Castellano «residual» en las bibliotecas catalanas: solo el 18% de los libros infantiles que se compran son en español
La Generalitat recibió en 2021 una partida de 900.000 euros del Gobierno para equilibrar la oferta pero, según la AEB, «el español sigue arrinconado»
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«Encontrar un libro en castellano para mi hija en una biblioteca pública es complicado. la mayoría de las veces tengo que pedirlo y me lo consiguen vía 'on-line'». Mikel A. L. llegó procedente del País Vasco hace poco más de tres años a ... un pequeño pueblo de la comarca barcelonesa del Maresme. Se instaló allí con su mujer y su hija de siete años. No tienen nada en contra del catalán pero quieren que su pequeña conserve sus raíces y pueda practicar la lectura, también en su lengua materna. Conseguirlo, según denuncia en declaraciones a este medio, «resulta cada vez más complicado por el afán de la Generalitat de extender el uso del catalán a todos los espacios públicos».
Según los datos del último informe elaborado por la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) sobre la presencia de libros en castellano en los nuevos catálogos de las bibliotecas públicas de Cataluña, al que ha tenido acceso este diario, apenas dos de cada diez libros infantiles (18%) que se adquirieron en 2023 están redactados en castellano. En las provincias de Gerona y Lérida la 'catalanización' de la oferta es, incluso, mucho más acusada y apenas alcanza el 15% de las nuevas adquisiciones. En las secciones de literatura juvenil y en las zonas de lectura para adultos la cifra de ejemplares comprados en castellano es mayor, aunque en ningún caso equivale a la de ejemplares en catalán. El porcentaje global de libros adquiridos en español en todas las secciones es del 37%, casi dos puntos por debajo del de 2022, que rozaba el 39%.
Las últimas estadísticas, con cifras de 2023, constatan que la situación ha empeorado pese al acuerdo que la Generalitat cerró con el Ministerio de Cultura en 2021 por el que, según adelantó este diario en su edición del 23 de noviembre de 2021, se comprometía a «aumentar hasta el 50%» la compra de nuevos ejemplares en castellano. El objetivo, según denuncia la AEB, no solo no se ha cumplido sino que «a falta de tener los datos de 2024 la situación ha empeorado». «Los datos recogidos por nuestro informe no indican que haya una mejora de compra de libros en castellano. Las bibliotecas catalanas continúan arrinconando al español con una oferta alejada de la realidad sociolingüística de la comunidad. La compra para la sección infantil con lectores de 4 a 12 años es casi monolingüe en las cuatro provincias», denuncia en declaraciones a ABC Ana Losada, presidenta de la AEB.
A su juicio, «la metodología de compra de libros tiene un único objetivo: dirigir la demanda de los lectores hacia los ejemplares en catalán. No solo porque la compra es mayor en esta lengua, sino que además de las novedades (nuevos títulos) en castellano se adquieren pocos ejemplares, menos de la mitad de los que se compran para un nuevo título en catalán». No es una mera impresión. Los informes que elabora su entidad se basan en datos facilitados por el Gabinete de Innovación Digital de la Diputación de Barcelona, y los Servicios Digitales del Servicio de Bibliotecas del resto de Diputaciones (Gerona, Tarragona y Lérida). El Departamento de Cultura de la Generalitat es el responsable del Sistema Bibliotecario de Cataluña, mientras que en la provincia de Barcelona, es la Diputación junto con el Departamento de Cultura, la que gestiona y coordina la red de bibliotecas municipales.
Según el análisis de la AEB, en 2023 un 60,7% de los libros comprados en todas las secciones de las bibliotecas públicas fueron en catalán contra un 37% en castellano. Los datos del total de compras por sección evidencian una oferta asimétrica en libros en lengua catalana y castellana para el público infantil (hasta 12 años) y el juvenil (12-16 años), donde la presencia de ejemplares en castellano –de un 18,1% y un 38%, respectivamente– es «sensiblemente inferior a la de los redactados en castellano y en el caso de la sección de infantil prácticamente residual». La oferta se equilibra «algo más» en la sección de adultos, «con lectores plenamente autónomos e independientes», precisa la entidad.
Pero a pesar de todo, y según demuestra el estudio, la evolución del lector hacia la lectura en castellano «es clara» si se tiene en cuenta la demanda. «Se puede decir que el lector sortea los obstáculos de la Generalitat y en la sección infantil y adulto a pesar de una mayor oferta en catalán en los top 20 se sitúan más títulos en castellano a los que serían lógicos con esa oferta reducida», afirma Losada, que acusa al Govern de «incumplir su compromiso con el Ministerio de aumentar su catálogo de ejemplares en español».
A través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia el Gobierno anunció una partida de diez millones de euros procedentes de fondos europeos destinados a la compra de volúmenes en papel para estas instalaciones públicas en 2021. Uno de los requisitos para acceder a las ayudas (en el caso de Cataluña ascendían a 900.000 euros) era, en caso de ser una comunidad con dos lenguas oficiales, que al menos la mitad de los nuevos ejemplares estuvieran redactados en castellano, señalaron desde el Ministerio de Cultura en declaraciones a ABC.
La Generalitat se opuso en un primer momento a la medida pero luego, según confirmaron fuentes del Departamento de Cultura a ABC, aceptó la ayuda. En una respuesta a la AEB, del pasado septiembre a la que ha tenido acceso ABC, el Ministerio le avanza que fiscalizará esas ayudas cuando acabe el plazo estipulado en el acuerdo, que vence en noviembre de 2024. En su respuesta, el Ministerio reconoce que la Generalitat aceptó la subvención y que «dicho importe se transfirió de forma íntegra durante ese mismo año 2021».
Recuerda, asimismo, que «el plazo fijado para la adquisición de los libros finaliza el próximo 30 de noviembre de 2024» y que «una vez concluido, se pondrá en marcha el mecanismo de verificación de cumplimiento del objetivo fijado por la Comisión Europea, a través del cual se documentará y comprobará el cumplimiento de los requisitos establecidos, entre ellos el del porcentaje mínimo de compra de libros en castellano».
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