En cuarentena
Tiempo de Cuaresma
«Es Sevilla naciendo y el invierno muriendo. Es marzo y es abril, y es la cuenta atrás y la vencida»

Es la luz de la tarde azul que ya clarea y es la brisa templada de la primavera. Es el aroma de la flor que despunta en cada esquina y es el quinario, la cera y los altares. Es la dicha del prioste y del hermano. Es el cartelón de San Esteban y el escaparate atiborrado de Alcaicería. Es la torrija, el pestiño y la croqueta. Es la vigilia y el ayuno, y el olor de la cocina de la abuela. Es la túnica doblada, el antifaz gastado y la capa que hay que cambiar ya. Es el escudo desvaído y el cíngulo extraviado y repuesto. Es la papeleta de sitio, la reserva de insignia, la reunión de diputados. Es la comida de hermandad, la puerta abierta de la capilla, el revuelo del ‘esto ya está aquí’. Es la plata, el varal y los rosarios. Es el cartel y los pregones, el viacrucis y los besamanos. Es la tertulia, la cerveza y el pescao. Es la llamada de la radio y la risa del palermo cada viernes. Es el acorde de una marcha y el eco de las bandas ensayando. Es el murmullo de los costaleros y la voz del capataz mandando en la estrechez.
Es la ropa nueva y el estreno, la hebilla y la sandalia. Es el incienso y la dalmática, y el terciopelo y la sarga. Es el taller y el papel de estraza, y es la aguja y la plancha en el ropero. Es el amigo que llega, el redoble del tambor y de la maza. Es Pasión en Sevilla efervescente y es el ojo de ABC siempre bien puesto. Es la lágrima escondida y la sonrisa, el ripio, la estrofa y el esparto. Es también la emoción y el desengaño, la palma y el luto. Y es el farol y la silla, la luna y la nube, la lluvia y el palco. Es el repostero y la saeta, la foto y el abrazo. Es el puñal y el rosario, y es la espina, la cruz y la corona.
Es la crítica feroz y los rumores, y es el miedo a caer y a no intentarlo. Es el consejo y la llaga, la noticia y el oráculo. Es la primera del hijo y quizás la última del padre. Es la ceniza y el polvo, el pecado y el perdón. Es la memoria del hoy y el olvido del mañana, y es la nostalgia del pasado y la esperanza de lo por venir. Es la sed y las aguas, y es la expiración y el Sagrario. Es la caridad y el poder, y el amor y la palabra. Es Dios en la Eucaristía, y es mi Dios en la alegría. Es el mensaje y la vida. Es Sevilla naciendo y el invierno muriendo. Es marzo y es abril, y es la cuenta atrás y la vencida. Es tocarlo en el aire y no se escapa. Todo esto y más que nos arrebataron. Es la Cuaresma.
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