Hazte premium Hazte premium

9 de mayo

Esto que ayer conmemoraba Putin no es victoria alguna sobre el nazismo. Es el alzado de un parapeto de acero

Gabriel Albiac

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Eurípides lo pone en boca de una troyana que, de princesa, ha caído en esclava: «Es el deber de un sabio evitar la guerra; pero, cuando resulta inevitable padecerla, gloria es para una ciudad perecer con grandeza: la única vergüenza está en morir como un ... cobarde». Y habla, en la voz de la joven Casandra, una certeza común al genio griego: «No creáis en la felicidad de hombre alguno, aun del más dichoso, antes de que haya muerto». El coste de una guerra no termina en la victoria sobre el campo de batalla. Ni en la derrota.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación