Los expertos ponen en duda el choque con aves como única explicación del accidente aéreo en Corea: «Todo es tremendamente extraño»

¿Por qué los pilotos no activaron los sistemas de frenado? ¿Cómo de habitual es el choque de fauna contra los aviones? ¿Se trata de un fallo de diseño de la aeronave?

Corea del Sur revisará todos los Boeing 737-800 como el siniestrado

Integrantes del cuerpo del bomberos trabaja en los restos del avión de Jeju Air en el aeropuerto internacional de Muan este domingo, al suroeste de Seúl (Corea del Sur) EFE

179 fallecidos y solo dos supervivientes. Ese ha sido el saldo del accidente aéreo que el pasado domingo tuvo lugar en el aeropuerto de Muan, en Corea del Sur. En las imágenes del accidente se puede ver cómo el avión, un Boeing 737-800, toma ... tierra a gran velocidad, y lo hace arrastrando el fuselaje por el asfalto de la pista, sin tener en ningún momento extendido el tren de aterrizaje. Apenas un par de segundos después, la nave impacta contra un muro y acaba estallando en un mar de llamas.

Por el momento se desconocen las causas concretas que provocaron el accidente. Medios coreanos apuntan al posible impacto de una bandada de patos en el avión en el momento en que el modelo 737 se disponía a aterrizar como la causa más probable de la catástrofe. Sin embargo, pilotos con dilatada experiencia en vuelos comerciales consultados por ABC tienen dudas de que este haya sido el único desencadenante del accidente. «Los pilotos tenemos muy claro que para tener un accidente de esta clase se deben dar varios problemas a la vez, uno solo no es suficiente», señala el piloto Omar Santervás.

El experto indica que los aviones sufren choques con pájaros «a diario», ya sea en el momento de despegar o de aterrizar: «Yo he tenido problemas de estos en el pasado. Afortunadamente en el acercamiento al aeropuerto. Un impacto de ave normalmente afecta a superficies de vuelo expuestas o al motor, no al tren de aterrizaje en sí (que no se despliega en el caso del avión coreano). Puedo comprar que sea una de las causas, pero no sería la única que explicaría el accidente».

«Con una pista más larga hablaríamos de un héroe»

A Santervás le llama la atención el hecho de que en ningún momento los pilotos del vuelo coreano desplegasen el tren de aterrizaje, algo que podría deberse, según apunta, a un fallo técnico en la nave. «Los tres mayores enemigos de un piloto son los problemas técnicos, los impactos de ave y las condiciones meteorológicas adversas. Para todo ello disponemos de una solución estudiada y practicada», prosigue el experto.

El problema es que la nave siniestrada iba «a una velocidad de miedo» y sin tren de aterrizaje y sin hacer uso de otras herramientas de seguridad «se come la barrera de la radiobaliza» y termina explotando por los aires. «El tren de aterrizaje podría no desplegarse por causas técnicas. Lo que ha desencadenado esa causa técnica, lo desconozco. Es cierto que en un video se puede ver cómo impacta al menos un ave en uno de los motores, lo que inhabilitaría el motor y los sistemas a los que este motor da energía, como pueden ser sistemas eléctricos o hidráulicos que serían los encargados de desplegar el tren de aterrizaje», dice el piloto.

El hecho de que la pista no sea muy larga también penaliza: «La pista del aeropuerto de Muan mide 2.800m de largo, lo cual no es excesivamente larga. Quizá con una pista mas larga, ahora no estaríamos hablando de este accidente, sino de un incidente aéreo y de un piloto heroico que consiguió poner un avión de 80 toneladas en tierra, sin tren de aterrizaje. Yo no lo hubiera hecho mejor. El transporte aéreo sigue siendo el transporte más seguro del mundo, el problema es que cada accidente aéreo es noticia, si lo comparásemos con accidentes automovilísticos por ejemplo».

El problema de aterrizar sin frenos

A Rodrigo Martínez, profesor emérito de la Universidad Politécnica de Madrid y excatedrático de Cálculo de Aviones, también le parece extraña la velocidad del avión y que el piloto no accionara ninguno de los sistemas de frenado, como los flaps y los slats, pequeñas superficies aerodinámicas y desplegables (como una suerte de alerones) que se sitúan en las alas de los aviones y que también son conocidas como 'mandos secundarios de control de vuelo'. «En un aterrizaje de emergencia, lo primero que hay que hacer es activar estos sistemas, que reducen la velocidad de la aeronave de 400 a 250 kilómetros por hora», indica a ABC Martínez.

El experto no cree, no obstante, que se deba a un fallo estructural en el avión. «Se trata de un modelo muy probado, con 25 años de vida operativa y aeronaves que vuelan sin problema por todo el mundo». Descarta también que la bandada de patos haya sido la causa principal. «El de la fauna sí que es un problema real, pero en todos los aeropuertos hay estipuladas medidas de control de aves en las cercanías y no llegan nunca a causar un problema de tales dimensiones. Además, las piezas con las que se construyen los aviones se prueban para que soporten este tipo de choques».

De hecho, en España existen unas instalaciones dependientes del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) llamadas coloquialmente 'el cañón del pollo', en las que se prueban las capacidades de cada pieza lanzado a cientos de kilómetros por hora el cadáver de un ave de cinco kilos de peso para observar los daños. Martínez cita al respecto el famoso suceso aéreo del río Hudson, en el que unos gansos chocaron contra un avión, lo que llevó al piloto a hacer un aterrizaje de emergencia sobre el río. «Ese accidente ocurrió no porque las aves dañaran el fuselaje, sino porque muchos gansos se metieron dentro de los motores y los bloquearon. Pero como demuestra este caso y otros, un avión es perfectamente capaz de aterrizar sin motores y sin tren de aterrizaje de forma segura».

Lo que sí le parece «tremendamente extraño», aparte de que los pilotos no desplegaran los flaps y slats, es qué ocurrió para que desde cabina no se alertara a la torre de control del aterrizaje de emergencia para que rociaran la pista con espuma y así evitar el roce directo del fuselaje con el pavimento, lo que impediría la creación de chispas o fuego por la fricción. Por todo ello, Martínez apuesta por la hipótesis de que los pilotos se encontraban, de alguna manera, impedidos para hacerse con el control de la situación. «Puede que estuvieran sin consciencia los dos o tres últimos minutos antes del accidente. Todo esto es tremendamente extraño».

«El tren de aterrizaje se puede desplegar de manera manual»

Luis Pérez-Hernández, comandante de líneas aéreas y director de operaciones de la firma Black Executive, apunta en la misma línea que Martínez: el impacto con pájaros «es peligrosísimo», pero también remarca que este tipo de situaciones son muy habituales y «se entrenan constantemente en los simuladores». Además, el choque no provocaría problemas a la hora de desplegar el tren de aterrizaje: «El tren se puede bajar hasta de forma manual», indica este experto, con más de 30 años de trayectoria en aviación.

Para evitar problemas con bandadas de pájaros, los aeropuertos recurren al uso de aves rapaces, drones o sonidos disuasorios. Algunos, como el de Schiphol (Ámsterdam), han realizado labores de rediseño en las áreas de pasto y agua cercanas a las pistas para que no sean atractivas para este tipo de animales. En España existe una herramienta digital pionera creada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) que ofrece información sobre la fauna susceptible de afectar a las rutas aéreas. El Mapa de Aviación y Fauna, dirigido tanto para usuarios de la aviación comercial, como a pilotos de aviación general, reúne información que va no solo desde zonas naturales y principales focos de atracción de animales, especialmente de aves, existentes en los entornos aeroportuarios; también las especies más relevantes para las operaciones aéreas, incluyendo, en ocasiones, algunos de sus movimientos migratorios.

No obstante, los expertos piden calma y tranquilidad ante este tipo de accidentes, incluso a pesar de que en los últimos días se hayan concentrado varios incidentes similares. «Son sucesos aleatorios e imprevisibles que se pueden dar juntos en el tiempo, pero que tienen causas totalmente distintas y sin relación», sentencia Martínez. «Aún así, el avión sigue siendo el método de transporte más seguro con una tasa de accidentes bajísima si lo comparamos con, por ejemplo, el coche. Y nadie se plantea dejar de cogerlo todos los días para ir al trabajo».

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