, el que fuera director de arqueología de la antigua ciudad patrimonio de la humanidad y que se negó a abandonarla para defender el museo y la ciudadela

«Acaban de extraerme sangre para hacer la prueba del ADN y debemos esperar al menos 72 horas para conocer los resultados. Nos duele el corazón después de cinco años de espera y confiamos en que el cuerpo encontrado sea el de nuestro padre, el mártir ... », asegura Tarek , hijo de Jaled Al Assad , quien fue director de arqueología de Palmira, en el desierto de Siria, y a quien el grupo yihadista Estado Islámico (EI) asesinó el 18 de agosto de 2015 en la plaza situada frente al museo. Los medios sirios informaron el lunes de la aparición de tres cuerpos en Kahloul , al este del oasis considerado patrimonio de la humanidad por la Unesco, y apuntaron a que uno de ellos podría ser el del apodado como 'padre de Palmira', que fue el encargado de dirigir este lugar entre 1963 y 2003.
Palmira fue conquistada en dos ocasiones por los islamistas durante los años del califato. Tras la primera toma, la mayoría de la población escapó del lugar, pero el profesor Assad decidió quedarse para defender el museo y la ciudadela . Tarek y el resto de la familia escaparon en uno de los camiones enviados por el Ministerio de Antigüedades para salvar piezas del museo. Su padre se negó a salir y esa fue la última vez que le vio con vida. Los yihadistas no tardaron en apresarle y le interrogaron «para que les mostrara el lugar donde el gobierno guardaba un tesoro de dos toneladas de oro , alguien les contó este bulo y se lo creyeron», declaró Tarek a este medio en un encuentro mantenido en Damasco tras el asesinato. Sufrió 28 días de malos tratos antes de decapitarle ante sus vecinos. « Se negó a arrodillarse y pidió que le cortaran la cabeza de pie, como las columnas y las palmeras de Palmira », comentaba Tarek con lágrimas en los ojos. Desde entonces vive atormentado por no haber podido enterrar a su padre y esa pesadilla podría terminar esta misma semana tras los análisis de ADN.
«Su lugar favorito era el museo, por eso pidió a sus verdugos que le permitieran dar un último paseo por sus galerías antes de que le cortaran la cabeza y ahora, si se confirma que son sus restos, nos gustaría enterrarle en los jardines que rodean a este edificio», apunta el hijo desde Damasco.
Destrucción y abandono
La primera ocupación de Palmira duró poco menos de un año y en ese tiempo los yihadistas emplearon el anfiteatro romano para realizar asesinatos colectivos , convirtieron el museo en su prisión y aplicaron su agenda de «limpieza cultural» para justificar la voladura de las tumbas de Mohammad Ben Ali, un descendiente de la familia del primo del profeta Ali Ben Abi Taleb, y de Nizar Abu Bahaedin, un religioso local, destruir la figura del León de Al Lat, de tres metros y medio de alto, quince toneladas de peso y más de 2.000 años, y dinamitar el templo de Bal, erigido en el 32 D.C en homenaje al dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad.
Cinco años después «el lugar está abandonado y eso nos preocupa . Es necesario que la comunidad internacional, con Unesco a la cabeza, intervenga para realizar al menos labores de mantenimiento ya que el abandono puede provocar a la larga más destrozo», lamenta Mamun Abdulkarim, quien fuera director de Antigüedades de Siria durante los años más duros de la guerra en los que le tocó hacer un plan de emergencia para salvar piezas de los museos de todo el país. Abdulkarim tiene palabras de recuerdo para Assad, «un gran hombre que no dudó a la hora de dar su vida por Palmira», y espera que pueda descansar de una vez en la tierra por la que tanto luchó.
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