La frustrada presión de los Testigos de Jehová a ABC para evitar que se informara sobre ellos
Interpusieron una demanda al diario, que fue desestimada por el juzgado de Torrejón de Ardoz. Pero esa no fue su única medida de presión
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Haga la prueba. Teclee en cualquier buscador de internet las siguientes palabras: Testigos de Jehová derecho de rectificación. Le aparecerán varias páginas con decenas de enlaces a medios de comunicación que han publicado el escrito de «rectificación» enviado por los Testigos de Jehová como respuesta a la información que anteriormente había publicado el diario sobre la confesión religiosa.
Ha sido la práctica habitual de los Testigos de Jehová ante cualquier noticia que se publicara sobre ellos con la que no fuera estrictamente laudatoria. La ley orgánica que regula este derecho señala que cualquier persona, natural o jurídica, tiene derecho a rectificar la información difundida por cualquier medio de comunicación social, de hechos que le aludan, que considere inexactos y cuya divulgación pueda causarle perjuicio. Ese derecho se ejerce a través de un escrito enviado al director del medio de comunicación.
Ocurrió con el primer artículo que este diario publicó en referencia al juicio que enfrentaba a la confesión religiosa con la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová, titulado «La guerra estalla en los Testigos de Jehová». Unos días después llegaba a la redacción un escrito de los Testigos, en un tono amable, reclamando la rectificación de la información publicada. Pero, después de valorar aquel escrito, y consultar con los servicios jurídicos, ABC decidió no publicarlo.
Los motivos eran claros, el texto no se ajustaba a lo que marcaba la ley reguladora del derecho de rectificación. Según los abogados de ABC «no se relacionaban los hechos que se pretendían rectificar», además de que «no contenía una una versión distinta de los hechos periodísticos cuya rectificación pretendían sino una valoración amable de la congregación acerca de sí misma además de hechos ajenos a la noticia publicada». También se consideró «improcedente» su publicación, ya que «en el artículo periodístico publicado se ofrece la versión de los hechos a través de las manifestaciones del portavoz de la congregación religiosa demandante».
De tono amable a demanda judicial
Ante la negativa de ABC, el tono amable inicial mudó en una demanda judicial interpuesta ante el juzgado de 1º instancia de Torrejón de Ardoz. Además, los Testigos de Jehová trataron de incorporar aquella demanda y la negativa de ABC a publicar su peculiar derecho de rectificación como prueba en el juicio que les enfrentaba con sus antiguos adeptos. Antes del comienzo de la tercera sesión, el abogado de los Testigos presentó varios documentos con informaciones de medios de comunicación, incluido ABC, con testimonios de miembros de la asociación de Víctimas. Según dijo el letrado en ellos «se repetían las mismas falsas acusaciones que en este juicio».
La incorporación de estas «nuevas pruebas», fue rechazada por la juez, que argumentó que las víctimas «no han infringido ninguna norma procesal con las declaraciones a los medios» y que en el juicio «no es parte demandada ningún medio de comunicación».
Aluvión de cartas
No fue la única medida de presión. A la redacción de ABC llegaron cientos de cartas de testigos de Jehová negando la información que se había publicado. Algunas, incluso, sostenían que el juicio no se estaba celebrando y que todo era un invento del diario. Como suele ser habitual, se publicaron algunas de ellas. Resulta curioso una reacción tan amplia y coordinada de los fieles de los Testigos de Jehová, sobre todo cuando, como varias personas reseñaron en aquel juicio, los miembros de la confesión religiosa tienen prohibido leer o ver cualquier noticia que hable mal de ellos.
A esta presión al medio, denuncia ante el juzgado y aluvión de cartas, se sumaron también los contactos directos con el redactor. Además de los correos electrónicos con correcciones tras cada una de las informaciones publicadas, se sumó una visita de los responsables de comunicación de los Testigos de Jehová al diario para incidir en sus criterios tanto con el redactor como con sus superiores, precedida de un aparte en las puertas del juzgado, antes de comenzar una de las sesiones, en las que insistieron en los numerosos errores de las informaciones publicadas y en el supuesto daño que éstas estaban provocando en los fieles de los testigos y en sus salones del reino. Cierto que, sin superar nunca los límites establecidos por la libertad de prensa y opinión, el mensaje subyacente que pudimos entender era claro: si la próxima vez no escribes sobre los Testigos de Jehová te ahorrarás todas estas molestias.
Pero la estrategia de los Testigos de Jehová no surtió efecto. El 22 de enero de 2024, la juez Genoveva Corominas Megías del juzgado de 1º Instancia nº 3 de Torrejón de Ardoz desestimaba su demanda contra ABC e imponía a los denunciantes el pago de las costas generadas por el procedimiento. La sentencia reconocía que el escrito de los testigos de Jehová no se recogían «individualizados los hechos que la parte considera inexactos y que precisan de rectificación» y que el texto rectificativo ofrecía, en realidad, «una determinada imagen de la congregación religiosa que nada tiene que ver con hecho alguno publicado en el artículo periodístico».
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Así, la sentencia concluía que «lo pretendido por la congregación religiosa demandante es combatir y negar la realidad de lo manifestado por los entrevistados o de los expuesto en el juicio e incluso la opinión personal sobre la congregación vertida por Luis Santamaría [el experto en sectas entrevistado para el artículo], pero no que dichas manifestaciones, acusaciones, opiniones o juicios de valor se hayan vertido».
La juez valoraba que el artículo ya hubiera recogido también la opinión del portavoz de los Testigos de jehová y concluía que «nada cabe rectificar, pues ya se está indicando en el propio artículo periodístico que la congregación religiosa a la que están atribuyendo determinadas conductas o prácticas, niega su realidad».
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