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Los sesgos políticos, según Kahneman
Nuestro cerebro nos engaña continuamente, haciéndonos creer que hemos tomado una decisión en base a un análisis racional
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El profesor Daniel Kahneman, Nobel de Economía, murió la pasada semana a los 90 años. Sus trabajos sobre los sesgos cognitivos iluminaron algunos rincones oscuros de la naturaleza humana. Básicamente, demostró que estamos condicionados por prejuicios y marcos mentales que pesan más que las ... razones en los procesos de decisión. Esto vale tanto para la elección de pareja como para una negociación diplomática.
Hijo de inmigrantes lituanos judíos, Kahneman nació en Tel Aviv en 1934, pero creció en París. Tenía seis años cuando la capital francesa fue ocupada por la Wehrmacht. Su padre fue detenido y se salvó gracias a la intercesión de su patrono. Al acabar la guerra, su familia emigró a Palestina, poco antes de la creación del Estado de Israel.
Kahneman cuenta un suceso en la infancia que determinó su orientación intelectual. Sucedió en 1942. Los judíos tenían que llevar una estrella amarilla de David en su ropa para ser identificados por los nazis. Una tarde, tenía que regresar a casa después del toque de queda. Ocultó su distintivo bajo el abrigo para burlar la vigilancia de las patrullas. Pero, a los pocos metros de su portal, un soldado de las SS se le quedó mirando. Se puso a hablar con él y le hizo algunas preguntas. Kahneman temblaba de miedo. Cuando creía que le iba a detener, el alemán le enseñó la foto de su hijo y le dio un abrazo. Echó mano de su cartera y le ofreció varios billetes. Ese gesto le cambió la vida y le hizo comprender la falsedad de los estereotipos.
Ni todos los nazis eran malos ni todos los judíos, buenos. Somos víctimas de determinados sesgos cognitivos que configuran nuestra percepción. Nuestro cerebro nos engaña continuamente, haciéndonos creer que hemos tomado una decisión en base a un análisis racional cuando hemos actuado para satisfacer un deseo inconsciente.
Uno de esos sesgos es la aversión a la pérdida, que consiste en que los hombres valoran más conservar lo que tienen que arriesgarlo, aunque las posibilidades de ganancia sean superiores. No es una norma universal, pero sí es una verdad estadística.
Los conceptos desarrollados por Kahneman explican también las decisiones políticas y las motivaciones del voto. Los factores emotivos pesan más que los racionales, el lenguaje condiciona nuestros juicios y los dirigentes son valorados en función de estereotipos. Por eso son tan importantes los relatos que dominan la lucha por el poder.
Resultaría útil tener en cuenta las enseñanzas de este profesor a la hora de encarar los tres procesos electorales de los próximos 70 días. Los sesgos van a pesar en las urnas y los resultados pueden diferir de lo que predicen las encuestas. Como apuntaba Kahneman, somos incapaces de entender la complejidad de lo real, lo que nos induce a simplificar el futuro.
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