Cataluña aplica cuota de castellano en las bibliotecas para no perder fondos europeos pero la rechaza en las escuelas
La Generalitat acepta 900.000 euros de ayuda para renovar su fondo bibliográfico a condición de que el 50% de los nuevos ejemplares sean en español
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
Del más absoluto portazo al castellanoen la escuela a aceptar un trato igualitario con el catalán en las bibliotecas públicas. Mientras en el ámbito educativo la Generalitat frena, mediante normas y acciones judiciales, la aplicación de cualquier cuota lingüística apelando a ... cuestiones de identidad nacional; en el ámbito de las bibliotecas, por contra, las acata para poder acceder a ayudas europeas destinadas a renovar los fondos bibliográficos.
El Ministerio de Cultura abrió en 2021 una línea de subvenciones destinadas a la compra de libros para las bibliotecas públicas estatales. A través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia el Gobierno anunció una partida de diez millones de euros procedentes de fondos europeos destinados a la compra de volúmenes en papel para estas instalaciones públicas en 2022. Uno de los requisitos para acceder a las ayudas (en el caso de Cataluña ascendían a 900.000 euros) era, en caso de ser una comunidad con dos lenguas oficiales, que al menos la mitad de los nuevos ejemplares adquiridos estuvieran redactados en castellano, tal como avanzó este diario en su edición del 23 de noviembre de 2021.
«El acuerdo alcanzado con las comunidades autónomas para su distribución respeta y fomenta el plurilingüismo dentro de los parámetros de la Constitución. Es por ello que se ha establecido que se pueden adquirir los títulos por parte de las comunidades como consideren oportuno siempre que en las que tengan dos o más lenguas oficiales, o lengua con algún tipo de reconocimiento en su estatuto, al menos el 50 por ciento adquiera el fondo en castellano», señalaron desde el Ministerio de Cultura en declaraciones a ABC.
Hasta ahora, según constatan dos informes realizados por la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), solo un 25 por ciento de los libros infantiles que adquirían en las bibliotecas públicas catalanas están redactados en castellano. Esta hegemonía lingüística, denunciada por la citada entidad en sendos informes que analizan la presencia de libros en castellano en las áreas infantiles de estos espacios de lectura entre los años 2017-2020, podría dar un giro en los próximos años si se mantienen esas ayudas y el castellano se abre paso en estas instalaciones de lectura.
La nueva instrucción acordada con las comunidades para garantizar una proporción razonable de lecturas en la lengua oficial del Estado se cerró el 23 de julio de 2021 en el marco de la Conferencia Sectorial de Cultura , la primera reunión presencial del pleno de este órgano desde el inicio de la pandemia, que fue presidida por el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta. En el encuentro se aprobó el acuerdo para la distribución de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía y las condiciones para acceder a él, entre ellas la de que, en caso de ser comunidad con dos lenguas oficiales, debe comprometerse a adquirir un 50 por ciento de títulos en español. La Generalitat se opuso en un primer momento a la medida que se aprobó «con los votos en contra de Cataluña, Madrid, Galicia, Andalucía, País Vasco y Murcia, y la abstención de Castilla y León».
«Nunca hubo cuotas lingüísticas»
«Cataluña no comparte el criterio de reparto de los 10 millones de euros, ya que, a diferencia de lo que se había hecho anteriormente, no se ha tenido en cuenta el número de habitantes de cada comunidad», apuntaron cuando se impuso la nueva condición desde el departamento de Cultura de la Generalitat. Subrayaron, asimismo, que es la primera vez que se establece una cuota lingüística. «Tenemos precedentes de los convenios de colaboración entre el ministerio y las comunidades en relación a la compra de fondos bibliográficos de 2006 a 2010 y nunca se establecieron cuotas lingüísticas de ningún tipo», aseguraron.
En sus primeras reacciones la Generalitat rechazó en 2021 la imposición de la cuota porque, según arguyó, «contradice el Manifiesto de la Biblioteca Pública IFLA/Unesco» y porque, según apuntó, «el 75 por ciento de los títulos que se editan en España son en castellano». Sin embargo, finalmente, el gobierno catalán ha acatado el requisito lingüístico y ha aceptado las ayudas de 900.000 euros para la renovación del fondo bibliográfico de la comunidad, según han confirmado a ABC fuentes de la consejería.
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En el caso de Cataluña ese acuerdo dio un vuelco a la situación actual, al menos en lo que a volúmenes infantiles se refiere. Así lo constatan dos estudios (uno que estudia el período 2017-2019 y otro centrado en 2020) realizados por la AEB, en los que se analiza la lengua y el contenido de los libros que hay en los catálogos infantiles de las bibliotecas catalanas. Los dos trabajos coinciden en que la presencia de ejemplares en castellano es «prácticamente residual». Si la media en 2017 era de un 34 por ciento sobre el total, en los dos años siguientes la media apenas alcanzaba el 25 por ciento.
El último informe, centrado en 2020, revela que la cifra de ejemplares adquiridos en español se reduce a la mitad con respecto a 2017 y solo representan dos de cada diez nuevas adquisiciones.
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