EN OBSERVACIÓN
Pisos de señoritas para zonas tensionadas
Sánchez rehabilita y reforma sus propias soluciones habitacionales
Sánchez y su ismo, en el Reina Sofía
Frasegrama 2024
Se lamentaba hace unos días José Luis Ábalos en el Supremo de todo lo que le habían quitado, ya irrecuperable. A la secretaria y el coche que lo llevaba de aquí para allá, extras que perdió de un día para otro, cuando el PSOE lo ... dejó tirado hace ya casi un año, hay que sumar un elemento que no por inmaterial resulta menos doloroso. «Yo intimidad no tengo, señoría. Me la han arrebatado toda«, se quejaba Ábalos cuando en la sala salió el tema inmobiliario de su antigua pichona, Jéssica, alojada en una solución habitacional de la plaza de España, apartamento que junto al piso de señoritas de la inmobiliaria Aldama constituyen el modelo, basado en la generosidad, la financiación singular y la colaboración público-privada, sobre el que el Gobierno de la gente va a hacer efectivo el derecho a una vivienda digna y adecuada que consagra la Constitución. Ayer lo presentó Sánchez, el del paquete de medidas, valga la redundancia, pero antes pudimos consultar su contenido en el PP, el periódico de Pepa.
Estaba el inquilinato entretenido con la tasación de las mansiones que van ardiendo en Los Ángeles –«Toma suelo radiante», runruneaban al calor del desquite y las llamas– cuando de buena mañana apareció en la agenda del Gobierno la magna celebración del foro 'Vivienda, quinto pilar del estado del bienestar'. Lo primero que pensaron las víctimas del mercado inmobiliario fue en la nueva novia de Ábalos. «Pilar debe de llamarse», rumiaron por los adentros. Luego hojearon el PP, fuente solvente para verificar este tipo de exclusivas, y vieron que la cosa era más seria: si iban a ir once ministros para hacer bulto y paquete, pura aritmética, es que el tema era gordo.
Lo gordo no era el paquete, medidas estándar, anatomía sanchista, sino la certificación oficial lograda en menos de una semana y sin papeleo por un acto de partido, oportunamente travestido de foro público y estampillado por el Estado, el del bienestar, los pilares, las pichonas y los pisos de señoritas. El folleto del 'foro' llevaba el sello del Gobierno de España y del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, involucrados en la burda maniobra de darle empaque al paquete de Sánchez y lustre a la martingala de un plan cuya presentación fue improvisada a la carrera, en respuesta a la iniciativa del otro PP –el de Alberto, no el de Pepa–, hace apenas cinco días. Para dedicarse a la construcción, hay que ver lo bien que les quedan las tiendas de campaña. En diez minutos te la montan: el PSOE pone la lona y las varillas y el Estado, llave en mano, te la arma.
'El quinto pilar del estado del bienestar' –encabezamiento del foro de Sánchez y sus once ministros, dependientes de un Decathlon de material de acampada– era también el título de la tribuna que la entonces ministra de Agenda Urbana, hoy presidenta de Paradores, publicó el 29 de octubre de 2021 en la página del PSOE, y también uno de los lugares comunes del argot con que Ferraz envuelve, papel de regalo, su impostura. En el lenguaje inmobiliario esto se conoce como vender sobre plano. Los planos son los mismos desde hace cuatro años, y también quienes desde entonces andan buscando piso. La obra no empieza; la función no termina.
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