visto y no visto
El suicidio de Europa
Los españoles tienen por ángel tutelar del Poder Spermatikós del 78 a Ábalos
El apagón europeo
Whifflebirds
En la España de Jesús Fueyo, el constitucionalista, entre trago y trago, mejor amueblado de su época, la llamada Constitución, ese monstruo horaciano que es la Carta otorgada del 78, fue redactada en secreto (de Estado, por supuesto) por un director teatral y un ingeniero ... agrónomo, ambos políticamente analfabetos.
De Fueyo encontré una vez en una librería de viejo un ejemplar intonso (con las barbas sin cortar) de 'La mentalidad moderna' con una dedicatoria de puño y letra para el general Muñoz Grandes:
—Al Excmo. Sr. Capitán General D. Agustín Muñoz Grandes, ejemplar soldado de España. En testimonio bien nuestro de las pruebas de afecto y confianza que de él he recibido. Reiterándome a sus órdenes, Jesús Fueyo.
Muñoz Grandes (veterano del Rif en la Restauración, fundador de la Guardia de Asalto en la República, comandante de la División Azul en la Dictadura) nunca leyó, pues, el libro de Fueyo, condenado por el Estado de Partidos que ya cumple medio siglo (un lustro de los del papafrita Urtasun) al ostracismo con que los próxenos de Javier Torrox y los flabelíferos de Rubio Esteban (un Régimen, el nuestro, de juglares y bufones, de próxenos y flabelíferos) acostumbran hurtar a los españolejos cualquier excelencia (lejos de nosotros la funesta manía de pensar: Nicolás Ramiro Rico, Miguel Espinosa Gironés, y sobre todos, Antonio García-Trevijano) en asuntos de teoría política, de la que estamos ayunos de lo que es y ahítos de lo que lo parece.
El general que no leía a Fueyo fue un valiente a la manera de la sustancia (aquello que no reside en otro): como vicepresidente del gobierno, si no estaba de acuerdo con Franco, se ausentaba del Consejo de ministros, pero, en lugar de quedarse en casa y dar ocasión a que se dijera que estaba de baja por gripe, se presentaba a tomar café en el bar de enfrente de El Pardo. Después de todo, era el último español que luchó contra Rusia sobre el terreno, hasta esta eclosión liberalia de pechos-lobos tuiteros que graznan como gansos capitolinos para alertarnos contra los bárbaros. Del alemán Peter Sloterdijk (socialdemócrata pata negra, por si los tontos) a un periodista liberalio de 'Die Zeit' con ganas de guerra: «¿No habría que alertar alguna que otra vez contra los alertadores? Me parece que lleva usted el camino perfecto para convertirse en un ganso problemático: primero, porque grazna de un modo exagerado; segundo, porque hace sonar la alarma por encargo de un tercero».
—Europa –me escribe un amigo, derecha ilustrada, que fue embajador en Rumanía– se suicidó en 1914, a impulso de todos, pero fundamentalmente del revanchismo francés y su alianza con Rusia. Los 'hechos diferenciales', incluida la lengua, son mucho menores entre Ucrania y Moscovia que entre Cataluña y Aragón. Tengamos especial cuidado los españoles.
Los españoles tienen por ángel tutelar del Poder Spermatikós del 78 a Ábalos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete