Crítica Medidas extremas: Epidural en la conducta de un padre y cirujano
Todo está calculado para que la intriga avance con la intriga creciente y paulatina de una uña, y con una precisión de cámara rotunda y elocuente

De extrema y compleja carga ética, de temperatura helada, de sangre hirviente y de intriga sólida y bien tramada. Islandesa y con un título, «Eiöurinn» , que significa el juramento, que arranca con lo textual del juramento hipocrático y que tiene como protagonista a un cirujano y padre de una joven en caída libre y poseída por un delincuente y drogadicto. El director, Baltasar Kormákur , protagoniza también al personaje central, el cirujano que interpreta el juramento hipocrático de salvar vidas o quitarlas con humildad, y el hombre que responde a sus funciones familiares con la frialdad y contundencia de quien sabe usar un bisturí. Todo está calculado para que la intriga avance con la intriga creciente y paulatina de una uña, y con una precisión de cámara rotunda y elocuente (lo que enfoca, lo que desenfoca, lo que elude, lo que muestra, lo que sugiere…), una de esas películas tan moralmente enmarañadas, que le impedirá ese feliz acomodo burgués de encontrar un culpable, un inocente o un cómplice.
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