Juan Pliego

Ha contado alguna vez Concha Velasco, de quien fue novio, que no terminaron bien y que al cabo de los años lo sentía. En 1972, ambos reclamaron un día de libranza en el teatro cuando representaban ‘La llegada de los dioses’ en el teatro Lara. Los despidieron. Y ese es el origen de la huelga de actores de 1975. En sus memorias, María Asquerino recordaba que en los 70 la actividad política era intensa y que en esa actividad estaba el compromiso de la firma: «Era la época en que Juan Diego iba siempre con un papel en la mano. Cómo sería que le llamaban Juan Pliego».

He crecido con Juan Diego en el cine y el teatro, pero sobre todo en la televisión. En Estudio 1 y en eso que se llamaba Novela. En la adolescencia con su Jandro, el director del colegio en ‘Segunda enseñanza’ (aunque preferíamos a Ana Diosdado y Ana Marzoa). Y mucho más tarde con su don Lorenzo en la estupenda, españolísima, disparatada y distinta ‘Los hombres de Paco’ . Juan Diego es quien mejor ha dicho ‘cojones’ en la tele. Lástima que no haya un premio para eso.

Ver cine y televisión españolas es ver mucha gente muerta que nos gustaría que estuviera viva. Cualquier cine y televisión, vale, pero este nos toca más cerca. En realidad, los muertos sólo son los del teatro. En la tele y el cine están todos. Vivos o muertos. Ves ahora ‘Los santos inocentes’ y sigue menguando esa galería de actores superlativos. Juan Diego, poco tiempo después de que muriera Ágata Lys, que adoraba la música. Mucho después de Mary Carrillo, Agustín González, Paco Rabal o Alfredo Landa. Y sí, al fin yo también acabo colgada de señorito Iván.