TRIBUNA ABIERTA

Los Reyes Magos

Diversas tradiciones giraron en torno a los Magos y distintos escritores fueron aportando su granito de arena en la configuración de su leyenda

ABC

Cristina Moya García

Esta noche vendrán los Reyes Magos. Una vez más, como todos los años, acudirán fieles a su cita. A pesar de sernos muy familiares, su historia, sin embargo, no es bien conocida, por lo que merece la pena hacer un repaso por los principales hitos ... en la construcción de su leyenda. El primer testimonio que tenemos de ellos aparece en el Evangelio de San Mateo (2, 1-12), el único de los cuatro canónicos que los menciona. Este relato es breve. De hecho, solo cuenta que unos Magos de Oriente se presentaron en Jesusalén para adorar al rey de los judíos, que había nacido. Enterado, Herodes los llamó y los mandó a Belén pidiéndoles ser informado cuando encontraran al niño para ir a rendirle homenaje. La estrella los guio entonces hasta el portal y allí ofrecieron al recién nacido oro, incienso y mirra. Tras la adoración, fueron avisados en sueños de que no debían ver a Herodes. En el relato bíblico no se dice que fueran reyes, ni se aportan sus nombres, ni se precisa cuántos eran. La historia de Melchor, Gaspar y Baltasar se va forjando a lo largo de los siglos y se fija en la Edad Media.

Diversas tradiciones giraron en torno a los Magos y distintos escritores fueron aportando su granito de arena en la configuración de su leyenda. Así, el escritor Tertuliano (s. III) sugirió que podían ser los reyes de Saba y de Arabia mencionados en los salmos y, ya en el siglo VI, Cesareo de Arlés insitió en su condición real. Sobre el número, fue Orígenes (siglos II y III) el que lo fijó en tres. En cuanto a sus nombres, aparecen escritos por primera vez en un mosaico de mediados del siglo VI de la basílica de San Apolinar el Nuevo de Rávena, unos nombres que serán siglos después recogidos por Pedro Comestor en su 'Historia scholastica' (c. 1173).

A mediados del siglo XII se produjo un descubrimiento crucial para la pervivencia y difusión de la leyenda de los Reyes en el imaginario colectivo y en el arte, y es que en 1158 aparecieron tres cuerpos en Milán que se identificaron con los Magos, unos cuerpos que pocos años después, en 1164, fueron trasladados a Colonia, en cuya catedral pueden contemplarse sus sepulcros a día de hoy. El arte y la literatura del medievo reflejan el interés creciente por estos personajes. Concretamente, dentro de la literatura tuvieron especial presencia en el teatro. Así, en la Europa del siglo XII, el drama litúrgico denominado 'Ordo stellae', que se representaba tras el oficio de la Epifanía, conoció una enorme difusión. Por lo que respecta a la literatura española, los Magos de Oriente ocupan un lugar preferente, pues la pieza dramática más antigua que ha llegado hasta nosotros es el 'Auto de los Reyes Magos', un texto compuesto a finales del siglo XII, muy complejo aunque fascinante. Está constituido por solo 147 versos y en él encontramos una particularidad que le confiere originalidad y atractivo, y es que Melchor, Gaspar y Baltasar, autodenominados estrelleros en la obra, tienen dudas sobre la verdadera naturaleza del niño al que van a adorar. Por eso deciden someterlo a una prueba con los presentes que le llevan. Si elige el oro, mostraría su condición real; si se decanta por el incienso, su naturaleza divina; y si escoge la mirra, su condición humana. La pieza termina con la disputa de los rabinos de la corte del rey Herodes sobre si estaba escrita la profecía del nacimiento del rey de los judíos o no, un final que tiene dividida a la crítica, pues unos defienden que está incompleta mientras que otros sostienen que el texto terminaría así, aunque no la representación, que culminaría con la adoración sin que se pronunciara parlamento alguno.

Volviendo a un contexto europeo, a los siglos XIII y XIV pertenecen dos textos que contribuyeron notablemente a expandir y engrandecer la fama de los Magos, la 'Leyenda dorada' de Jacobo de la Vorágine y la 'Historia trium regum', compuesta por el obispo de Colonia Juan de Hildesheim.

Como profesora de literatura medieval, debo confesar que uno de los momentos más especiales de mi actividad docente se produce cuando leemos el 'Auto de los Reyes Magos' en la última clase antes de las vacaciones de Navidad. Escuchar en el aula este texto tan antiguo y ver cómo cobran vida Melchor, Gaspar y Baltasar en boca del alumnado resulta francamente emocionante. Y es que todo lo que rodea a Sus Majestades de Oriente desprende magia; una magia que sentiremos en el día de hoy con intensidad. Feliz Noche de Reyes.

SOBRE EL AUTOR
Crstina Moya

Profesora titular de Literatura española e hispanoamericana

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios