La izquierdona y 'su' bullying
No han encontrado mejor manera de criticar una campaña contra el acoso escolar que haciendo apología del señalamiento
El odio llama al odio y sepulta los buenos propósitos. La soberbia recluta a la sinrazón y da lugar a una metamorfosis perjudicial. La que convierte lo positivo en negativo, lo revolucionario en rancio. Eso es la izquierdona; la evolución del progresismo de las conquistas ... y los avances en una suerte de señorita Rottenmeier, carca y resabiada, aburrida y previsible.
Con el dedito tieso y el moño de sabionda apuntalado con los alfileres de su incoherencia, la izquierdona hoy se cree dueña y señora de las conciencias. La izquierdona es la manera de degenerar, la muerte por éxito, de ese movimiento nutrido que hoy hace su mayo del 68 en redes sociales, que tuitea muy fuerte e indignada, sacándole punta a la buena fe, buscándole los tres pies a un gato al que no quieren que nadie más acaricie.
Esta semana, coincidiendo con la vuelta al colegio, el Ayuntamiento de Sevilla ha lanzado una campaña de concienciación contra el bullying. En el spot, un grupo de chavalines recitaban mensajes conciliadores y hacían pedagogía en contra de esa tiranía infantil llamada acoso escolar, esa práctica que es la puerta abierta de dramas y tragedias, que marca las infancias, que hunde personalidades, que inunda a las familias de esa pena negra de las injusticias y las deja ante la disyuntiva cruel de convertirse en el chivato o seguir siendo el punching-ball.
Ante este tipo de acciones de necesaria sensibilización, uno tendería a pensar que no hay lugar para la politización y las polémicas absurdas, que nadie sería tan zafio de convertir en una guerra de bandos la lucha contra una lacra. Pero no, eso es no conocer a la izquierdona, que decidió que era mejor rasgarse las vestiduras porque los protagonistas del vídeo llevaban camisas, vestidos, iban peinados a la raya y hasta uno de ellos, ojo cuidado, portaba en su muñeca una bandera de España. ¡Seguro que su padre lo recoge de la escuela en Lambo!
Era mucho mejor, dónde va a parar, desviar el foco y difuminar un mensaje blanco para hablar de clasismo, esa fue la excusa que encontraron para empañar una buena acción. Miren, no hay duda de que los encargados podrían haber hecho un casting más diverso, pero entrar en cólera y ponerte a estigmatizar y a señalar a críos por meros prejuicios ideológicos es hacer apología de ese comportamiento que reprueba la campaña. La izquierdona, en su deriva autodestructiva, se ha convertido, sin darse cuenta, en el matón al que antes combatía. Esta semana los hemos visto también criticando 'la hipocresía de los homosexuales de derechas' o, incluso, echando a la hoguera a una de sus hijas predilectas, Inés Hernand, la del ícono presi de los pasados Goya, porque mostró sintonía con Cristina Cifuentes. La izquierdona quiere los royalties de la bondad, y si no les sigues el juego o disientes, te esperan a las puertas de clase. Ellos son hoy los abusones.
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