El millón de euros estafado al Ayuntamiento de Sevilla ‘voló’ en tres transferencias

Tal y como adelantaba ayer ABC, los piratas consiguieron acceder a las comunicaciones de la citada empresa con el Consistorio y a través de la instalación de un malware (programa malicioso) pudo interceptar los correos de este proveedor del sector de la electricidad y modificar el contenido de algunos de ellos. A la Tesorería del Ayuntamiento llegó uno de esos emails, solicitando el cambio de cuenta. Además los piratas no sólo lograron enviar un correo desde la misma dirección de la empresa, lo que ayuda a no levantar las sospechas; sino que también remitieron una certificación bancaria que acreditaba supuestamente que esa cuenta habilitada pertenecía a la empresa adjudicataria. Pero el documento era falso.

Una de las primeras averiguaciones que ha llevado a cabo el Ayuntamiento, nada más conocerse la estafa y ponerla en conocimiento de la Policía, es revisar todos los expedientes de contratos municipales en los que se hubiera pedido también otros cambios de cuenta. Fuentes municipales confirmaron a ABC que esas pesquisas por ahora han confirmado que el fraude perpetrado con el contrato de las luces de Navidad habría sido el único caso. Si bien, se trata de una partida lo suficientemente elevada que obligará a hacer reajustes presupuestarios como admiten las mismas fuentes consultadas.

Desde el Consistorio confirman que los servidores del Ayuntamiento no han sido atacados y que los piratas, en esta ocasión, consiguieron llevarse el dinero usurpando la identidad de una empresa sin ‘infectar’ los sistemas informáticos municipales, los cuales, admiten, reciben periódicamente ataques informáticos como todas las administraciones y grandes empresas.

La Policía Nacional investiga desde finales de agosto el destino del dinero del que no se ha podido recuperar aún nada. Llegar a los piratas informáticos va a ser tarea casi imposible porque utilizan a terceras personas para que consten de titulares en las cuentas donde llega el dinero defraudado. Esos colaboradores, llamados en el argot policial como mulas , son los que deben reenviar el dinero a otras cuentas que ya suelen estar fuera de España y donde el rastreo es muy complejo. De los últimos ayuntamientos estafados, sólo el de Córdoba p udo recuperar gran parte del dinero que había perdido. Y fue posible porque no había salido aún de la cuenta aportada por los delincuentes.