Divorciarse a partir de los 60: la generación del 55 vuelve a romper moldes
Las separaciones en los mayores se han disparado en los últimos años y suponen ya el 13% del total

Cuando la generación del 55 nació todavía eran habituales las cencerradas, una forma de sanción social hacia los viudos en su primera noche de sus nuevas bodas. A pesar de haber crecido con esta estigmatización al rehacer la vida tras la muerte de ... su pareja, esta generación rompió moldes. «Fueron de los primeros en irse a vivir con su pareja sin estar casados y la mujer se incorporó de forma masiva al trabajo en los 80», explica Luis Ayuso , profesor de sociología en la Universidad de Málaga y especialista en sociología de la familia. Ahora los nacidos a mediados del siglo XX vuelven a acabar con los estereotipos y al llegar a la tercera edad y rompen sus matrimonios si no funcionan, lo que está provocando un aumento drástico de los divorcios a partir de los 60 años .
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En 2019, último año del que hay datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se produjeron 91.645 divorcios, de los que 11.720 eran de personas de 60 años o más, el 13%. Sin embargo, en 2013 el total de divorcios ascendía a 95.427 y solo 7.818 eran de personas de 60 años o más, el 8%. Se trata de cifras que casi se duplica n y que van a seguir creciendo exponencialmente según la opinión de sociólogos y psicólogos.
La jubilación y el nido vacío
Pero, ¿por qué divorciarse a estas alturas? Los factores pueden ser muchos y varían en función de cada caso concreto , pero los expertos coinciden en dos motivos principales que tienen que ver con el ciclo vital: el nido vacío y la jubilación. Además, a esto hay que sumarle el aumento de la esperanza de vida , que tiende a crecer cada año. «Antes una persona con 60 años era anciana pero hoy se le considera joven y con muchos años por delante», asegura Ayuso.
Normalmente en las parejas de 60 años o más los hijos ya se han independizado, por lo que se produce el síndrome del nido vacío. «Es una situación difícil sobre todo en las parejas que se han volcado mucho en la crianza y es en este momento en el que los problemas que habían sido tapados por los hijos salen a la luz», explica Cristina Noriega , profesora de psicología de la Universidad CEU San Pablo y psicóloga en el Instituto CEU de Estudios de la Familia. «Muchas veces afecta cuando no hay una buena base en la pareja», añade Luis Raimundo Guerra-Cid, director de Ipsa Levante y miembro de IARPP España (Asociación Internacional para la Psicoterapia y el Psicoanálisis Relacional).
A este cambio en la estructura familiar se suma la jubilación. «De nuevo se genera un vacío en la pareja y se rompe un equilibrio que puede llevar a la ruptura», indica Noriega. Además, cabe destacar, que «hay personas que viven la jubilación como una invalidez y no se sienten útiles para la sociedad», lo que desencadena un sentimiento de malestar que no ayuda, añade Guerra-Cid, doctor en psicología, antropólogo, psicoanalista y autor de 'El clavo ardiendo' (Octaedro), entre otras publicaciones.
El efecto de la pandemia
Si antes de la pandemia los terapeutas ya empezaban a recibir en sus consultas parejas y personas con este perfil, con el Covid-19 la situación se ha agravado. «Las relaciones en las que había problemas previos se amortiguaban con hobbies individuales que ayudaban a salir del hogar, pero eso no se ha podido hacer y ha llevado a una situación insostenible », explica Guerra-Cid.
Otra de las curiosidades que se pueden observar en las consultas es que las mujeres son las que más piden el divorcio . Noriega destaca que este fenómeno se puede deber a que «las mujeres de esa generación han sido educadas en mayor medida que los hombres en la expresión de los sentimientos, por lo que el hombre tiende más a usar herramientas de evitación aunque el sentimiento sea el mismo». Por su parte, Guerra-Cid señala que las mujeres «tienen mucha más riqueza emocional al poseer un aparato neurohormonal más denso y rico que el del hombre, lo que provoca una mayor capacidad de conexiones, que se retroalimenta con el factor cultural a lo largo de cientos de años».
En definitiva los psicólogos recomiendan acudir a terapia para intentar solucionar los problemas de pareja . «Esto del amor nos lo vendieron de una forma muy romántica, pero es algo en lo que hay que trabajar », reitera Guerra-Cid. No obstante, si los cimientos de una relación están dañados, arreglarlos puede ser difícil, por lo que recuerdan que en estos casos el divorcio «no es ningún drama» ni a los 60 ni a los 40. Por último, Ayuso vaticina que las nuevas formas de ligar a través de las redes sociales también llegarán a edades más avanzadas: «Con la pandemia las personas mayores han perdido el miedo a las tecnologías, lo iremos viendo progresivamente».
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