El año que viene

Parece que hemos entrado en un 'loop' donde no es posible afrontar tantos complejos desafíos que el mundo de hoy nos pone delante con un espíritu positivo y unos debates constructivos. Al revés, tenemos continuos desencuentros y una infinidad de degradantes insultos.

Quizás es más simple afiliarse a un bando y defender ciegamente lo que el mismo propone, porque probablemente se tiene una sensación de mayor protección y mayor fortaleza.

No se entiende que, al contrario, es la manera más rápida de perder la capacidad crítica, que es unas de las claves del libre pensamiento y de la libertad, que son las bases de la democracia.

Por favor, dejemos de ser ideológicos y volvamos a recuperar los valores y, en primer lugar, el respeto recíproco.

Creo que todos compartimos la necesidad de una sociedad más justa y diversa, de una mayor capacidad de inclusión, de una reducción de la pobreza, de un mayor cuidado del planeta o de vivir en paz. Todo esto les conviene también a los más egoístas.

Nadie puede sentirse el único depositario de estos temas y acusar a los que tienen soluciones distintas de las propias como adversarios absolutos con los que no confrontarse .

No existen recetas ideológicas, las únicas recetas son las pragmáticas. Los problemas están encima de la mesa, pero no se debate cómo afrontarlo y cómo intentar buscar la mejor solución.

Los conflictos ideológicos provocan equivocaciones y nos alejan de esta mejor solución que tenemos que encontrar.

Se habla mucho y con razón de sostenibilidad y de gobernanza, dos palabras que en su significado son determinantes para afrontar cualquier tipo de iniciativa política o empresarial.

En la política, la sostenibilidad es tomar decisiones no para perpetuarse en el poder, sino para ofrecer soluciones a los problemas de la sociedad, que sean sostenibles también en el tiempo.

En la Política, la gobernanza, que quiere decir buen gobierno, lo es todo.

Pensamos en los avances en el buen gobierno de las empresas, con mayor razón necesitamos avances en el buen gobierno de la política. En política necesitamos criterios ESG, transparencia, coherencia, cuidado real de los 'stakeholders', respeto de los equilibrios institucionales, sostenibilidad social y también económica, cumplimiento legal, iniciativas políticas que aumenten la reputación interna y externa de un Estado, de un país, y, sin duda, visión estratégica.

Con esta reflexión deseo a todos un buen 2024 donde a los conflictos se imponga la Política con la P mayúscula.