Probamos los nuevos iPad de Apple: ¿cuál de los dos merece más la pena?
La empresa de la manzana ha renovado su familia Pro y la línea básica con dos nuevos exponentes muy diferentes

Las tablets han vivido una segunda explosión al calor de la pandemia. Y dentro del mercado de este tipo de dispositivos, no cabe duda de que Apple figura entre los fabricantes más punteros. Como cada año, en este 2022, la empresa de Cupertino le ha pegado un nuevo lavado de cara a varias de sus familias. La pasada primavera le tocó al iPad Air, del que ya os hablamos, y este otoño le ha llegado el turno a su iPad a secas y al modelo Pro, el más puntero entre todos los que, actualmente, se pueden encontrar en tiendas.
¿Merecen la pena? Como siempre, depende de las necesidades del usuario y de sus filias y sus fobias, especialmente en los que se refiere a sistemas operativos y al eterno debate entre iOS y Android. Con todo, no cabe duda de que los flamantes iPad Pro y iPad -así, 'a secas'- no están pensados para el mismo consumidor. No ofrecen lo mismo ni de lejos.
Tamaño contra comodidad
Efectivamente, el iPad Pro de 2022 es el dispositivo más potente que tiene Apple dentro de este segmento. La versión que hemos probado es la de 12.9 pulgadas de (enorme) pantalla Liquid Retina XDR. Con el periférico tipo teclado lanzado por Apple, el Magic Keyboard, el 'gadget' casi pasa por un ordenador. Sin este, aunque reconocemos que la tablet está perfectamente construida y no hay quejas en lo que respecta al diseño, es cierto que puede resultar algo pesada. Al menos en esta versión, que ronda los 700 gramos. Ya con el teclado incorporado, que además intenta hacer las veces de protector de la pantalla, la cosa se complica bastante, especialmente si lo estamos utilizando y no tenemos donde apoyarlo.
El iPad normal, mientras tanto, resulta mucho más cómodo. La pantalla se queda en 10,9 pulgadas, y la diferencia se nota bastante. El peso, evidentemente, se reduce hasta los 480 gramos aproximadamente. Aproximadamente un tercio menos que el iPad Pro. Si estás buscando un dispositivo fácil y cómodo de utilizar, posiblemente esta versión tenga más sentido. En diseño, el 'gadget' pega un salto notable respecto a su antecesor y va más en línea con el modelo Air.
Imagen y resolución, no hay debate
Ahora bien, si lo que quieres es potencia, está claro que lo que necesitas es el modelo Pro. La pantalla de 12.9 pulgadas sigue contando con la tecnología miniLED, presente ya en los iPad de 2021. A nivel de resolución nada que objetar. Tanto los colores como los contrastes están bastante logrados.
Sin duda, se trata de una de las mejores tabletas que hay en el mercado en este aspecto. Profesionales del diseño y del mundo audiovisual, sin duda, sabrán sacarle partido. También nos parece el 'gadget' ideal para jugar a videojuegos en la nube, por ejemplo, a la plataforma de Xbox, gracias a su alta tasa de refresco (de 120 Hz) y a lo buena (pero mucho) que es su pantalla.
El iPad normal ofrece una buena resolución de imagen. Aunque, evidentemente, no se encuentra ni cerca de lo que es capaz el iPad Pro. En definitiva, un dispositivo interesante si quieres consumir audiovisual con una calidad notable. En este aspecto, va sobrada. Y, para el usuario corriente, tampoco hace falta más. Ahora bien, no esperes que te deje alucinando.
Sobresaliente y notable
En lo que refiere a rendimiento, el iPad Pro de 2021 iba sobrado gracias al primer chip de fabricación propia de la empresa de la manzana: el M1. El nuevo modelo incorpora el flamante M2, presente también en los Mac más recientes que ha puesto la tecnológica en el mercado.
El motor, como era de esperar, puede con lo que le pidas y más. Mucho más. Ideal para la multitarea, para el 'gaming', para todo. Tiene mucho que ofrecer, pero, sin duda, el dispositivo sigue estando muy limitado por la filosofía de Apple de limitar las aplicaciones a lo presente en la App Store. Cabe destacar que estamos ante un 'gadget' más capaz que muchos de los ordenadores que hay en el mercado, sin embargo, durante las pruebas, no hemos tenido la sensación en ningún momento de encontrarnos con un dispositivo de este tipo.
El iPad normal, mientras tanto, se queda lejos en lo que se refiere al procesador. El dispositivo monta un chip A14, el mismo que estaba presente en los iPhone 12. Aunque pueda parecer un chip algo veterano, tiene dos años, ofrece un rendimiento muy bueno y una gran fluidez. Quizá, atendiendo al precio del dispositivo, Apple podría haber optado por un procesador más reciente. Sin embargo, el usuario no encontrará problemas.
Punteros y autonomía
El iPad normal es compatible con el Apple Pencil de primera generación. Mientras tanto, el nuevo, el de segunda, se puede utilizar en el Pro; este, además, se añade la funcionalidad de puntero flotante, que funciona perfectamente y permite que la pantalla detecte al dispositivo sin necesidad de que entre en contacto, algo que será del gusto de los profesionales del diseño o del arte en general. Gracias al dispositivo, podrán interactuar con sus creaciones de una forma más inteligente.
En autonomía, el modelo normal puede llegar a alcanzar las 10 horas de navegación. El Pro se va por encima, llegando a aguantar ese mismo tiempo pero con reproducción de vídeo. Ambos tienen entrada de carga USB-C.
Como en la anterior generación, el nuevo Pro cuenta con tecnología de desbloqueo facial. Mientras tanto, los usuarios del iPad normal se tendrán que conformar con el sistema de huella dactilar. Los dos funcionan perfectamente.
Buenas cámaras
Las cámaras no son uno de los principales requisitos en un tablet. Al final, no nos encontramos con el dispositivo ideal para sacar fotos o grabar. Sea como fuere, el modelo Pro cuenta con un gran angular y un ultra gran angular, de 12 y 10 MP respectivamente, ubicados en la parte trasera, junto a un sensor para captar la profundidad.
Los resultados que ofrecen estas cámaras son realmente buenos, aunque, remarcamos, no nos parece una característica que se deba tener especialmente en cuenta a la hora de comprar una tableta.
La cámara interior para la realización de videollamadas, de 12 MP, es más interesante. Ofrece buena imagen durante las conferencias y, además, sigue el movimiento del usuario manteniéndolo enfocado en todo momento. O casi. Si hay gente moviéndose detrás de él, es bastante fácil que el dispositivo se confunda y acabe siguiendo a quien no debe.
El iPad normal, mientras tanto, cuenta con una buena cámara para las videollamadas, que también es de 12 MP. La trasera, lo dicho, bien pero este no es el mejor dispositivo para sacar fotografías, igual que ocurre con el Pro.
¿Merecen la pena?
El iPad Pro es capaz de todo, sin embargo, el hecho de que, al final, esté igual de limitado a nivel de software que un iPhone, hace que la experiencia de uso acabe resultando algo limitada. Ahora, si te dedicas a la creación de contenido audiovisual o al diseño, es un dispositivo a tener en cuenta. Ahora bien, ten claro que esta versión, la de 12,9 pulgadas, te va a obligar a rascarte el bolsillo. Y bastante. En la versión más básica en lo que se refiere a almacenamiento, estamos hablando de 1.449 euros, que pueden convertirse en más de 2.800 si queremos el de 2 TB de memoria.
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Mientras tanto, el iPad a secas está pensado para el usuario de Apple que quiera una buena tableta de la marca, pero no necesite lo mejor. Parte de los 579 euros en la versión más básica, con unos 64 GB que nos parecen completamente insuficientes. La otra versión, la de 256 GB parte de los 779. Posiblemente, a Apple se le haya ido un poco la mano con el precio. Especialmente comparado con el iPad de novena generación lanzado por la compañía el año pasado, que sigue disponible para su compra y que ya era un dispositivo interesante a pesar de su diseño, algo obsoleto.
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