William Beebe: naturalista, mejor que rey
terra ignota
Descendió en 1934 a más de 900 metros bajo el océano en una batisfera para descubrir nuevas especies submarinas
Alexandra David-Néel, una mujer en el Tíbet

Charles William Beebe fue un naturalista neoyorkino que exploró selvas y descendió hasta las profundidades del océano. Su experiencia quedó plasmada en un libro titulado 'Ser naturalista es mejor que ser Rey', en el que expresa una profunda pasión por la Naturaleza que ... le impulsó a recorrer los cinco continentes.
Beebe era ornitólogo y entomólogo, pero por lo que ha pasado a la historia es por la construcción de la primera batisfera. Descendió a 430 metros de profundidad en junio de 1930 en las islas Bermudas, récord que superó cuatro años después al bajar a 920 metros, algo que nadie había conseguido. En su viaje a las profundidades, pudo observar especies jamás vistas.
MÁS 'terra ignota'
El naturalista estadounidense se asoció con el ingeniero Otis Barton para construir la primera batisfera, llamada así porque era una esfera de acero de siete centímetros de grosor. Pesaba 2.300 kilos y, carente de propulsión, era deslizada mediante un amarre de acero. Tres pequeñas ventanas con cristales de cuarzo fundido permitían ver el exterior. De un diámetro de 1,42 metros, estaba dotada de un cable que suministraba electricidad para la iluminación externa y de otro que le facilitaba la comunicación por teléfono, ambos conectados a un buque. El sistema de oxigenación de aire hacía posible que dos personas pudieran respirar en el reducido habitáculo durante seis horas.
Beebe no pretendía establecer un récord de profundidad, sino estudiar la fauna marina. Pudo observar dos peces planos de dos metros de largo a unos 600 metros bajo la superficie, especies que emitían luz y especímenes desconocidos por la ciencia. «Sólo los hombres muertos se han hundido por debajo de este nivel», subrayó. Su hazaña fue acogida en Estados Unidos como un gran hito científico y le granjeó una fama que le ayudó a posteriores expediciones a las selvas centroamericanas.
Su hazaña submarina le granjeó una fama que le ayudó en posteriores expediciones a selvas centroamericanas
A mediados de los años 30, Beebe centró su interés en la exploración de las selvas de Venezuela, la Guayana y Trinidad, especialmente en lo referente a insectos y pájaros, siendo uno de los primeros científicos en reivindicar la protección del medio ambiente. Fue también un estudioso de la evolución. Sostuvo que el Tetrapteryx, un saurio con alas, había sido un eslabón clave en el desarrollo de los pájaros, una teoría confirmada por recientes hallazgos.
Nacido en el seno de una familia acomodada de Brooklyn en 1877, Beebe estudió zoología en la Universidad de Columbia. A finales de 1909, un filántropo llamado Anthony Kuser financió una expedición por todo el mundo para catalogar e investigar a los faisanes. Recorrieron África y Asia y llegaron hasta las faldas del Himalaya para buscar una rara especie que sólo habitaba en ese lugar. Beebe tuvo muchos problemas con sus compañeros, pero prosiguió hasta el final del viaje en China, donde sufrió un ataque de depresión, tras explorar Borneo, Malasia y Birmania. Según relató su esposa en el juicio de su divorcio, Beebe amenazó con arrojarse al río y dispararse un tiro en la cabeza,
Su legado
Desempeñó el cargo de director de estudios tropicales en la Sociedad Zoológica de Nueva York, lo que le puso en contacto con millonarios estadounidenses que le apoyaron en sus proyectos. A mediados de los años 20, viajó a las islas Galápagos para estudiar la vida salvaje. Allí realizó sus primeras inmersiones que dieron origen a la construcción de la batisfera. Escribió varios libros a partir de sus observaciones de la fauna oceánica con detalladas descripciones que suscitaron polémicas científicas sobre la naturaleza de sus descubrimientos. Una de ellas, era su afirmación de que los peces de las profundidades se alimentaban de los restos de carnívoros. Y otra que la luminiscencia de las especies abisales tenía la función de atraer presas para alimentarse.
William Beebe es hoy reconocido como uno de los principales naturalistas del siglo XX. Su legado científico se plasmó en una decena de libros. En uno de ellos, de más de mil páginas, describió la tipología y los hábitos de los faisanes, el estudio más completo que se ha realizado sobre esta especie. Murió en Trinidad en 1962, lugar en el que se había refugiado para pasar sus últimos días.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete