sin punto y pelota
El tren a Aranjuez
En un tren desde Madrid pueden ir de gratis una pareja de funcionarios jubilados, pensión máxima, con la extra de verano en la cuenta
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La venganza al desprecio
Puede ser cosa sólo de las redes, pero si marcan tendencia se está gestando un agrio debate generacional entre abuelos y nietos. Es curioso, peligroso y excluyente, de paso, con mi generación, que es la del presidente Sánchez, la de los padres de los Z, ... tíos de los 'milenials', hijos de los 'boomers'. Peligroso o no, racional o no, justificado o no, el hecho es que hay políticas que echan gasolina a ese enfrentamiento entre señores de posguerra austera, años sesenta yeyés, 70 de transición a una familia estable, con piso y trabajo consolidado para toda la vida con nietos de casa en sueños, trabajo precario y con muchas cargas sociales y giro a la derecha. Los segundos les critican las pensiones, las casas en propiedad, la acumulación de capital –no maten al mensajero–. De paso, ignoran a los que estamos entre ellos. Me toca hacer demagogia. O no.
En un tren a Aranjuez desde Madrid, ahora mismo pueden ir de gratis una pareja de funcionarios jubilados, pensión máxima, con la paga extra de verano en la cuenta corriente. Tienen el piso pagado y apartamento en la playa de vacaciones de meses. Pagarse ese billete a echar el día viendo los maravillosos jardines no les hubiera supuesto el mínimo esfuerzo a sus finanzas domésticas. Nada.
Van en el mismo vagón en el que esa misma mañana ha ido una madre de 50 camino a su trabajo a Madrid. Vive en Aranjuez porque la casa es más barata que en las afueras más inmediatas de la capital. Paga con su marido la hipoteca a 30 años de un adosado con piscina que será suyo cuando cumpla 65, esa edad en la que no cobrará una pensión. Tiene tres hijos adolescentes. Acaba de pagar el campamento de la pequeña, para evitar el día entero con el móvil en casa. Ha estado ahorrando todo el año para poder conquistar dos metros cuadrados de arena con la sombrilla durante una semana de agosto. A las finanzas de julio le han restado las cuotas de la autoescuela, del examen, de las clases para el práctico del mayor. El mediano les ha pedido que le apunten a un campamento intensivo de baloncesto, que es un flipado de la canasta. Su marido, autónomo, no está de humor estos días, con lo del pago del IVA de julio.
La generación de esta mujer, la mía, podría victimizarse un poco, que es tendencia. Los X, así nos llamaban, no tuvimos un aterrizaje fácil en el mercado laboral a finales del siglo XX. Teníamos por encima a los 'boomers', que no se jubilaban y en el 93, suena a prehistoria, hubo una crisis del copón. Cuando estábamos enfilados, con los primeros pasos de los niños y las primeras letras de unas hipotecas que, sí, no eran complicadas de conseguir en un pico de precios, llegó la crisis del 2008. La de las cajas de ahorro politizadas, aunque le echaran la culpa a Lehman Brothers y amigos en ERE.
Ahí van. En un mismo vagón. Los pensionistas máximos y la curranta de la hipoteca, de los tres hijos, de los gastos extra. También paga los billetes de los primeros. ¿Demagogia? Puede ser. A bote pronto, es complicadito de entender.
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