Una experiencia que enseña a ser más humanos
En estos días de permanencia forzada en casa no me falta el tiempo para reflexionar sobre lo que estamos pasando. Nunca hubiéramos pensado de vivir una situación como la actual . Parece una peli de ciencia y ficción, unas de las tantas catastróficas que seguramente todos hemos visto

En estos días de permanencia forzada en casa no me falta el tiempo para reflexionar sobre lo que estamos pasando. Nunca hubiéramos pensado de vivir una situación como la actual. Parece una peli de ciencia y ficción, unas de las tantas catastróficas que seguramente todos ... hemos visto. Estas pelis, como ya en otra ocasión escribí, describen eventos que derivan en parte del miedo humano al imponderable, y en parte del conocimiento científico que avala la posibilidad de que en cualquier momento estos eventos puedan concretarse. La actual pandemia es el ejemplo perfecto de lo que puede pasar y, por cierto, está realmente pasando.
Si no hacemos nada pasará lo mismo con el cambio climático, los fenómenos atmosféricos extremos que vemos en las pelis podrían verificarse en la realidad. En el caso del coronavirus me pregunto cómo es posible que las Instituciones Globales no tenían prevista esta posibilidad después de otras vividas en el pasado como la gripe española o la Sars, y, si la tenían prevista, ¿cómo es posible que no hubieran preparado un plan de coordinación con los gobiernos de todo el mundo? En referencia al cambio climático mi pregunta es ¿cuándo a las palabras o las declaraciones de intenciones que por sí solas no previenen las posibles catástrofes ambientales, seguirán medidas efectivas y concretas? La verdad es que siempre vamos por detrás de los eventos. Para adelantarse o prevenir los problemas se necesita visión, liderazgo, responsabilidad personal y colectiva, valores. Skills que parece, en estos últimos tiempos, se hayan perdido. En este momento de crisis de valores está prevaleciendo el egoísmo humano de los intereses propios, un egoísmo que coincide con los actuales movimientos populistas baratos que son el opuesto del desarrollo, de la cooperación, de la colaboración y de la solidaridad. Cuando se piensa solo en conservar lo que se tiene no se avanza nunca, solo se retrocede hasta llegar a perderlo todo. Nos fijamos poco en los problemas de los demás y estamos más preocupados de que a nosotros nunca nos toque... El problema empieza cuando nos toca, y de cerca, o cuando ya es demasiado tarde para que lo que queríamos que no pasara, pasa. No entendemos que los problemas de los demás un día podrán ser nuestros problemas. Cuando nos enteramos de que, como en el caso del coronavirus, el contagio no excluye a nadie, no hace diferencia de clase social, de edad, de sexo, no se detiene con las fronteras, etc.. en este momento empezamos a perder las certidumbres, pensamos a las cosas también pequeñas que podíamos hacer y a la cual tenemos que renunciar y que nos faltan. Los seres humanos no somos capaces de valorar lo que tenemos, siempre queremos más y cuando de repente las circunstancias nos quita todo, los afectos, la tranquilidad, el dinero, la libertad, estamos como noqueados después de una fuerte patada en la cabeza... Estamos perdidos.
El egoísmo individual llega también a lo político y a lo económico, y está ampliamente demostrado que, a la larga, da resultados malísimos, resultados que son de muy corto plazo y más aparentes y efímeros que sostenible. Nos olvidamos siempre de preparar el porvenir para que no nos sorprenda negativamente. Todos tenemos que asumir nuestros errores, los tienen que asumir los que lideran las Instituciones Globales, los tienen que asumir los políticos y también los ciudadanos porque solo así, asumiendo cada uno nuestras responsabilidades, podemos avanzar y mejorar. Un líder político en una manera no propiamente feliz, y tanto menos aceptable ha hecho referencia en estos días al darwinismo, a la teoría de la evolución y de la selección... pero el ser humano por suerte es un ser social, es un ser sensible y en su mayoría se rebela a la ley de que el más fuerte sobreviva como en el caso del coronavirus. Un ser que sea realmente humano no puede no hacerse cargo de las personas mas débiles.
Los esfuerzos, los sacrificios, lo riesgos personales de todas las personas que están ayudando en los hospitales son el testimonio de la fuerza, del coraje, del corazón y de la humanidad que el ser humano tiene y que muchas veces olvida de tener. Si perdemos la humanidad, los sentimientos y la ética., la historia demuestra que todo puede pasar hasta las acciones máss nefastas.
El ser humano puede equivocarse, errare humanum est, pero solo es positivo equivocarse si no se vuelven a cometer los mismos errores ... y estos sí que tenemos que evitarlos. Quiero pensar que los errores de esta última década nos ayuden a no repetir los comportamientos equivocados que todos hemos tenido, y sobretodo que esta actual experiencia represente un antes y un después que nos enseñe a ser todos más humanos.
Espero que aprendamos a vivir en una manera diferente, aprendamos a convivir, a comprendernos, a colaborar, a cooperar , a ayudarnos, a acordarnos, a construir un mundo mejor para nosotros pero también para los demás y para las generaciones futuras. Esto tiene que ser el fruto de esta durísima experiencia, esto tiene que ser el propósito vital de cada uno de nosotros seamos políticos, empresarios o ciudadanos. El propósito de los que compartimos nuestra existencia en este mundo y de los que vivimos en esta época.
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