Teatro Lope de Vega
Carlos Forteza: «El Lope de Vega debe ser un vehículo de expresión de los creadores locales»
El nuevo director del Lope de Vega ofrece las claves de una programación en la que aspira a situar al teatro sevillano como un escenario de referencia en España

Carlos Forteza tiene ambición y también la templanza para desarrollarla de forma tranquila. A principios de año asumió la dirección del Teatro Lope de Vega , el escenario más emblemático bajo titularidad municipal, con un mandato claro desde la Delegación de Cultura: ... revitalizarlo para convertirlo en un teatro del siglo XXI , abrirlo a otras disciplinas artísticas como la danza o las músicas actuales, y tejer alianzas con otros espacios escénicos para producir espectáculos que lo conviertan no solo en un espacio de exhibición sino de creación para la escena sevillana .
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Algo que este mallorquín, con experiencia como periodista y gestor cultural , que ha desempeñado puestos en el Ministerio de Cultura y en teatros como el de Palma y en la Orquesta Sinfónica de Galicia, resume en pocas palabras: posicionar al Lope de Vega como una referencia dentro de la escena nacional y cumplir la función de servicio que debe tener todo escenario público. Para ello, en las próximas semanas presentará la programación de la temporada 2021/22, aunque antes avanza a ABC algunas de sus claves.
¿Cuáles van a ser las líneas maestras de la programación?
Básicamente, una progresiva revitalización del teatro. Está muy bien deleitar, pero también hay que inspirar, transformar y confrontar al espectador con lo que sucede encima del escenario. Que lo escénico sea también una herramienta para formar un pensamiento crítico y huir un poco de las propuestas más obvias y comerciales. Queremos exigirle al público, en el buen sentido, para que sea cómplice de esa voluntad de incrementar la ambición del propio artista a la hora de concebir sus creaciones. Me interesan propuestas que estén ancladas en lo contemporáneo, tanto en el contenido como en la forma, pero que no necesariamente marquen una vanguardia.
«Existe una cierta desafección entre la franja entre cuarenta y treinta años que no están atentos al Lope»
Ahora mismo el grueso de la programación está formada por el teatro de texto, pero usted quiere introducir otras líneas de programación, como la danza, el circo, las músicas actuales... ¿Va a haber un mayor equilibrio entre estas disciplinas?
Claro, de alguna manera aspiramos a reflejar la pluralidad de gustos del ciudadano.La programación reciente del Lope se ha centrado en un tipo de público y mi obligación, al ser un teatro municipal, de cercanía, es que vuelva a ser un espacio en el que pasen cosas y donde se asuman ciertos riesgos, se establezcan redes con otros espacios y se dé cabida a géneros que estaban poco o nada tratados, como el circo, la danza, las músicas actuales... en este último aspecto creo que en Sevilla se han consolidado artistas y bandas que tienen mucho que decir. El teatro debe ser un vehículo de expresión de los creadores locales y andaluces, una plataforma de creación y para exhibir su trabajo.
Cada teatro de la ciudad tiene un público muy definido. El del Central no es el mismo que el del Lope. ¿Eso lo ha tenido en cuenta a la hora de hacer esos cambios?
No pretendo usurpar ninguno de los contenidos habituales o usuales que se asocian con cualquiera de esas instituciones. Creo que existe una geografía teatral bastante definida, con el Maestranza centrado en el gran repertorio clásico y operístico o el Central, que es la punta de lanza y la vanguardia desde hace treinta años. Yo espero una feliz convivencia. Dentro de la delgada línea roja entre lo comercial y lo más intelectual, por decirlo de alguna manera, hay ahora mismo artistas muy interesantes que, con un pata en cada lado, están generando espectáculos muy ambiciosos.
¿Esos cambios los introducirá progresivamente en esta y próximas temporadas para evitar un giro radical?
Mi personalidad no es radical, creo que soy bastante equilibrado. La progresión debe ser de forma muy natural. Uno de los máximos valores de este teatro, aparte de su componente patrimonial, es su público fiel, algo muy difícil de conseguir para cualquier espacio escénico. No me gustaría que la programación cerrara las puertas a ese tipo de público, pero sí tengo la obligación de ampliarlo, y no solo es una cuestión de edad. Los espectáculos deben tener en cuenta el valor de la escena, tener calidad y honestidad. El arranque de la temporada le diría que es un guiño al público consolidado al que no puedo dar la espalda...
¿Con qué arranca temporada?
Falta poco para que pueda anunciarla completa, pero vamos a inaugurar con un Lorca.
«El ICAS trabaja en habilitar las naves de Calatrava para ello y a mí me gustaría poder tener residencias allí»
¿Qué perfiles de nuevos públicos pretende atraer?
A mí me interesa el público más joven. He notado, lo he contrastado y me atrevo a decir que es una realidad, que existe una cierta desafección en la franja de edad de entre treinta y los primeros cuarenta. Ocurre algo que no es deseable: que hayan dejado de estar atentos a lo que pasa en el Lope. Por ello, hay que generar propuestas que sean atractivas. Tenemos que construir una nueva comunidad que, obviamente, incluya al público actual, pero que sea más generosa. Durante la temporada habrá tres títulos que están completamente dirigidos a conectar y a tocar esa franja de edad. Además, nuestra obligación como teatro público es generar alternativas de calidad y de pensamiento crítico, de análisis, frente a la cultura de la inmediatez.
Usted pretende posicionar al Lope como teatro de referencia en la escena española, ¿eso pasa por una apuesta por la producción propia o la coproducción?
Estructuralmente, el Lope de Vega no puede hacer ahora mismo producción, porque funciona por contrataciones básicamente a caché a producciones en vías de estreno o ya estrenadas. Esto es lo que permite la actual estructura dependiente del ICAS. Pero está claro que una parte importante de mi proyecto hacía referencia a la mediación e interlocución que debe tener el teatro, de atender mucho más a l proceso de creación, con recursos no solo económicos, sino de tiempo y de calidad.Eso no lo puede llevar a cabo ahora el teatro, pero hay voluntad política de que ese sea el camino.
¿Para ello habría que cambiar la estructura de personal y dotarlo de más presupuesto?
No es tanto una cuestión económica, sino de ir adaptando la estructura de personal actual a los nuevos retos de un teatro público municipal del siglo XXI e introducir paulatinamente figuras que puedan asumir una parte de producción, de mediación, de generación de comunidad, comunicación... Esa es la voluntad y se está trabajando desde el Ayuntamiento para que así sea.
La idea, mientras llega ese momento, ¿es ir coproduciendo con otros teatros andaluces y locales, como el Maestranza, e ir distribuyendo en otras ciudades andaluzas lo que cada escena local pueda generar?
Si el Maestranza y nosotros unimos fuerzas, emulando la fórmula del Real y la Abadía en ‘Marie’, para realizar una producción cien por cien andaluza, atractiva visualmente y de contenido y con gente joven, yo un año antes estoy trabajando para despertar el interés de los teatros de Málaga, Jerez, Cádiz, Córdoba... pero también de fuera de la comunidad autónoma. Creo que hay que reivindicar que seamos prescriptores y creamos en las propuestas que generamos. Me he reunido con el Cervantes y el Villamarta, y a partir del año que viene comienzo a colaborar con el Festival Iberoamericano de Cádiz (FIT) y el Festival de Otoño. También he hablado con el Arriaga, el Español, Abadía, Centro Dramático Nacional... Lo que viene, económicamente, nos va a obligar a este tipo de fórmulas de colaboración.
«La danza debe tener una presencia constante, no anecdótica. Al menos una vez al mes va a haber una propuesta»
¿Se plantea el tema de residencias de compañías?
El problema es que el Lope de Vega no tiene sala B y es un teatro de exhibición generalista que está obligado cada semana a tener programación. Cuando hablamos de residencia, al menos deben ser tres semanas para que no sea anecdótico.El ICAS está trabajando para habilitar las naves de Calatrava para ese fin y a mí me gustaría que el Lope pudiera tener residencias en ese espacio. Calatrava tiene un potencial tremendo.
En el apartado musical, aboga por mantener el flamenco y el jazz, e introducir más pop y rock.
Con un guiño a nuevas audiencias y con propuestas suficientemente amplias que puedan interesar a alguien de veinte o de treinta años. Los Derby Motoreta’s, que han agotado entradas hace tan solo unos días, van a atraer a un público muy amplio. En música, lo que se genera en un teatro es muy diferente a estar con una copa en la mano al aire libre en un festival. En el teatro se genera una atmósfera de excepcionalidad, con invitados, con músicos que le permiten a la banda hacer otras cosas... Tendremos jazz, soul, bandas nacionales potentes, rock más transgresor.
¿Qué danza quiere mostrar?
Quiero que tenga una presencia constante, no anecdótica. Al menos una vez al mes va a haber una propuesta de danza, que se moverá desde lo contemporáneo al flamenco que busca en los nuevos lenguajes y la dramaturgia.En España hay una serie de compañías de creadores que no han pasado por Sevilla y que pueden hacerlo. Un ejemplo de lo que quiero hacer se ha visto esta temporada con ‘Gran bolero’. Pero la propuesta de danza que presentaré bebe de diferentes estéticas y eso es lo interesante.
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