Run
La nueva serie de HBO y las guionistas de «Fleabag» y «Killing Eve» es una constante huida hacia adelante
Creado por Vicky Jones y producido por Phoebe Waller-Bridge, el nuevo título de la plataforma cuenta durante siete episodios de media hora la poco romántica fuga de dos examantes tras años sin verse

Este artículo se ha escrito tras ver los cinco episodios de la serie de televisión «Run», cuyo primer capítulo estrena hoy HBO España. El texto no contiene importantes detalles de la trama más allá de los adelantados en premisa y tráiler.
Casualidades de la programación, HBO España estrena este lunes 13 la tercera temporada de «Killing Eve» (su cadena original, BBC América, adelantó su estreno dos semanas por motivos más que evidentes) y la primera de «Run» , creada por la guionista de «Killing Eve» y «Fleabag» , Vicky Jones , y con la presencia de la creadora de ambos títulos, Phoebe Waller-Bridge , como productora ejecutiva. Si bien las tres obras comparten similitudes, la más obvia y todavía revolucionaria es ceder el protagonismo a mujeres que se niegan a ser afables.
Si en «Fleabag», disponible en Amazon Prime, es la propia Waller-Bridge quien se mete en la piel de una treintañera sin rumbo tras el suicidio de su mejor amiga, en «Killing Eve» es Sandra Oh (48) quien interpreta a una currita del servicio de inteligencia británico cuya monótona vida matrimonial y profesional da un revolcón cuando se topa con el bellezón de Villanelle (Jodie Comer ), una sicaria de armas tomar; y en ambos títulos siempre hay una huida por parte de sus arrinconados personajes.
En la excelente «Fleabag», su protagonista parece querer huir de sí misma (los demonios internos) mientras que en el erótico juego del gato y el ratón que rápidamente establece «Killing Eve», sus dos mujeres no sólo huyen físicamente la una de la otra sino de la macabra idea de que se parecen más de la cuenta. Tanto en el segundo año de «Fleabag» ( ¡el romance imposible con el cura! ) como desde el principio de «Killing Eve» ( ¡el romance imposible entre espía y sicaria! ), los guionistas juegan además con una premisa-bomba, siempre a punto de explotar y caer en saco roto.
En «Run» están todos esos ingredientes y riesgos. De hecho, el motor de esta nueva ficción, de siete episodios de media hora, es una huida literal en tren de dos personas que mantuvieron un noviazgo muchos años antes. En esta ocasión, la agraciada actriz protagonista es la fantástica Merritt Wever (39), otro rostro que parece estar en todas partes tras haber interpretado hasta cinco personajes diferentes en «Ley y orden» , servir durante años como alivio cómico en «Nurse Jackie» y un breve arco argumental en «The Walking Dead» ; en Netflix acumula hasta tres notables títulos: las miniseries «Godless» y «Creedme» y la película «Historia de un matrimonio» .
Aquí Wever interpreta a Ruby, una mujer cuya monótona vida cambia de un minuto a otro tras recibir un enigmático mensaje en el móvil con una única palabra en mayúsculas: CORRE . Ella, tras dudar, responde con la misma palabra. Su destinatario es el personaje interpretado por el irlandés Domhnall Gleeson (36), imponente en la última trilogía de «Star Wars» pero encantador en la reivindicable comedia romántica de Richard Curtis «Una cuestión de tiempo» .
Más allá de algún que otro puntazo cómico y de enredo, «Run» es un thriller de cabo a rabo, imbuido por el espíritu romántico y naif de «Antes del amanecer» (ese Chicago con la aparición de Archie Panjabi , la Kalinda Sharma de «The Good Wife» ) pero aplastado por la cruda realidad de «Antes del anochecer»; hay incluso un electrizante momento, durante el primer episodio, en el que los dos tórtolos forajidos juegan sin éxito a ser desconocidos como en la «Copia certificada» de Abbas Kiarostami . El propio guión ya se encarga de hacer referencia a «Extraños en un tren» , de Patricia Highsmith .
Quizás lo más interesante, por punzante, de «Run» es contemplar cómo estos dos adultos, nostálgicos de un noviazgo de otra vida, van desplegando su verdadero yo, alejado de lo que habían soñado de jóvenes y de las versiones que cada uno había imaginado del otro; ejemplo de ello es cómo difiere el idealizado recuerdo del sexo que habían tenido de jóvenes. Pero, como sucede en «Fleabag» y «Killing Eve», nada es lo que parece con «flashbacks» y giros de guión que desmontan a los personajes (cargados de secretos), temas como el amor romántico y la maternidad e incluso el propio género de la serie; todo ello bajo una nada académica perspectiva de género. Es hasta divertido ver cómo la tecnología móvil es una constante zancadilla a la fantasía que ambos personajes aspiran.
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