la suerte contraria
El 'porqué' de Sánchez
Sabe que las personas que se identifican con su causa van a comprarle lo que sea
Un día de toros
El desprestigio
Dice Simon Sinek que la gente no compra lo que haces sino por qué lo haces. Según él no es tan importante el producto en sí mismo sino el propósito de la organización que lo produce, la causa por la cual existe, su creencia más ... profunda. Según Sinek el objetivo de la estrategia de marketing no es tanto llegar a quienes necesitan lo que tú ofreces, sino llegar a aquellos que creen en lo mismo que tú crees. El comportamiento humano depende de las conexiones emocionales, no de las racionales. Y eso es así porque la gente responde a las causas, a los propósitos, no tanto a los argumentos.
Todo esto lo entiende perfectamente Sánchez. Lo vi claro el sábado tras escuchar su intervención en el Comité Federal. Sánchez nunca alude al 'qué', si no al 'porqué'. No explica los motivos por los cuales el concierto catalán es bueno para la gente y se limita a argumentar la causa por la cual lo propone, que no es otra que frenar a la ultraderecha, a la que ahora se refiere como 'Internacional Ultraderechista' para elevarse a sí mismo a brigada internacional. Sabe que las personas que se identifican con su causa van a comprarle lo que sea porque les está dando el medio que les permite materializar sus creencias y cumplir con sus propósitos. Cuando ese 'porqué' está tan claro, puedes dar el 'qué' que desees, porque da igual. Puedes amnistiar, no amnistiar, defender o no a Zapatero, criticar la inmigración ilegal y criticar al que critica la inmigración ilegal. No importa: la gente que se ha identificado con el 'porqué' te seguirá en el 'qué', sea el que sea.
Y eso aunque diga absolutas barbaridades como la que sigue: «Vamos a avanzar en nuestra agenda con o sin el concurso del poder legislativo». No pasa nada. Sánchez ha logrado convencer a millones de personas de que puede saltarse al Legislativo como ya se saltó al Judicial. El 'porqué' es tan potente que justifica todo: lo hace para salvarnos de la ultraderecha, es decir, pone en peligro la democracia para defender la democracia, apuesta por la autocracia para librarnos de la autocracia. Y lo peor es que cuela. Si Sánchez saliera mañana diciendo que hemos de salir de la UE porque está tomada por los nazis, le seguirían ciegos, el córtex está anulado: solo importa el propósito.
Es cierto que uno esperaba más de los votantes socialistas, pero quizás haya que ir asumiendo que le van a comprar lo que sea, siempre que sea por ese motivo. Por supuesto, de los cargos del PSOE allí reunidos ni hablo: en pie, con esguinces cervicales tras la genuflexión y aplaudiendo al mesías con una excitación enfermiza. A algunos solo les falta que les echen el pienso a paladas. El PSOE ha perdido todo contacto con los pilares de un Estado de derecho y está ya plenamente asumido que el fin último de su organización, enmascarado tras el trampantojo del 'porqué', no es otro que criminalizar a la oposición para impedir la alternancia. Es decir, subvertir los fundamentos mismos de la democracia en nombre de la democracia misma.
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