Bankia, el rescate más caro en la historia de España: 23.465 millones de euros
El presidente de Bankia, Jose Ignacio Goirigolzarri, ha convocado junta de accionistas para el próximo 29 de junio, una reunión crucial en la que se aprobará el plan estratégico de la entidad, una vez nacionalizada
Ahora se empiezan a levantar las alfombras. El consejo de administración de BFA-Bankia aprobó ayer solicitar al Estado una inyección de 19.000 millones de euros para afrontar su recapitalización, después de que el nuevo equipo directivo de la entidad, con José Ignacio Goirigolzarri a la cabeza, evaluase el verdadero estado de salud del grupo. La entidad ya había recibido 4.465 millones del FROB para sufragar la fusión de las siete cajas que forman Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia. Así, el rescate de la cuarta entidad financiera del país ha consumido hasta el momento un total de 23.465 millones de euros de ayudas públicas directas y se convierte en el rescate más caro en la historia de España.
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El FROB ya aprobó la pasada semana convertir en capital ese préstamo inicial de 4.465 millones a solicitud del consejo de la entidad. Esa conversión, que supondrá su nacionalización, se llevará a cabo «a la mayor brevedad», según informó ayer el grupo a la CNMV dentro de su plan de recapitalización, que ahora debe ser aprobado por el Banco de España, el Ministerio de Economía y las autoridades europeas, y que mañana será detallado a analistas y periodistas junto con el de saneamiento.
Ampliaciones de capital
Después de eso, BFA, matriz de grupo, llevará a cabo una ampliación de capital por 19.000 millones que se prevé cerrar en junio y que será suscrita por el Estado, con lo que el FROB tomará el control de la entidad . Y, por último, Bankia, la filial cotizada, realizará otra ampliación por 12.000 millones que será cubierta por BFA, que ahora posee el 45% del banco cotizado, y en la que se garantizará el derecho de suscripción preferente para los actuales accionistas.
Esto supone que para mantener su participación, esos accionistas deben comprar ahora más títulos, que desde su salida a Bolsa se han depreciado un 58%. Eso no impedirá que el Estado entre en el capital de Bankia como accionista mayoritario . Pero de no acudir a la ampliación, la participación de los minoristas podría reducirse del 55% que controlan hasta ahora a un 8%, según los cálculos de los analistas.
La entrada del Estado se formalizará mediante la compra de esas nuevas acciones y no de bonos convertibles contingentes («cocos»), como prefería Economía. Se trata así de una ayuda directa solo recuperable cuando se venda la entidad, y no de un préstamo a devolver más un interés del 10%.
La magnitud del rescate —supera y dobla los fondos del FROB usados desde 2008 para apuntalar al resto del sector, unos 11.000 millones— echa por tierra también las estimaciones del Gobierno. El ministro de Economía, Luis de Guindos , había calculado que el Estado tendría que usar un máximo de 15.000 millones para cubrir las necesidades que sufran las entidades a raíz del saneamiento exigido por la reforma financiera.
Bankia los va a consumir casi todos. En todo caso, desde Economía insisten en que el ministro se refería únicamente al impacto del segundo decreto de la reforma financiera, mientras que la petición incluye el saneamiento derivado de las dos normas de la reforma más los aflorados ahora por el nuevo equipo directivo.
Eso sí, De Guindos ya avisó el pasado miércoles de que Bankia recibiría «todo el capital necesario» para asegurar su futuro. Y Goirigolzarri no se quedó corto a la hora de pedir apoyo público para sanear la entidad. Quizá porque ahora conoce parte del auténtico agujero: el consejo aprobó ayer la reformulación de las cuentas de la entidad, que arrojan unas pérdidas de 2.979 millones de euros en 2011 .
¿Dónde está el agujero?
La reforma financiera obliga a Bankia a dotar 8.745 millones, entre provisiones del ladrillo y capital. Pero esa profunda corrección de la valoración del balance ha detectado necesidades adicionales de 4.000 millones para cubrir la cartera inmobiliaria . Para ello, empleará 12.745 millones. Ese diagnóstico lleva también al grupo a la conclusión de que debe realizar dotar otros 5.500 millones para proteger el resto de créditos . Y 6.700 más para las pérdidas esperadas en sus participaciones industriales y activos fiscales, según detalla el plan.
Todo ello suma un saneamiento neto de 19.000 millones. «La ejecución de estas medidas refuerzan la solvencia, liquidez y solidez del grupo y nos permiten afrontar una nueva etapa de desarrollo del negocio bancario y avanzar en la creación de una gran franquicia», aseguró ayer Goirigolzarri.
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