No NI Ná
Perder por sorpresa
Sevilla perdió el 23J la posibilidad de conocer qué le hubiera reportado un eje inédito del PP Moncloa-San Telmo-Plaza Nueva
Cuando Zapatero despidió la entrevista de campaña con Ferreras con eso de: «Lo importante es ganar por sorpresa», supongo que pensaba en un resultado parecido al que se dio en la noche electoral, solo que se equivocó en el verbo. Aquí todo el mundo, incluso ... los que no quieren verlo una semana después, ha perdido por sorpresa, teniendo en cuenta que una sorpresa puede ser tan agradable como fatídica.
La victoria del PP puede interpretarse como una derrota, la de no poder formar gobierno. Y llegó por sorpresa y gorda a la sede de Génova cuando ya se estaban repartiendo los ministerios. Otra campaña fallida. Demasiado conformismo para la emboscada que planteaba la cita con las urnas un domingo tardío de julio. Y un error garrafal, el de acudir a la cita sin aclarar al electorado sus verdaderas intenciones con Vox. O peor, dando un espectáculo de indecisiones con los pactos autonómicos que no hizo más que empoderar la estrategia socialista de criminalizar cualquier alianza de la derecha. Eso que no le sirvió en Andalucía. Feijóo se había quedado entre dos aguas cuando la consigna debiera haber sido «ni agua». Lo ha dicho tan claro como tarde Juanma Moreno, que en la placidez de su mayoría absoluta puede permitirse marcar rumbo.
Moreno ha ganado por tercera vez consecutiva las elecciones al poderoso PSOE andaluz, pero ha perdido por sorpresa el papel que le reservaba una nueva etapa con su partido en el Gobierno de España. Como consuelo le queda que los males de Andalucía ya no serán culpa del Gobierno del PP de Feijóo como lo han sido del de Pedro Sánchez. La confrontación que se avecina si se da el pacto de minorías excluyentes, con un Gobierno en manos del independentismo y los anuncios de la España federal asimétrica, serán un filón para Moreno, una garantía de ser el referente de la voz de la otra España, la mayoritaria.
¿Y Sevilla? ¿Qué ha perdido por sorpresa Sevilla? El resultado no fue sorprendente. Ganó el PSOE, para ser el símbolo de la sorpresa socialista en su derrota nacional.
Sevilla perdió el 23J la posibilidad de conocer qué le hubiera reportado el eje inédito Moncloa-San Telmo-Plaza Nueva bajo las siglas del PP. Y por lo visto en los últimos días ha pasado de albergar la esperanza de salir del túnel de sus angosturas presupuestarias a convertirse en el campo de batalla señalado por el sanchismo para comenzar la reconquista. Bastó ver la displicencia con la que el delegado del Gobierno trató al alcalde en su encuentro dos días después de la cita electoral: los cortes de luz son un problema de la Junta y no faltan 400 policías nacionales. Fin de la cita. Más de lo mismo: perdemos sin sorpresa.
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