TRAMPANTOJOS
Ibáñez y la metáfora nacional
España es una página de tebeo destilada por su humor, una versión sarcástica y a la vez tierna de la vida
Con su muerte hemos vuelto a pasear por las páginas de la memoria. Ahí estaban Mortadelo y Filemón y sus delirantes historias de espionaje, las chapuzas de Pepe Gotera y Otilio, la miopía de Rompetechos o esa comedia de costumbres nacional que conforman los vecinos ... de '13 Rue del Percebe'. Eso es España y eso somos nosotros: una página de tebeo destilada por el humor de Ibáñez, una versión sarcástica y a la vez tierna de la vida.
Hemos regresado a la infancia como con la magdalena de Proust y de pronto ha aparecido un paisaje que permanecía intacto. En Ibáñez está nuestra novela de aprendizaje personal pero también todo eso que acaso podríamos llamar España.
Ibáñez nació sólo unos meses antes de la guerra, por eso arrastraba el vitriolo de nuestra historia. Tenía ojos que ríen, así que sus manos estaban destinadas a dibujar carcajadas. Guardaba la amargura pero también la esperanza, el llanto de la risa, el desastre disfrazado de chiste. Igual que Cervantes, Galdós o Lorca tiene altares de devoción en las bibliotecas. La colección de Súper Humor con sus lomitos dorados de las ediciones de tapa dura tiene su sagrado espacio en las casas porque en realidad simboliza todo lo que somos.
Podríamos proyectar sus criaturas sobre el ahora mismo, incluso sobre este presente sucio, de un humor envenenado y sin gracia. Mortadelo no encuentra disfraces para las mentiras de hoy y Filemón quiere largarse al desierto de Gobi o a la isla de Pascua. El profesor Bacterio se ha hartado de enlazar flacas becas de investigación y contratos precarios en los laboratorios. Ofelia se puso a dieta y el superintendente impulsó un ERE en la T.I.A y desde hace años esconde cuentas en Panamá.
Pepe Gotera y Otilio son los encargados del mantenimiento oficial del Estado y Rompetechos -con sus anteojos de mejor vista- de los presupuestos nacionales. El botones Sacarino lleva en el paro desde hace décadas, cuando lo jubilaron de becario. Mientras, en algún momento de nuestra historia, el Congreso de los Diputados se convirtió en '13 Rue del Percebe'. Allí nos encontramos a ese pícaro tendero del colmado al que le salían pollitos de los huevos 'frescos' y también a la portera cotilla reconvertida en jefa de prensa de algún grupo parlamentario. El vecino de la alcantarilla vive ahora en una de las cloacas del poder y el moroso de la buhardilla junto a los techos con los tiros del 23-F. Y, pronto, en el edificio histórico puede que habiten nuevos personajes que podrían haber salido de la pesadilla de una noche de verano del propio Ibáñez.
Él nos enseñó a leer en multiviñetas, como hacían los antiguos en los retablos de las iglesias. ¿Cómo representaríamos el actual ambiente hostil, de insultos y mentiras en una viñeta del gran Ibáñez? Él tendría preparado un globo con bombas, rayos, retretes y letras chinas. Porque España es y será siempre eso que aparece en el fondo de una viñeta de Ibáñez.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete