El pueblo que más se parece a como era España en la Edad Media
Uno de los creadores de la serie «El Cid» explica sus viajes a Soria, «la provincia que conserva más vestigios del siglo XI», y por qué eligió Calatañazor como lugar esencial para el rodaje
Un viaje a Calatañazor significa aterrizar, de repente, en el año mil. Esa era la idea de un célebre artículo del filósofo Julián Marías , quien durante meses cada año convertía la provincia de Soria en «el centro de su circunstancia». Pero ... el año mil no solo aparece en el artículo de Marías o al recordar la batalla en la que Almanzor (en 1002) fue derrotado por primera y última vez, poco antes de su muerte en Medinaceli. El año mil está en todas partes.
El primer fin de semana que Luis Arranz, co-creador y responsable del equipo de guión de la serie El Cid (Prime Vídeo), salió a localizar exteriores, antes de empezar a escribir, fue a visitar esa zona de la provincia de Soria: el cañón del río Lobos, Vinuesa, la Laguna Negra, Calatañazor. En aquella escapada confirmó una idea que ya le sobrevolaba la cabeza:
«La provincia de España que conserva más vestigios del siglo XI o de esa época es Soria, sin duda. Evidentemente, no hay ningún pueblo de España que conserve el siglo XI por completo, pero si alguno se parece mucho a cómo debió ser, ese es Calatañazor», explica a ABC.
«Las casas son de adobe -continúa Arranz-, los travesaños de madera, todo tiene un aire medieval muy evidente. Pervive el recuerdo de Almanzor, y hay dos iglesias románicas muy interesantes. La propia orografía del pueblo recuerda aquella época: está en un alto, con su muralla, el castillo, con los soportales de la calle principal. Vimos que era el sitio ideal para el rodaje de los exteriores de León. Con un atrezzo básico en la calle principal hacia la plaza, recreamos esas calles de León donde estaban la plebe, los vasallos y los mercaderes. Hay otro pueblo que se asemejaba mucho - Albarracín , en Teruel-, pero Calatañazor nos servía mucho, era el mejor para ambientar la serie, el que conserva más sabor medieval , con calles empedradas, sin coches. Tapamos algún cable, algo que sonaba a moderno, pusimos unos carros y unos puestos de mercaderes, y poco más tuvimos que hacer».
Calatañazor es hoy casi una copia de cómo era en el año mil, cuando se llamaba Calat Am Nasur , en árabe, o Castillo de Buitres.
Al llegar, el turista tiene esa misma impresión. En este pueblo repoblado por los cristianos a finales del siglo XI solo viven unas pocas decenas de personas. Ahí está, sobre una colina, con sus edificios construidos en piedra, adobe y madera de enebro , rematados por chimeneas pinariegas , en forma de cono y cubiertas de teja, tan características de esta zona. En 1962 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional.
La estructura de Calatañazor se centra en una empinada calle (la calle Real) que termina en la plaza mayor. En el centro hay un rollo bajomedieval , una columna de piedra del siglo XV que representaba la categoría administrativa del pueblo y que a veces se utilizaba para los ajusticiamientos. Al lado, el Ayuntamiento y el castillo. Y, por supuesto, los templos que citaba Luis Arranz: la ermita románica de la Soledad , a la entrada; la de San Juan Bautista, de la que solo quedan la portada y los muros, y la iglesia de Santa María del Castillo, mezcla de estilos gótico y románico.
El castillo, del siglo XV, tiene unas vistas imaginables sobre el Valle de la Sangre , donde Almanzor habría sido derrotado, donde perdió el tambor (la alegría). Y cerca del pueblo, en dirección a Muriel de la Fuente, está un sabinar con árboles de gran porte. A 27 kilómetros, El Burgo de Osma, y cerca de este pueblo, el cañón del Río Lobos , una de las rutas familiares más bonitas de España.
El castillo de Almenar , que también tiene su protagonismo en la serie, queda algo más lejos, a unos 60 kilómetros, después de pasar por la capital de provincia. «Sobre la elección del castillo tuvimos más dudas y barajamos más opciones -explica Luis Arranz-. Sin embargo, el enclave donde está y el tipo de construcción que era nos resultaban muy útiles, sobre todo porque hay una explanada donde podíamos montar una liza. Ese fue un factor clave. Soria se convirtió en nuestra provincia de referencia».
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