35 años del 'Turno de oficio' que cambió la vida de Juan Echanove
La serie de Antonio Mercero se estrenó en el segundo canal de TVE el 7 de octubre de 1986

A Juan Echanove (Madrid, 1961), la serie 'Turno de oficio' (1986) le cambió la vida. Hace 35 años se estrenó en La 2 de TVE.
Recuerda con viveza la prueba con su director Antonio Mercero como Cosme, aquel niño de mamá que, tras un pedete lúcido, deja la notaría (la oposición) por la abogacía (la vocación). Le recomendó otro intérprete, Pedro Mari Sánchez , con quien había coincidido en una obra del Teatro Español. Echanove era la última bala de Mercero. «'Ha venido Charles Laughton de jovencito y no he podido resistirme'», rememora el guionista Manolo Matji . Poco tiempo después, durante dos meses y casi en un único decorado, ya rodaba con su madre en la ficción, Irene Gutiérrez Caba . Les acompañaron Juan Luis Galiardo y Carme Elías . «Era la historia de una amistad trenzada entre tres abogados. Uno, resabiado, mayor, decadente, abrasado; una joven idealista y un becario», resume Echanove. Aquel compañerismo siempre prevalecía sobre la dispar ideología de los personajes. El diálogo era posible. «No es una serie histórica cuya misión era dejar una huella de cómo éramos, pero sí de cómo era la Justicia en la Transición », comenta el intérprete.
En pleno rodaje, Echanove se fue por las buenas de casa de sus padres. Le bastó cruzar la M-30, de un barrio a otro, pues de Parque de las Avenidas se mudó a Concepción, a las colmenas de Banús, a un apartamento cuya anterior inquilina había sido una prostituta. Estuvo allí, al menos, cinco años. Tenía todo lo necesario: cama, tele, sofá, frigorífico y libertad. Hoy todavía identifica aquel ventanuco donde empezó su independencia. Fue entonces cuando conoció la noche madrileña con Juan Luis Galiardo y Juan Diego . Alguna vez fue de empalme a la grabación: «Cansado, no mamado. Como decía Sabina en una canción: 'Nadie se ha muerto por ir sin dormir una noche al currelo'». Siempre andaba con amigos quince o veinte años mayores que él; los mismos que le convencieron de que se metiese en una hipoteca. El cineasta José Luis García Sánchez le dijo: «Al final hemos hecho de ti un viejo prematuro».
Un año duró la grabación, normalmente con una sola cámara, de aquellos diecisiete episodios originales. A los juzgados de Plaza Castilla solo podían acceder por la tarde, aunque Echanove se colaba con permiso alguna mañana para ver otra actuación: la de los jueces. Se acuerda de uno, Peces Morate , cuya sentencia 'in voce' ofrecía mayor tensión. El procedimiento español tampoco daba mucho juego, pues no podían levantarse del asiento y aún no existía el jurado popular. Los guionistas (Mercero, Matji y Horacio Valcárcel ) también acudían a juicios en Plaza Castilla y hablaban con jueces. «Son muy poco cinematográficos los juicios en España; no tiene nada que ver con Estados Unidos, ni Reino Unido o Francia. Es la administración y la burocracia de la Justicia. Lo más interesante está fuera de la sala», reconoce Matji. Más que una serie legal, era costumbrista a mucha honra.
Echanove también pasó una semana en la cárcel de Carabanchel para grabar cada mañana todas las escenas de locutorio. «Aprendí la delgada línea roja que hay entre la vida normal de un ciudadano y una situación en la que puedes acabar con tus huesos en prisión», comenta el actor, que por entonces tenía 23 ó 24 años. Allí comió como un rey gracias al cocinero, un panadero que había matado a su mujer y al amante de ella tras encontrarles en la cama una madrugada.
Echanove dejó a medias Derecho, a la que se había apuntado por sus amigos, con quienes jugaba a las cartas en el bar de la facultad. «Suspendí todo segundo de carrera en junio. A mi padre le dije que había aprobado y me fui de gira de teatro. Falsifiqué incluso las papeletas». Estudió en verano y aprobó, pero lo dejó. No quería ser abogado. Quería ser actor. «Al final tuve que estudiar mucho Derecho a través de los guiones que interpretaba». Años antes, Mercero ya había hecho para televisión la película 'La noche del licenciado' , cuyo protagonista dejaba la abogacía para ser payaso. «He tenido muchos padres, pero aprendí la televisión de mano de Mercero. Trenzamos una amistad que duró hasta que la vida te separa porque te vas a hacer otras cosas. Sobre todo me abrió el mundo de su sensibilidad; algo se me pegó: no perder de vista que uno interpreta para la gente, para que el espectador entienda nuestra proposición», cuenta Echanove.
A Juan Luis Galiardo, Chepa en 'Turno de oficio', también le conoció en aquella ficción. «Y fuimos grandes amigos hasta que se murió ». De aquel hermano mayor aprendió, sobre todo, cómo producir proyectos. Fue Galiardo quien, tras volver de México, ofreció este a TVE. Echanove, aunque poco nostálgico, recuerda por último: «Luis llamaba a mi madre en Nochebuena, justo después del discurso del Rey, para felicitarle la Navidad y decirle lo guapa que era y que, si algún día mi padre la dejaba, estaba dispuesto a casarse con ella. La Navidad empezaba con la llamada de Galiardo».
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